Las malas cabezas en el tenis

En el tenis la mentalidad es más importante que la propia técnica de un jugador

Julio Muñoz | 9 Nov 2012 | 17.24
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
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La cabeza juega un papel fundamental en el tenis. Buena parte del éxito de un tenista reside en el aspecto mental. Son muchos los jugadores que tienen mejores golpes que otros técnicamente más limitados pero no llegan tan lejos.

Uno de los aspectos más relevantes en el mundo del tenis es la cabeza. No importa que un jugador posea un buen saque, una extraordinaria derecha, o un juego muy completo con el que desarbolar a un rival. Si la mente no acompaña, difícilmente un tenista podrá llegar a explotar todas estas cualidades.

Tomic no es ejemplo de una buena cabeza.

En el circuito profesional, esa es, precisamente, la diferencia que separa a los buenos de los mejores. Casi todos gozan de grandes golpes, pero desafortunadamente para algunos, la mentalidad es tan, o incluso, más importante que la técnica.

Una mala cabeza en el tenis se puede demostrar de muchas formas. A unos les lleva a polémicas con otros jugadores o con los árbitros, a otros les da por enfrentarse con el público, y a otros les afecta directamente en el juego, teniendo grandes lagunas mentales que les hacen irse del partido durante varios juegos.

El joven Bernard Tomic es el más claro ejemplo de todo ello. El australiano combina un poco de todo. Es capaz de decir a un juez de silla que retire a su padre de la grada porque le está estorbando, o de dejar de competir al 100%, simplemente porque no le apetece esforzarse al máximo. Una pena para un chico con unas cualidades innatas que con sólo 18 años llegó a los cuartos de final de Wimbledon.

Tampoco muy centrado aparece en ocasiones Fernando Verdasco. Pocos tenistas existen con la potencia en los golpes que puede ofrecer el madrileño. Cuando está inspirado es un rival terrible, el problema es que su mal carácter le lleva a perder por sí mismo muchos encuentros. Los errores no forzados se acumulan cuando "Fer" no está con la cabeza en la pista.

Y lo que es peor, en ocasiones le lleva a perder los papeles, como sucedió en la final de Niza de 2010 contra Richard Gasquet donde acabó insultando a su rival y al público para sorpresa de todos aquellos que estaban presenciado el partido. Incluso este mismo año, en Monte Carlo llegó a ser silbado por una actitud bastante pasiva en el segundo set de su partido contra Jo-Wilfried Tsonga lo que provocó el enfado al público monegasco.

La mente de David Nalbandian también le juega malas pasadas al argentino. Este año, el tenista de Unquillo no ha tenido buenas actuaciones en parte a las lesiones y en parte a su actitud. Con unas condiciones técnicas espectaculares para golpear a la pelota, el “Rey David” no siempre se toma al 100% el tenis, y cuando lo hace, la cabeza le crea más de algún disgusto. Así, sucedió en el Open de Australia de este año cuando con 8-8 en un quinto set emocionante contra John Isner, se descentró porque no le concedieron una petición de ojo de halcón. Su monumental cabreó le llevó a perder el encuentro y acabar insultando al juez de silla.

No suficiente con eso, en el torneo inglés de Queen´s fue más allá, y aunque de forma involuntaria, acabó agrediendo a un juez de línea en una final contra Marin Cilic que tenía muy bien encaminada y que acabó con su expulsión.

No agresivos pero sí apáticos se muestran algunos jugadores que podrían hacer más y que se desconectan ya no sólo de un partido, sino de varios torneos. Uno de los casos más evidentes siempre ha sido el de Nicolay Davydenko. El tenista ruso llegó a ser número 3 del mundo y cuando realmente estaba certero era una máquina que llevaba de un lado a otro a los rivales sin importar nombre o ranking.

Esa brillantez chocaba con varias épocas del año donde no era capaz de ganar ni siquiera a tenistas situados fuera de los 50 primeros y que le llevaba a caer en varias primeras rondas seguidas, como en 2007, cuando incluso fue investigado por un presunto caso de apuestas ilegales.

Davydenko es un jugador poco fiable en determinadas fases del año.

La mentalidad se corrige

Si algo que parece difícil corregirse eso es la mentalidad. Sin embargo, hay muchos casos de tenistas que son capaces de corregir este tipo de defectos. El caso más llamativo quizás sea el del número 1 del mundo. Novak Djokovic en sus principios era un jugador de mucho talento, pero inconstante, que tenía tendencia a descentrarse cada vez que no salían las cosas como quería. Eso le complicaba mucho la lucha contra los mejores del mundo y le ocasionaba dolorosas derrotas. Precisamente, una de las cosas que mejoró a partir de su transformación en un jugador casi imbatible en 2011 fue la mentalidad, convirtiéndola en uno de sus puntos fuertes y haciéndole un tenista muy sólido.

También David Ferrer es un tenista que ha mejorado notablemente el aspecto mental. Atrás quedan aquellas lagunas que le hacían enfadarse con todo lo que le rodeaban y le impedían dar el máximo de sí mismo.

Quizás por la edad y por su madurez, es ahora pasados los 30 años, cuando se encuentra más tranquilo y mejores resultados saca.