Finales ATP: Janko Tipsarevic

Janko Tipsarevic disputará en Londres su segunda ATP World Tour Finals tras entrar como suplente el año pasado

Álvaro Rama | 4 Nov 2012 | 17.43
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
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Janko Tipsarevic acude al torneo de maestros por segunda temporada consecutiva. A diferencia de 2011, y gracias a la ausencia por lesión de Rafael Nadal, lo hará en calidad de jugador titular en el evento de cierre de campaña. Repasamos a continuación algunos de los puntos claves del competidor serbio.

Madurez deportiva: Incapaz de levantar un título ATP hasta bien entrado el otoño de 2011 (con 27 años), se ha convertido en un competidor capaz de permanecer de forma estable entre las diez primeras raquetas del circuito. De hecho, no ha abandonado el top10 en toda la temporada 2012. Apuntando a la Copa Davis lograda en 2010 como catalizador de su impulso competitivo, su historial es un claro reflejo del punto de inflexión. Acreedor de diez finales ATP Tour en su carrera deportiva –hablamos de un jugador cuya edad ronda la treintena-, ocho de ellas tuvieron lugar en las dos últimas temporadas. Apenas dos torneos de categoría Masters 1000 le habían visto competir en cuartos de final en toda su carrera. En 2012, hasta cuatro citas de la máxima categoría ATP tuvieron al serbio como uno de sus últimos ocho supervivientes (Miami, Madrid, Canadá, París). Es decir, en un año el doble de lo logrado en toda su trayectoria. Como colofón a su año más serio a nivel de grandes escenarios, quedó a un puñado de puntos de alcanzar su primera semifinal de Grand Slam en Nueva York (donde disfrutó de un 4-1 de renta en el parcial definitivo ante David Ferrer). Pasos adelante suficientes para mantenerse arriba.

Tipsarevic jugará su segundo Masters.

Único ‘debutante’: Si bien en 2011 llegó a disputar dos partidos bajo la bóveda del O2 Arena londinense, hay que recordar que lo hizo en calidad de suplente. Con el pesado peaje a nivel de opciones clasificatorias que ello conlleva. En ese sentido, la experiencia de la campaña anterior le servirá para conocer el terreno que estará pisando y no dejarse sobrepasar por el escenario. En 2012, sin embargo, llega a orillas del Támesis listo para desatar una batalla de igual a igual ante cualquier oponente. Los recuerdos de doce meses atrás debieran insuflar ánimos en el subconsciente del balcánico, sabiéndose un hombre a tener en cuenta a tenor del despliegue mostrado en el pasado. En su primer encuentro bajo el techo británico puso contra las cuerdas al checo Berdych –postrero semifinalista-, perdonando una bola de partido y sólo cediendo tras dos horas y media de batalla. En su segundo choque ‘maestro’, logró inclinar por primera vez –con remontada incluida- a su compatriota Novak Djokovic. Se podrá discutir el estado de forma y de ánimo del número 1 del mundo en la anterior edición, pero bajo ningún concepto la combatividad mostrada entonces por el tenista más veterano de Belgrado. Siendo suplente, con opciones remotas de clasificación, tenía licencia para soltar el brazo. Partiendo en base de igualdad, ¿cómo rendirá Janko?

Sumisión ante la élite: Hablando del torneo que reúne a las ocho primeras raquetas del circuito, se trata del agujero más grande en la coraza del talento balcánico. Capaz de mantener la plaza respecto a diversos perseguidores en la clasificación, se ha mostrado notablemente cándido ante la jerarquía establecida. En la presente temporada, un inocente balance ante el top10 (2-7) refleja la línea de su techo presente. Es el competidor más endeble en choque frontales de todos los presentes en Londres. Es miembro de la élite, pero dueño y señor del vagón de cola. Su categoría de ‘maestro’ –además de, recordemos, por la baja de Nadal- viene precedida de una temporada regular más que de un brillante desempeño en el enfrentamiento directo. Sin restar méritos a sus únicas conquistas de temporada ante la élite, ambas victorias cuentan con ciertos matices. Desesperado sobre la innovadora arcilla azul de Madrid, Novak Djokovic abandonó la Caja Mágica entre silbidos tras una actuación no excesivamente exigente. Compitiendo en formato de equipo en lugar de hacerlo a título personal, Berdych se inclinó ante el serbio en la ya desaparecida Copa del Mundo de Dusseldorf. Triunfos aislados, en citas peculiares, que no reflejan precedentes halagueños.

Amigo indoor: Sin llegar a presentar un balance apabullante (rozando el 60% de éxito), la superficie donde el segundo maestro serbio presenta porcentualmente mejor cuenta de resultados no deja de ser el entorno cubierto. De hecho, bajo bóveda alzó sus dos primeros títulos en ATP Tour (Kuala Lumpur y Moscú).

Poco que perder: Terminar la semana firmando tres derrotas ante las ocho principales raquetas del mundo no empeoraría el balance de la temporada ante la élite del deporte. En este sentido, es de esperar que salga al cemento con presión inferior al resto de aspirantes. Cualquier nota positiva, por mínima que sea, representará un avance significativo a nivel psicológico. Tratándose de un jugador de segunda línea, el componente económico representa un aliciente doblemente atractivo. Cualquier victoria en la fase de grupo tiene una recompensa de 130.000$ (equivalente al premio conseguido tras su semifinal en el Masters 1000 de Canadá – uno de sus grandes resultados de la temporada). Pese al oscuro horizonte, tiene motivos para apretar los dientes.

Temblores en puntos decisivos: En un torneo donde la igualdad se presume desde el primer peloteo, el rendimiento en fases calientes de los encuentros se antoja más que decisiva. Y, ahí, en el momento de la verdad, donde los grandes campeones marcan diferencias respecto a los grandes jugadores, lleva las de perder el tenista serbio. Se trata del maestro que más endeble en puntos de quiebre. Entre los ocho competidores que se batirán en Londres, es el jugador que menos bolas de rotura salva y, al mismo tiempo, el que menos aprovecha. Cuando sufre, suele hincar la rodilla. Cuando hace sufrir, no remata al adversario. Dos heridas que se antojan mortales ante las fauces más voraces del deporte. Para añadir más drama a su horizonte: en una época de pistas pesadas, donde la devolución gana enteros frente al servicio, es el maestro que menos juegos gana al resto. Las oportunidades perdidas suelen pagarse. Entre los mejores, rara vez hay lugar a segundas lecturas.

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