
En los últimos tiempos Jo-Wilfried Tsonga viene abriendo un debate interesante en el mundo del tenis al señalar que los árbitros favorecen al actual Top 4. Unas declaraciones polémicas que ponen en el punto de mira a los jueces de silla, normalmente unos personajes que suelen pasar inadvertidos en el tenis para el gran público.
El origen de este posible trato de favor hacia los cuatro mejores del mundo arranca en el Masters 1000 de Miami el pasado mes de marzo. Durante, los cuartos de final del torneo norteamericano, el francés se quejó amargamente de que el juez de silla (Damian Steiner) no corrigiera bolas aparentemente malas y que habías sido dadas como buenas en su partido contra Nadal: "Me quejo porque durante todo el partido he tenido que pedir el ojo de halcón y generalmente me ha dado la razón. Nunca ha tomado la iniciativa. Si la bola estaba cerca de la línea, jamás iba a decir que era falta contra Rafa, pero sí contra mí, porque si Rafa no quiere, no arbitrará ni finales ni semifinales” llegó a decir Tsonga
Incluso se atrevió a justificar su derrota al señalar que había tenido “el doble de trabajo, he tenido que jugar y al mismo tiempo controlar las líneas. Al final se te mete en la cabeza y puedes perder la concentración por esto".
Lo que parecía ser un calentón del momento volvió a tener continuidad hace apenas unos días tras la disputa de la final de Pekín contra Nova k Djokovic. Durante la disputa del tiebreak del primer set, el ojo de halcón dio por bueno un saque del serbio que los jueces de línea habían cantado malo. El juez de silla, el sueco Mohamed Lahyani decidió dar el punto directamente a Djokovic pese a los esfuerzos de Tsonga por devolver la pelota. Un punto clave que situó al serbio con 4-1 en el juego decisivo.
Esa acción provocó el monumental enfado del francés, que en la rueda de prensa posterior al encuentro volvió a cargar con el asunto al señalar que “si no hubiera estado en contra de un Top 4, Lahyani no habría tomado esa decisión”. (ver el vídeo en el mínuto 52)
¿ tiene o no tiene razón?
Expuestos los hechos, lo que cabe ahora es debatir si realmente tiene razón el jugador de Le Mans en sus declaraciones o realmente está diciendo un disparate. En primer lugar, hay que señalar que el tenis, al contrario que el fútbol o balonmano por ejemplo, es un deporte donde los árbitros no juegan un papel decisivo. Se gana o se pierde por el juego de cada uno, pero nunca por culpa de los jueces.
Su actuación se limita a mantener la tranquilidad del partido y a corregir alguna jugada dudosa. En este sentido, es menos subjetivo que otras disciplinas: la bola entra o no entra, pero no existe contacto entre los jugadores. Ahora bien, como en todas las facetas de la vida, hay evidentemente interpretaciones de las jugadas y el reglamento. Y es ahí, donde aparece la polémica. En la jugada en concreto, es difícil saber si Tsonga llegaría a restar la pelota o no, si no la hubieran cantado mala. Posiblemente, ni el propio jugador lo supiera a pesar de sus palabras.
Lo que si es cierto es que jugadas así se han producido muchas, y en algunas ocasiones han salido ganando los miembros del actual Top 4 y en otras en cambio perdiendo. En ese sentido, Rafa Nadal tuvo sus más y sus menos con Carlos Bernardes en la Copa Masters de 2010 en un partido contra el checo Tomas Berdych. De nada le valió al mallorquín ser entonces número 1 del mundo para salirse con la suya.
También Federer se ha quejado. Incluso de Nadal, al considerar que pierde mucho tiempo entre punto y punto y los árbitros no aplican el reglamento con una sanción. Aquí sí, parece que el hecho de que sea el balear el que cometa la infracción hace ser más benévolos a los jueces de silla.
Evidentemente decir que ser parte del Top 4 no condiciona es absurdo. Pero más fuera de las canchas que dentro. La fuerza que estos tenistas tienen en los torneos y en el circuito es manifiesta. Son atracciones para millones de personas y en ese sentido siempre suelen tener a su disposición las mejores pistas centrales, y normalmente horarios estelares con el que llamar la atención de las televisiones.
Los organizadores suelen ofrecerles todo tipo de comodidades y lujos, y además suelen cobrar grandes montantes económicos en algunos torneos, muy por encima del resto de tenistas. Incluso deportivamente, y en este caso no sólo el Top 4, los mejores tenistas reciben byes en primeras rondas que les permiten evitar incómodos debuts.
Ahora bien, dentro de la pista, las cosas no parecen ser iguales. En el tenis, el reglamento es igual para todos y lo que ocurre es que las decisiones a favor del Top 4 siempre tienen más repercusión, mal que le pese a Tsonga.
El papel del ojo de halcón
Un hecho en que sí parecen estar de acuerdo todos los tenistas es que la entrada del ojo de halcón ha quitado protagonismo a los jueces de silla. Antes de la entrada del dispositivo electrónico era fácil ver a un árbitro corregir a los líneas si estos se habían equivocado.
Sin embargo, la posibilidad de que los jugadores puedan utilizar este nuevo mecanismo y el miedo a quedar retractado ante miles de personas por un posible error, hace que cada vez sean menos las veces que decidan intervenir en el juego.
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