La polémica fiscal del tenis y la Copa Davis en Francia

Francia quiere cobrar un impuesto a los deportistas profesionales que compitan bajo su bandera vivan donde vivan

Xus Garrido | 6 Oct 2012 | 16.06
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
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Los problemas de los tenistas y el dinero no cesan y después de la polémica del reparto igualitario de premios entre hombres y mujeres, (“equal prize Money”), queremos centrarnos en las polémicas fiscales de los jugadores y jugadoras profesionales que acaban con muchos en la ruina o tremendamente endeudados o, como ahora, con serios problemas con el fisco de su país, como ocurre principalmente con los franceses, seriamente criticados por la prensa e incluso por los políticos de Francia de tal manera que pretenden cobrar un impuesto para los deportistas profesionales que residan fuera de su país y no tributen allí y sin embargo quieran competir bajo su nacionalidad.

Los jugadores franceses bajo bandera francesa tendrán que pagar sus impuestos.

Para empezar justificaremos que el tenista es un empresario que tiene todo el derecho del mundo a manejar sus negocios como quiera. ¡Faltaría más! Como cualquier persona tiene que mirar por sus intereses a presente y a futuro y, evidentemente, su producto, como jugador de élite, es altamente caduco. Lo que significa que cada profesional mira por sus intereses y estos, en muchos casos están alejados de los que marca la política fiscal de su país. (En Francia, un jugador profesional debería de tributar el 50% de sus beneficios declarados, mientras que en otros países pueden hacerlo al 30%).

Sin embargo, no deja de ser curioso el caso francés. En concreto, Francia tiene mucho que pedir a sus tenistas porque la Federación Francesa de Tenis es una de las que más da en el mundo a sus jóvenes promesas. La Federación Francesa tiene un centro de tecnificación realmente sofisticado, uno de los mejores del mundo y uno de los que más invierte, (probablemente junto a la USTA), en la formación y desarrollo de los jóvenes talentos. Sin embargo, cuando estos consiguen ser profesionales de primer nivel, el agradecimiento a su país y a su Federación es irse a tributar a Suiza. Allí residen, por ejemplo, Monfils, Simon, Tsonga o Gasquet, los cuatro jugadores que, junto a Llodra y Benneteau más veces han representado a la selección francesa en la Copa Davis.

Algunos diputados franceses están estudiando la posibilidad de exigir a los deportistas que compitan representando a Francia un porcentaje de sus ingresos aunque se hayan conseguido en otros países o tenga su residencia fijada en otro país. El cabreo de los tenistas franceses al respecto es notable. (Aunque sería tan sencillo como no competir bajo la bandera francesa en Copa Davis y listo. (Tan legítimo es ser egoísta como no tener que ponerse caretas). Claro que también sería sencillo para Francia o cualquier otro país, tener una política fiscal más competitiva que permitiera a sus grandes estrellas tributar a un porcentaje más bajo como "deportista de élite" y tener un producto (en este caso Ley Fiscal) que pudiera competir con la de otros países. Pero esto parece ser ciencia ficción para los Ministros de Economía de cada país. (También ocurre en España, caso que trataremos más adelante).

El curioso caso español

En España podría ser comprensible la hégira de jugadores al extranjero porque las condiciones impositivas fiscales son realmente gravosas para los mismos. Sin embargo, Rafael Nadal, David Ferrer y Nicolás Almagro, (los tres jugadores que más dinero facturan hoy en día), viven y tributan en España. Nadal en Manacor, David Ferrer en Valencia y Nicolás Almagro a caballo entre Murcia y Villena, donde se entrena en el centro de tecnificación de Juan Carlos Ferrero. (También lo hacen Feliciano López, Fernando Verdasco (ambos en Madrid), Marcel Granollers, Marc López y todos los jugadores que los últimos años han participado en Davis).

Nadal y Ferrer con España

Para Nadal, concretamente, uno de los jugadores que bate año tras año los récords de facturación, vivir en Manacor es realmente gravoso. Pero el balear ha decidido establecer su domicilio habitual y su domicilio fiscal en su pueblo de toda la vida. La calidad de vida le merece la pena y, a pesar de pasar más de 8 meses al año fuera de su casa, paga religiosamente sus impuestos. No obstante, el fisco español ha estado investigándole y ha sido denunciado por haber creado empresas en el País Vasco, una región con un régimen fiscal autónomo, independiente y mucho más barato para determinadas actividades. Nadal ha dejado en manos de sus asesores fiscales las maniobras que más le pueden beneficiar, (dentro de la legalidad), pero ha sido claramente criticado por su “bajeza moral” de un hombre con sus ingresos para tratar de eludir un porcentaje de sus impuestos.

Nadal ha sido foco de ataques constantes por sus constantes discusiones, incluso con la ATP, por situar en Londres la sede de la Barclays ATP World Tour Finals. Entonces, lo que criticaba Nadal es que tuviera que pagar, como está determinado en Londres, no sólo un porcentaje del dinero conseguido en la competición o competiciones que ha jugado allí, sino que además debe de pagar un porcentaje de su renta anual bruta, siempre y cuando un deportista no tenga establecido allí su domicilio habitual, con lo que consigue eludir dicho impuesto y además consigue beneficios fiscales. (El escocés Andy Murray reside allí).

Las cuestiones fiscales son muy amplias y tienen un estudio muy minucioso de cómo las interpretan algunos de los “patriotas” más reconocidos del circuito. Así ocurre con Novak Djokovic, serbio, nacionalista y abanderado de su país en los Juegos Olímpicos: reside en Monte Carlo y sus impuestos los tributa allí. Por cierto, Londres, para conseguir la concesión de los Juegos en su ciudad tuvo que firmar una cláusula fiscal que eximía a todos los deportistas que iban a participar en los Juegos de tal presión impositiva.

Cada caso y cada jugador es diferente, pero la propuesta del gobierno francés no es extraña. Nadie le va a quitar la nacionalidad, y seguirá federado bajo la bandera que les vio nacer y que les crío, pero si quieren competir en Copa Davis con su país, tirarse la mano al pecho cantando la marsellesa y sentirse orgullosos con su patria… lo van a tener que pagar. Tiempo al tiempo.

El caso de Arantxa Sánchez Vicario ha sido uno de los temas que han saltado ahora a la luz, con sus problemas con el fisco español con quien se le estima una deuda de casi 5 millones de euros. Claro que los casos son innumerables. Arantxa también fue una de las jugadoras a la que no les faltaba una bandera española en todo su cuerpo, pero decía vivir en Andorra. Cosas que pasan.