Los tenistas también tienen vida

El tenis es una escuela de vida y los tenistas un ejemplo para vivirla, descubrimos lo que hay detrás de quiénes saltan a pista

Pedro Gutiérrez | 24 Sep 2012 | 20.24
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.

Por muy fríos que resulten los marcadores, analizar los resultados, mirar estadísticas y comparar cambios en los rankings, los tenistas también tienen vida; el tenis como todos los deportes es un juego, un invento para divertirnos, pero que refleja lo que es nuestra vida real y que se ha mostrado como una gran escuela de valores: trabajo, esfuerzo, superación, amistad, diversión, pasión, aprendizaje, constancia, ilusión y tantos otros más.

Viernes, 21 de septiembre de 2012, tarde y a una tenista se le para el mundo. A Jarmila Gajdosova le comunicaron tras haberse metido en la quinta final WTA de dobles de toda su carrera en Guangzhou, uno de sus torneos favoritos a 7.551 km de distancia de su casa, que su madre había fallecido. "Fue un shock. He estado muy triste. Lloré mucho cuando me enteré y todavía lo hago. No me puedo creer que mi madre se haya ido para siempre. Voy a echarla de menos todos los días de mi vida. Es como un mal sueño del que estoy tratando de despertar, pero no puedo", confesaba la tenista australiana de origen eslovaco.

Sin embargo, decidió dedicarle la final a su madre. "Fue muy difícil concentrarme. Quería dedicarle el triunfo a mi madre, pero perdí. Aquello realmente me destrozó el corazón". Ahora Jarmila se tomará un largo tiempo alejada de las pistas; se quiere recuperar anímicamente para volver más fuerte tras 18 meses muy duros en los que los resultados no le han acompañado tras formalizar su divorcio (tiempo durante el que se le conoció como 'Jarmila Groth'). Muchas trampas en el camino de esta profesional de gran sonrisa, otrora top30.

Es la historia de la vida desde la visión de un tenista profesional. Porque aunque nunca lo hayan siquiera imaginado: los tenistas también tienen vida. Y pasan nervios cuando juegan en casa y ante su familia; y sufren por estar fuera de casa 3 de cada 4 semanas durante toda su etapa de profesionales; y les cuesta aceptar las lesiones; y aborrecen no encontrar su punto de forma y encadenar semana de malos resultados y peores sensaciones; pero ahí es dónde el tenis y el deporte se convierten en un ejemplo. ¿Quién no querría ser Federer, Nadal o Serena cuando todo les va bien? La auténtica grandeza del deporte se encuentra en que se trata de una escuela para la vida y en una superación del sufrimiento, transformándolo en oportunidad.

En las últimas semanas hemos conocido la historia de Flavia Pennetta, que tras lesionarse la muñeca derecha en abril se vió obligada a pasar por quirófano tras retirarse incapaz de jugar en su debut en Montreal. Se perdió la gira norteamericana de las US Open Series y el US Open, lugar donde históricamente ha conseguido sus mejores resultados y donde alcanzó el top10. Ahora todo va según lo esperado pero la italiana no volverá a coger la raqueta hasta noviembre, "esto es durísimo; me ha costado ver tenis por televisión consciente de que no podía jugar". También hemos conocido que la española María José Martínez Sánchez y la croata Karolina Sprem han contraido matrimonio; la primera se ha visto de luna de miel disputando torneos y la segunda colgó la raqueta, momentánea o no momentáneamente (confiesa no saberlo ni ella), para preparar su boda y la llegada, a finales de este octubre, de su primera hija. "Quizás algún día vuelva al circuito; sería duro pero apasionante, no lo descarto. Adoro el tenis y acompañaré a Baghdatis (en efecto, el chipriota es el afortunado) en algunos torneos. Quizás juegue algún dobles mixto con él, quién sabe. Mi vida hasta ahora no ha ido como planeaba para nada, pero es una vida soñada, ¿quién sabe qué me deparará el futuro?", confesaba recientemente la bella tenista croata ex 17 del mundo.

Lesiones, desmotivaciones, problemas personales, dificultades familiares, críticas, cansancio y ocupaciones prioritarias al tenis, conviven con el día a día de los y las tenistas. La vida del deportista profesional es dura en ese sentido. Dedican todo su tiempo al circuito, a mejorar su tenis y a progresar y cumplir sus objetivos, desde que acaban de cumplir la quincena hasta que pasan la treintena de edad. Y toman la decisión de que quieren vivir así, cuando apenas han terminado la primera etapa de sus estudios. Se pasan el día entero viviendo en hoteles y recorriendo aeropuertos. Su apasionante carrera parece trepidante para el espectador que cuando ve a una tenista entrar en pista ni se imagina la de cosas que ésta tiene en su cabeza: sus problemas y sus ilusiones, sus ingresos y sus gastos, sus viajes y sus vacaciones. Qué va. Es fácil ver un partido tras otro esperando ver grandes encuentros. Así también lo desean ellas y ellos, pero no siempre es posible y a veces se nos olvida, de ahí que recacte este artículo.

Los tenistas también 'viven' y 'son' lejos de las canchas, aunque poco. Y tienen mi admiración por ello. Cada problema superado es un ejemplo de que las dificultades se pueden superar, cada ilusión cumplida es un aliciente para luchar por lo que uno desea y cada historia de sacrificio y superación nos recuerda que sólo siendo constantes alcanzaremos nuestras metas. El tenis, en tanto que deporte, es una escuela de vida. Y quizás descubrir esta dimensión, que sólo alcanza a algunos, del juego entre dos con dos raquetas, una red y una pelota sea lo que más le engrandezca.

"Concentración, control mental, control emocional, intuición, trabajo, esfuerzo, confianza, talento, creatividad... Tenis: Escuela de Vida" escribía recientemente Mikel F. Aguirre, Presidente de la Federación Navarra de Tenis. Grandes palabras, mejores emociones, apasionantes historias y enorme deporte este del tenis. Que lo disfruten.