Gael Monfils lleva una temporada desastrosa, en la que sólo ha jugado dos finales de torneos ATP 250, (Doha y Montpellier), y no ha vuelto a tocar ni siquiera unos cuartos de final y después de su abandono antes de comenzar Roland Garros, se cumplen dos meses sin competir y sin hacer ninguna declaración, al fin, ha decidido romper su silencio para hablar claro de su presente, su futuro y su pasado en L'Equipe. Monfils se plantea grandes cambios en su planteamiento vital. Tanto en su entrenamiento como en la forma de afrontar la vida. La entrevista concedida a la prestigiosa revista francesa deja entrever a un Monfils más maduro al que sus lesiones y su renuncia a Roland Garros parecen haber serenado mucho. Un Monfils mucho más maduro.
La entrevista a L’Equipe
Muchas de las declaraciones que ha hecho Monfils hablan muy claro de los problemas que le han impedido ser un tenista más competitivo y más peligroso en el circuito. Ahora, en pleno crecimiento, las lesiones, las molestias y su bajada de nivel, le han llevado al puesto 17 de la ATP, lo han alejado de su posición natural sobre la base de su potencial.
Habló sobre su lesión en la rodilla: “Mis rodillas me duelen desde hace mucho tiempo. Recuerdo que tenía un dolor atroz cuando jugué contra Ferrero en el US Open y no tenía claro ni siquiera que pudiera jugar ese partido. Este año, en Madrid, volvía recaer cuando jugué contra Berdych y volvió el dolor. Berdcyh jugó muy bien, pero el dolor era muy fuerte. En Roma, se me hacía realmente difícil correr. Gané contra Bogomolov, pero después perdí contra Ferrero. Después del partido, el dolor era realmente increíble. En realidad, no podía correr más de 20 minutos. En Niza, contra Baker, entendí que era incapaz de jugar en Roland Garros”, comentó el galo.
Sobre su ausencia de Roland Garros, que levantó una gran polémica sobre todo en Francia, aclaró que la decisión de no participar ha sido la más dramática de su vida: “No he dicho nada ni he comentado nada durante dos meses porque es muy duro asimilarlo. Abandonar Roland Garros fue un desastre. Era la primera vez que no jugaba en París. Toda mi familia estaba preparada para apoyarme. Todos. Es el torneo de mi vida y no podía estar allí. Mi pierna podría romperse si hubiera decidido no jugar. Me rompió el corazón. No era capaz ni de conciliar el sueño. Estuve depresivo, pero en realidad esto me ha enseñado lo mucho que amo jugar al tenis. Joder, ¡Amo este deporte! Es mi vida”, añadió el parisino.
Nueva forma de plantearse su vida
Después de su ausencia y de ver cómo el cuerpo le lanzaba un mensaje realmente serio, Gael ha decidido recapacitar y replantearse su forma de vida y su forma de entrenarse. “Vi Roland Garros pero estaba muy lejos. Empecé por cortarme el pelo y me fui muy, muy lejos. Me fui a muchos lugares, incluso a una isla que nadie conoce. Era muy importante para mí hacerme una serie de cuestiones. Son estos momentos en los que tienes que ser capaz de recapacitar”, explicó.
“Recordé las palabras de todos mis entrenadores; Rashed, Delaitre, Benhabiles, Guathier. Me acordé de ellos en el pasado cuando estaba listo para ganar. No estaba aquí para jugar bien, estaba aquí para ganar, desde hace unos años, perdí mi hambre, tenía que encontrar mi espíritu de lucha. Estaba demasiado tímido. Tenía menos competitividad. Vi algunos de mis partidos y tenía menos energía”, argumentó Monfils.
“La ausencia de Roland Garros me ha dado una buena lección. Es el momento de que pase toda esta porquería. Tengo que empezar de cero, disciplinarme más, trabajar más duro, hacer más esfuerzos. Nadie me pone una pistola en el pecho para obligarme a trabajar, tengo que hacer ese esfuerzo solo”, añadió Gael.
He visitados a un nutricionista, me ha hecho algunos test para programarme un régimen con un número muy preciso de calorías. Tengo que beber menos bebidas carbonatadas, comer menos carne roja y comer más carne blanca. Tengo que dormir más. ¿Funcionará? No lo sé, pero si fallo será mi fallo. Ya he perdido algo de peso y estoy más atlético, ya puedo correr y saltar fuerte”, acabó Gael Monfils.
Conclusiones
Monfils es el claro ejemplo de talento en bruto que podría competir con los mejores y ser, de verdad, un verdadero incordio para cualquier jugador del mundo. Incluidos Federer, Djokovic, Nadal y Murray. Sin embargo, la competición y el nivel no sólo lo marca el talento o las condiciones físicas de un tenista. Jugar más y mejor al tenis tiene que ver con un espíritu competitivo que poco tiene que ver con las facultades físicas.
Hemos comentado muchas veces, que el tenis es en un factor muy elevado, un deporte donde la mente te puede llevar allí donde tu físico o tus golpes, (tu técnica no te alcanza). Ahí radica la fuerza de muchos jugadores y ahí ha estado realmente la capacidad de los mejores jugadores de la historia para superarse a sí mismos. Ponerse nuevos retos. Empezar cada entrenamiento como si fuera la última oportunidad hacia el éxito. Cada partido como una final. Y cada punto como el más importante.
La debilidad mental y la falta de seriedad en la preparación y en el entrenamiento pueden hacer de un gran tenista a un jugador poco competitivo. Hay más casos. Algunos especialmente llamativos.
Evidentemente el talento es necesario para triunfar en el tenis, pero la calidad, además del entrenamiento, necesita muchas más cosas para poder ser la guía del éxito.