
Todos los caminos van a Roma, dice la Leyenda, pero lo cierto es que desde allí ha salido la mejor vía hacia París, porque después de una temporada de tierra batida en Europa más que convulsa para preparar el Grand Slam de Roland Garros, por fin estamos ante un evento que está a la altura de su prestigio y su categoría, un Masters 1000 sobre tierra batida. Ya era hora.
Roma presenta unas pistas ejemplares. Lentas, como manda esta parte de la temporada, pero bien construidas. Sin parecer una playa como en Monte Carlo donde los constantes hoyos hacían de cada paso un peligro para los jugadores. Pistas adecuadas a la parte de temporada en la que estamos. Tierra batida de la de toda la vida.
Un marco impresionante. El Foro Itálico cuida cada detalle para parecer mucho más que un club de tenis, un paraje que recuerda las formas de la Roma antigua. Con sus largos paseos. Los partidos se juegan en pistas hundidas, como fosos donde combatían los gladiadores. Puedes estar paseando tranquilamente por sus jardines y a tus pies, dos mega estrellas del deporte jugándose uno de los partidos más importantes del año. Así da gusto. Y luego, el público. Las pistas llenas y el público entusiasta. Activo. Participativo. Volcado con sus jugadores favoritos, pero también respetuoso con los rivales.
Sin polémicas ni tonterías impropias de un torneo de los más prestigiosos del mundo. Hoy; sin duda, el mejor torneo de tierra batida camino a Roland Garros. Los mejores jugadores del mundo, en el cuadro: Todos compitiendo. Cada uno a su nivel, pero todos al máximo de sus posibilidades. Nadie da un punto por perdido. Habrá unos cuartos de final en el cuadro masculino donde estarán 6 de los 7 mejores jugadores del mundo. Falta Murray. Los otros dos, son Gasquet, que fue semifinalista aquí el año pasado, verdugo de Federer en 2011 y del británico esta temporada y un tenista local, Seppi, que no es casualidad que esté a estas alturas del torneo y que se lo ha trabajado como un titán. Para empezar, en general, es buena señal que en los cuartos de final hayan tenistas locales. Esto le da un plus al torneo. Y es importante que el número 1 italiano haya respondido a las arengas de su público en dos partidos que tuvo, literalmente perdidos, contra Isner y contra Wawrinka. Casi nada.
En el cuadro femenino, con las hermanas Williams compitiendo de nuevo. A grandísimo nivel. Con Sharapova como líder, porque Azarenka echó pie a tierra. Con Kvitova sufriendo, pero de pie. Con Kerber exultante de forma. Con la campeona vigente de Roland Garros, Na Li, buscando reivindicarse en la superficie donde mejor está rindiendo. Y con el aliciente de la tenista local: Pennetta, que viene arrasando a propias y extrañas. Impresionante.
El Foro Itálico
Sin menoscabo del atractivo de las estampas que ofrecen el Monte Carlo Country Club o la Caja Mágica, el Foro Itálico ofrece una perspectiva completamente original con respecto a lo que se espera de un club de tenis. Las estatuas apolóneas que rodean los largos paseos, los espacios abiertos y las pistas construidas en cosos, hacen del torneo un entorno realmente único.
A esto hay que añadirle la “sangre caliente” de los tifosi que viven los partidos de una forma muy apasionada. Es muy difícil ver pistas donde se están jugando partidos importantes, bien del cuadro masculino o femenino, vacías.
Así que, independientemente del nivel de los jugadores y jugadoras que compiten, el ambiente es inmejorable. Esto también es de agradecer en un torneo. Afluencia masiva a las pistas y público interactivo.
Con todos estos ingredientes, Roma se ha convertido, al menos en 2012, en el torneo referencia de tierra batida, previo a Roland Garros.
Monte Carlo es el único Masters 1000 al que la presencia de los mejores jugadores del mundo no es obligatoria. Así que la ausencia de Federer, deslució un poco el espectáculo. Con todos los respetos, que hoy esté o no Murray, (completamente desmarcado del concepto del Big 4, para cederle paso al “Triunvirato”), su baja no fue menos importante que la de otros tenistas como Raonic o Isner. Además, los problemas con sus pistas y las lesiones de Benneteau y Mónaco dejaron el torneo algo tocado.
La final se produjo entre los dos mejores tenistas del mundo en ese momento, pero la situación psicológica de Djokovic deslució el último partido donde Nadal ganó con la oposición de Nole sólo en el primer set.
Lo de Madrid, sinceramente, no tiene parangón. Desastre organizativo, invasiones de pistas, voluntarios indignados, fotógrafos en huelga, una superficie impracticable, denuncias de todos los jugadores de la ATP. Un juego que en nada se parecía a la tierra batida. Gestos contrariados durante todo el torneo, caída de internet durante más de 10 horas en una jornada con más de 30 partidos en juego… Sencillamente lamentable.
Murray no estuvo, Djokovic y Nadal abandonaron el torneo prematuramente eliminados por compatriotas suyos que, en condiciones normales, no deberían ganarles nunca un partido en tierra batida y cientos de polémicas que dejaron el tenis al margen.
Sólo el brillo de Federer y el cénit de Berdych le dieron algo de luz a un torneo masculino azul, pero azul oscuro casi negro.
Sin embargo, a nivel competitivo, las cosas fueron mejor en el torneo femenino. Atractivo cuadro, bonitos partidos y competencia leal. Menos críticas, una gran final y una súper ganadora, (como en el masculino). Pero un torneo en el que se juega una semifinal en la Caja Mágica y no hay ni 200 personas viendo el evento, un Premier Mandatory es una auténtica vergüenza.
En definitiva: Madrid y Monte Carlo van a tener que mejorar muchas cosas dentro de sus capacidades, porque mientras Roland Garros sea la Catedral de la tierra batida, el Foro Itálico parece el Templo.