Las tres sopranos del 2010 de bajón

Caroline Wozniacki, Vera Zvonareva y Francesca Schiavone, antaño líderes, hoy fuera de forma

Pedro Gutiérrez | 15 May 2012 | 12.52
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
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Sonaban las campanadas que ponían fin al año 2010 y Caroline, Vera y Francesca eran completamente felices, habían sobrepasado sus objetivos aunque la WTA se sumergía en una profunda crisis y veían al año 2011 como una oportunidad de seguir mejorando.

Por aquel entonces, tras la temporada 2010, Caroline Wozniacki había terminado en el número 1 de la WTA, tras una temporada fantástica donde sólo los resultados en los Grand Slam empañaron una enorme lista de triunfos por todo el mundo; Vera Zvonareva se convertía en la número 1 rusa y número 2 mundial, un sueño ponerse como líder de esa flota rusa en la que tanta competencia y pelea hay; y Francesca Schiavone había cerrado una campaña que nunca creyó poder lograr, era la campeona de Roland Garros y número 1 italiana.

Todo idílico y maravilloso. Zvonareva cerca estuvo de ser reina de Wimbledon y del US Open, Wozniacki había ganado cada WTA Premier que se proponía iluminándose su cara tras alcanzar el número 1 brillando en Shanghai; y Schiavone era el símbolo de que tras el esfuerzo siempre llega la recompensa, y así lo vivió haciendo sonreír al público tras ganar la final del Abierto de Francia.

Sólo año y medio más tarde la cosa ha cambiado mucho. En 2011 las tres estuvieron bien, mantuvieron el tipo pero no brillaron como en el 2010, y ahora en el 2012 parece difícil que alcancen al menos unas semifinales. Las tres sopranos de la WTA hace año y medio, viven inmersas en una crisis de juego, resultados y confianza a partes iguales. Sus casos son similares aunque con claras diferencias, iremos uno a uno.

Caroline Wozniacki: de protagonista a actriz de reparto

La danesa Caroline Wozniacki es hoy la número 8 del mundo. Al empezar la temporada era la número 1, y se creía que seguiría siéndolo estando su principal escollo en los 4 grandes de la temporada. Desde bien pronto estuvo trabajando, entrenó duro con Ricardo Sánchez y su padre, pero la cosa en pleno Open de Australia dejó de funcionar; en busca de su primer Slam, el entrenador español buscaba la Caro más agresiva y dominante y en los momentos de dificultad se encontró de nuevo a la ‘Sunshine’ defensiva, a la carrera y que espera el fallo de la rival. La relación se rompió, por ser incompatibles Ricardo y Piotr, el padre de la criatura. Desde ahí todo ha ido a pique.

La nacida en Odense, aunque residente en Monte Carlo, lleva una temporada que sería buena para una jugadora que aspire al top10 pero no para una ex número 1 con intención de volver a serlo. En cualquier caso, Wozniacki es una jugadora bastante regular, que suele ganar a cualquier rival no top20, pero ante las mejores necesita algo más. En el paso su juego pudo dominar una WTA falta de grandes líderes, pero hoy la competencia ha crecido y ya no le vale con ser la reina tuerta en el país de los ciegos, sino que ha de reencontrarse a sí misma. En Miami derrotó a Serena Williams, y ése ha sido el único triunfo inesperado que ha protagonizado Caroline, lejos del nivel de Azarenka, Sharapova o Radwanska.

El problema no está tanto en los resultados ni en el calendario, sino auténticamente en su juego y en su emoción en pista. Necesita armar más rápidos los golpes, pues tarda mucho en ejecutar y es fácil adivinarle la dirección; precisa de confianza y de un cambio de juego y mentalidad para volver a ser candidata al número 1. Ha perdido 7 puestos en la clasificación en 4 meses y la tierra y la hierba, históricamente, no han sido sus mejores superficies. Caroline necesita un cambio y ni ella ni su equipo parecen ser conscientes de ello. Tiene bastante margen de mejora hasta el US Open, pero si sigue con su dinámica actual no sería extraño ver a la danesa fuera del top10 tras Wimbledon.

Vera Zvonareva: rusa directa al pozo

‘Directa al pozo’, digo; sí, sí. Porque la rusa va directa. Hace dos año brillando en los Grand Slam y dando la sensación de que tras perder dos finales, ante Serena en Wimbledon y ante Clijsters en el US Open, seguiría progresando hasta hacer con un título de tal magnitud, y ahora aguantando en los rankings como top10 por poco tiempo, y es que salvo milagro la caída va a ser dura y brusca.

Vera, la ‘ojazos’ de la WTA, ha hecho una temporada desastrosa, estando colocada en la race como la número 54 del mundo, algo que sólo por el hecho de ser cabeza de serie en todos los torneos no tendrían que haberle ocurrido. Es una de las inteligentes de la WTA, ya licenciada en Educación Física y cerca de hacerlo por segunda vez en Economía, su situación actual es desastrosa. En plena crisis en cualquier de los sentidos, la rusa se ha visto apeada a las primeras de cambio en 4 de sus 7 torneos de esta temporada. Se ha retirado lesionada dos veces y en Indian Wells ni siquiera se presentó en su partido de tercera ronda ante Klara Zakopalova.

Algo le pasa a Vera, en parte mental y en parte físico, pero va camino de lo más profundo del ranking a sus 27 años. Sea como fuera, la Zvonareva que reinaba en el contra-ataque, que llegaba a todo y que pasaba de la defensa al ataque a las mil maravillas en cualquier superficie ajustando a las líneas como ninguna ha desaparecido. Su papel en Fed Cup, ha sido nulo estos años debido siempre a ‘molestias’ y no cumple los requisitos para estar en los Juegos Olímpicos (donde defiende bronce, por cierto), baja sensible al disputarse éstos sobre hierba y ella haber brillado sobre la misma en el 2010. Vera está de capa caída, y sin visos de que su rendimiento mejore en las próximas citas. Su futuro parece incierto y en ningún caso esperanzador, vale la pena preguntarse si Zvonareva ha perdido ya la ilusión por el tenis.

Francesca Schiavone: al borde del precipicio

Terminamos este artículo con Schiavone. Su caso es bien distinto al de sus compañeras de artículo; Francesca se sigue dejando el alma en cada bola. Pero parece que todo vuelve a su lugar y que aquél éxito en Roland Garros 2010, y también 2011 (no olvidemos que alcanzó la final cediendo apretadamente ante Na Li), no se ha visto refrendado en el resto de resultados en otras superficies. Ha sabido aprovechar mejores cuadros como cabeza de serie de mayor rango, pero al final el tiempo coloca a cada uno en sitio y Schiavone parece estar destinada al top30 o top20 y no más.

Este año está siendo malísimo para ella desde el Open de Australia, sirva como ejemplo que desde el mes de febrero la italiana ha ganado únicamente 3 partidos por 11 derrotas. Cifras que no es que sean de no top10, sino que no son casi ni de top50. Schiavone tiene que volver a ser más agresiva, a dominar y ganas puntos. Se ha despedido en primera ronda de Madrid y Roma, los dos grandes torneos WTA sobre tierra batida; y ahora llega a Roland Garros, donde defiende muchísimos puntos y de donde podría salir como jugadora no top50, con el riesgo que eso conlleva pues probablemente entraría en los Juegos Olímpicos pero por los pelos.

La nacida y residente en Milán necesita volver a encontrarse a sí misma y volver a realizar el juego que a todos nos maravilló en Roland Garros, con dejadas, voleas, reveses a una mano y mucha entrega y pasión en cada juego. Francesca se crece en las grandes citas y puede marcarse un Roland Garros de ensueño, pero la carrera hasta éste está siendo bochornosa y decepcionante, especialmente para la grada italiana que veía en ella una manera de reengancharse como potencia del tenis a los grandes títulos.

Conclusión

Tres grandes tenistas, que brillaron y dominaron la WTA hace tiempo, y que se encuentran en crisis de juego, resultados y confianza. De momento, sus líneas son descendentes, pero disponen de la calidad y en el caso de Wozniacki de la juventud, como para levantarse y seguir dando guerra.