Asalto a Anna Chakvetadze 2007: Detalles del robo en su casa de campo

"Si continúas jugando al tenis volveremos a por tí"

Jaime Sánchez Nielfa | 7 Dec 2011 | 12.09
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
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El asalto a la casa de campo de Anna Chakvetadze en 2007 es una historia de horror que nadie desea ni a su peor enemigo. Hasta la fecha de hoy apenas habían trascendido los detalles de qué sucedió en ese robo del 17 de diciembre de 2007 que cambió la vida a la jugadora rusa. Sin embargo en Punto de Break les detallamos cómo fue aquella fatídica noche.

Porque ayer estábamos de celebración tras conocer el regreso a las pistas de Anna Chakvetadze en 2012. Sin embargo una vez más hacíamos mención al asalto que sufrió la jugadora rusa en su casa de campo mientras era número 5 del ranking WTA. Un suceso que cambió su vida para siempre.

Asalto, robo, e incluso secuestro, palabras imprecisas con las que se mencionaba vagamente de una historia de la que se desconocían la mayoría de detalles. Y es que Anna Chakvetadze siempre se negó a hablar de ello en rueda de prensa para tratar de olvidarlo lo antes posible.

Aun así, la joven rusa nunca ha llegado a superar aquella situación. Una noche traumática que detallamos a continuación.

Recreación de la noche

Anna Chakvetadze y su familia disfrutaban de una jornada de relax en su casa de campo en la noche del 17 al 18 de diciembre del año 2007. Una vivienda de lujo situada en una urbanización del distrito Vlasov Naro-Fominsk de Moscú.

Sobre las 03.00 horas de la mañana, en la calle Birch de dicha urbanización y cerca de la casa de Anna Chakvetadze, aparcó un coche del que bajaron 6 hombres con uniformes grises de camuflaje y máscaras con las que cubrían su rostro.

Uno de ellos saltó la valla que limitaba el recinto propiedad de los padres de Anna Chakvetadze. Y aunque se hirió en la mano con uno de los salientes de metal de la misma, apenas se dio cuenta preso de la adrenalina y de la emoción, por lo que abrió desde dentro al resto de asaltantes.

Los 6 musculosos hombres se dirigieron rápidamente hacia una de los alas de la casa, donde descansaba Olga Karalash, la doncella de la familia.

"Despierta" indicó uno de ellos. "¿Qué quiere?" preguntó la doncella todavía dormida cuando recibió un fuerte golpe en la cabeza. "¿Cómo puedo entrar? sugirió el asaltante que lideraba la conversación mientras amordazaba a la sirvienta. Una recreación de la noche del 17 de diciembre que conocemos gracias a la "Nueva Gazeta" rusa.

Olga Karalash fue obligada a ceder el control a distancia del garaje de la familia de Anna Chakvetadze, la forma más sencilla para entrar a la casa de la jugadora rusa. Y es que a través de la cochera podrían acceder al segundo piso de la vivienda, donde descansaban casi todos los miembros de la familia ajenos, por el momento, a lo que sucedía solo a unos metros de distancia.

Los captores siguieron así las limitadas indicaciones de la doncella y accedieron a la zona donde se encontraban las habitaciones de la familia Chakvetadze, dejando atrás algunas fotografías de la joven jugadora de tenis junto a otros personajes conocidos en Rusia como Yuri Luzhkov, Vyacheslav Fetisov, Boris Yeltsin.

En primer lugar trataron de entrar en la habitación del hermano pequeño de Anna Chakvetadze (11 primaveras menor que ella y que por entonces solo tenía 9 años), y que estaba situada en la planta baja. Sin embargo la puerta del joven Roman estaba bien cerrada. Motivo por el cual accedieron al segundo piso y lugar donde se encontraba el dormitorio principal de la residencia.

La habitación más grande pertenecía a Natalie y Djambuli Chakvetadze, padres de la jugadora rusa. Varios de los ladrones no dudaron en entrar y despertaron a los padres con gritos y golpes.

"¿Qué sucede?" gritó Natalie cuando se despertó y se encontró cara a cara con los ojos de uno de los encapuchados. Djambuli sobresaltado trató de revolverse para ver qué sucedía, sin embargo recibió un par de duros golpes con la culata de una pistola que le dejaron prácticamente KO.

"¡Bastardos!" trataba de alertar Djambuli a sus hijos con sus gritos. E incluso propinó una bofetada a uno de los captores. Sin embargo dos de ellos se le echaron encima y le golpearon en varias ocasiones en la cabeza hasta dejarle inconsciente.

Alarmada Anna Chakvetadze se despertó con los ruidos y gritos que provenían de la habitación de sus progenitores. La jugadora rusa salió de su cuarto corriendo pero se encontró con dos hombres que la esperaban en la oscuridad del pasillo. Ambos tiraron de ella y la introdujeron de nuevo en su habitación.

"Nos rendimos, no nos hagan daño" trataba de razonar Natalie con el líder de los secuestradores. "¿Dónde tenéis el dinero?" preguntó el cabecilla. "En la caja fuerte" respondió la madre. "Bien, ¿dónde está y cómo se abre?" sentenció él de forma segura y arrogante confirmando que era el líder del grupo.

En la habitación de al lado, Anna Chakvetadze se enfrentaba a los dos secuestradores con todas sus fuerzas. No dejó de luchar ni un momento. Por lo que ellos optaron por propinarla unos cuantos duros golpes para intentar calmarla. La amordazaron y maltrataron sin piedad lesionándola su muñeca de gravedad mientras la ataban con una cuerda.

"¿Donde está el Rolex?" preguntó uno de los captores a la joven Anna. Rápidamente Chakvetadze se dio cuenta de que se refería al reloj que había recibido como premio en el homenaje a Justine Henin en Bélgica solo unos días antes, y donde la familia Chakvetadze había estado presente como invitados de honor.

Anna Chakvetadze no dudó ni un momento en acceder a la petición de sus secuestradores y entregó el reloj que se encontraba sobre la mesilla de noche. Entonces fue cuando la jugadora rusa escuchó unas palabras que nunca podrá olvidar. "Tú juega, juega, y continúa jugando, que nosotros volveremos a por tí".

Mientras, en la habitación de los padres de Anna Chakvetadze, el lider agarró a Natalie y la puso un cuchillo sobre la garganta. "Llévame hasta la caja fuerte" amenazó a la madre, quien pese a la situación fue capaz de mantener la calma y fijarse en todos los detalles posibles para tratar de indentificar después a sus captores. "Todos iban en zapatillas desportivas, menos el líder, que llevaba zapatos" indicaría Natalie a la policía local.

Una vez situados frente a la caja fuerte el cabecilla preguntó: "¿Cuál es el código? Natalie introdujo número a número la clave de la caja fuerte, sin embargo la puerta no se abrió.

"Sabemos que su hijo está en la planta de abajo. Abre ahora mismo la caja fuerte o bajamos a por él" indicó el líder a la madre de Anna Chakvetadze. Fue entonces cuando Natalie volvió a intentarlo y consiguió abrir la caja de seguridad.

Los ladrones desvalijaron la caja introduciendo todo su contenido en una bolsa de deporte. "Venga, nos marchamos" ordenó el cabecilla al resto de secuestradores. "Ya puedes volver con tu familia" indicó el líder a Natalie. Y la banda se marchó en silencio.

La familia Chakvetadze esperó un minuto, dos, e incluso cinco en silencio. No se escuchaba ningún ruido. Todo parecía confirmar que los captores habían abandonado definitivamente la vivienda.

Fue entonces cuando Anna Chakvetadze consiguió quitarse la mordaza, despertar a su hermano y cerciorarse de que todos en la casa, pese a las heridas, estaban a salvo. Incluida la doncella que seguía atada en su habitación.

Después Natalie Chakvetadze salió de la vivienda y se dirigió al puesto de control que había al final de la calle para avisar al guarda de seguridad. Temerosa, y pensando que recibiría un disparo en la espalda, consiguió llegar sana y salva y alertar a la policía. Por fin todo había acabado.

Qué sucedió después

Varias brigadas de la policía local llegaron a casa de la familia Chakvetadze para investigar el caso. Eso sí, antes Djambuli Chakvetadze tuvo que ser trasladado a un hospital donde se le tratarían las heridas, y donde tuvo que ser operado hasta en dos ocasiones por lesiones en sus hombros. Además, la joven Anna Chakvetadze fue también tratada por una importante lesión su muñeca.

Al parecer los ladrones se hicieron con un botín de unos 260.000 dólares entre dinero en efectivo, joyas y todo lo que se llevaron.

Destaca como en la casa de la familia Chakvetadze se encontraron varias pistas que podrían ser clave para retener a los autores del crimen. Varias huellas de zapatos, marcas dejadas por el coche en la huída, e incluso un guante ensangrentado quedaron como pruebas.

Además, Shamil Tarpishchev, importante personalidad del deporte ruso, amigo de la familia Chakvetadze y capitán del equipo ruso en la final de la Fed Cup 2011, interfirió para que el caso del robo en casa de Anna Cahkvetadze priorizase sobre otros en la seguridad nacional rusa.

De esta forma en los meses siguientes al suceso se detuvo a varios ciudadanos sospechosos de haber formado parte del asalto. Un caso policial muy farragoso, ya que algunos de ellos, posteriormente declarados como inocentes, admitieron su culpabilidad tras sufrir torturas por parte de algunos de los encargados de la investigación.

Otros fueron juzgados y encarcelados pese a que el forense indicase que la sangre encontrada en el guante no correspondiese a ninguno de los detenidos. Además la familia Chakvetadze tampoco está convencida de que algunos de los tomados como culpables hubiesen participado en el asalto. Sin embargo incluso uno de ellos falleció a las pocas horas de ser detenido por una supuesta sobredosis de drogas.

Por su parte, Djambuli Chakvetadze ha indicado públicamente su descontento con la investigación. Y es que al parecer este caso ha llegado a trascender a las capas más altas de la seguridad nacional en Rusia.

Varias bandas rusas, georgianas e incluso moldavas parecen estar en el ajo. E incluso ha llegado a aparecer un testigo que indica que la banda confundió a Anna Chakvetadze con Ana Kournikova, quien en principio iba a ser la víctima del asalto.

Un caso como decimos muy complicado, farragoso, y que el padre de Chakvetadze ha tratado de investigar por su cuenta al contar con un grupo de investigación privada. Eso sí, sin éxito por el momento. Pues pese a haberse condenado a varios ciudadanos moldavos y georgianos como autores del delito, nadie tiene ninguna seguridad de que sean los verdaderos protagonistas de los hechos.

Anna Chakvetadze

Una historia triste e incluso terrorífica, que traumatizó a quien realmente nos importa en este blog, la joven Anna Chakvetadze. Y es que tal y como relata su padre Jamal, Anna incluso todavía se despierta en muchas ocasiones sobre las 03.00 horas de la mañana con pesadillas sobre lo sucedido en aquel diciembre de 2007.

Pronto, en solo 10 días, se cumplirá el cuarto aniversario de aquella noche que nadie olvida en casa de la familia Chakvetadze. Sin embargo parece que Anna poco a poco lo va superando y vuelve a recuperar la confianza en sí misma.

Esperemos que sea también capaz de hacerlo sobre las pistas de tenis. ¡Mucho ánimo Anna!