Historias de los tenistas y sus animales

Las mascotas son parte fundamental de la vida de los tenistas

Raquel Carballeira | 14 Nov 2011 | 20.13
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.

Hoy en día, la imagen de los perros de los tenistas, tanto en el circuito ATP como en el de WTA, se ha vuelto tan habitual como las bolsas gigantes de raquetas, las bebidas energéticas o los mismísimos recogepelotas. Un tenista sin su mascota, no es nada.

Martina Navratilova, que durante 16 años viajó por el circuito profesional con su pequeño fox terrier K.D. (Killer Dog), explicaba al New York Times el por qué de esta tendencia: "Intentas aportar algo de normalidad a un estilo de vida muy poco normal - algo de consistencia y de constancia". Los tenistas aprovechan la presencia de los mejores amigos del hombre para distraerse y relajarse, para olvidarse por unos momentos del tenis.

Arantxa Sánchez Vicario con tres de sus perros/Juan Carlos Ferrero con su perro RocaAlgunos jugadores tienen tan presentes a sus perros que éstos se han convertido en parte de la familia del tenis. A Juan Carlos Ferrero, por ejemplo, le han acompañado durante toda su carrera sus perros Roca y Laska. Arantxa Sánchez Vicario recibió a su primer perro, un yorkshire, cuando con 17 años ganó su primer título de Roland Garros (1989); le bautizó como Roland. Poco después, un fan de Pontevedra le regalaría un samoyedo que se llamaría Garrós.

Los nombres de los perros de los tenistas son más que curiosos. Uno de los perros que tienen ahora Arantxa, un chiguagua, se llama Tina porque fue Martina Navratilova quien se lo regaló (además tiene a Max, a Lucky, el hijo de ambos, y a Pitusa). Carlos Moyá llamaba a su perro Goran en honor a uno de sus ídolos: Goran Ivanisevic. Y Andy Roddick tiene una perra, un bulldog, llamado Billie Jean por la leyenda del tenis Billie Jean King.

Andy Roddick con su perra Billie/Venus Williams con uno de sus perros

Normalmente todos los tenistas intentan viajar con sus mascotas, aunque para algunos, como Andy Roddick, no sea tan fácil. Según él, las compañías aéreas creen que su perra está demasiado gorda como para caber en el avión. Tanto el tenista como su mujer, la modelo Brooklyn Decker, tienen que esforzarse mucho por no dejar que su mascota pierda la autoestima: "Por eso tenemos que darle amor constantemente y le subimos la autoestima, y le decimos que es preciosa".

Excepciones aparte, lo normal es ver a los tenistas con sus mascotas, especialmente a las chicas. Es habitual en el circuito WTA ver a las jugadoras con sus mini-perros dentro del bolso, como hacen por ejemplo las hermanas Williams.

Sin embargo últimamente se está volviendo cada vez más difícil viajar con las mascotas. Algunos torneos están prohibiendo la entrada de los animales en sus recintos. El caso más célebre ocurrió este mismo verano en Wimbledon.

Portada de Vogue con Novak Djokovic y su perro Pierre

Después de haber sido portada de la edición italiana de julio de Vogue junto a su perro Pierre, Novak Djokovic declaró su preocupación porque los responsables del All England Club no permitían la entrada de su mascota. Pierre había acompañado al serbio desde el inicio de su buena racha y temía que la ausencia del perro le pudiese afectar demasiado. El nº1 del mundo habló con las más altas instancias del Grand Slam inglés pero al final tuvo que seguir ganando sin el apoyo de Pierre.

Novak Djokovic de sus vacaciones con su perro Pierre

Ni todas las mascotas son tan famosas como Pierre, que incluso tiene su propia cuenta de Twitter, y ni siquiera todas las mascotas son perros.

Uno de los animales más famosos en el mundo del tenis es Juliette, la vaca de Roger Federer. Cuando el suizo ganó su primer título de Wimbledon -el primero de muchos Grand Slams-, la organización del Abierto de Suiza celebrarlo regalando el animal más icónico del país alpino.

Roger Federer con su vaca Juliette/Reuters

Federer recibió muy gustoso el regalo e incluso se atrevió a ordeñar a Juliette, aunque el hecho de buscar hogar a su vaca le valió más de un quebradero de cabeza.

Las mascotas, además de ayudar a los jugadores a afrontar mejor sus partidos, también les ayudan a mostrar su lado más humano. Los acerca al mundo real y aleja esa imagen que tenemos muchas veces de personas programadas para jugar a tenis. De hecho, muy a menudo, para presentar los torneos, los jugadores aparecen en los zoos de cada ciudad rodeados de los animales más extraños. No todos, como es el caso de Gael Monfils, lo llevan igual de bien.

Gael Monfils en el zoo

El boom de las redes sociales nos permiten ver todavía más de cerca ese lado más sensible de los tenistas. Ellos mismos se encargan de subir sus fotos con sus mascotas o los fans cuelgan también instantáneas de los tenistas con los animales. Algunos de ellos ofrecen un lado prácticamente desconocido; una imagen bastante alejada de lo que vemos en la pista... es el caso de Andy Murray.

Andy Murray durmiendo con su perro

Son muchos los amantes de los animales en el tenis. Muchas las horas de espera y muchos los kilómetros que hay que recorrer, a veces prácticamente solo/a; por eso una cara conocida, alguien que te reconozca también, siempre viene bien.

John Isner con su perro Magill/Fernando Verdasco posando con un mini perro

Philipp Petzschner/Fernando González

Fernando González es uno de los jugadores que más ha manifestado su amor por los animales. Es tanta su afición, que una vez incluso tuvo un incidente que podría haberle perjudicado en su carrera por culpa de un perro. El chileno conducía por la autopista de Santiago de Chile y encontró a un can malerido; paró y lo subió para ofrecerle ayuda pero el perro le mordió en la mano derecha. La mordedura no fue grave y bastaron unos pocos antibióticos para subsanar el problema. Desde luego, para muchos de estos deportistas, ni tenis ni nadie: lo primero es lo primero.

Fernando González con su perro Pato