En una semana tranquila en la "actualidad tenística", no esperábamos un partido como el que podrán disfrutar esta tarde los espectadores del Abierto de Moselle en Metz (Francia). El padrino de este ATP 250, Jo Wilfried Tsonga, se enfrenta a Alexandr Dolgopolov, ese joven ucraniano de 22 años que puso en apuros a Novak Djokovic en los cuartos de final del Abierto de EE.UU.
El espectáculo está asegurado con dos de los jugadores que más hacen disfrutar al público. Tsonga es un hombre risueño, con aspiraciones de showman, que juega en casa y no tiene mucho que perder en un torneo menor. El talento de Dolgopolov, sin embargo, es de otra naturaleza; el ucraniano es, como dirían en inglés, un "natural". No es alguien que quiera montar el espectáculo en la pista, como Tsonga, sino que le sale, es su juego. Es el típico jugador de tenis que no sólo no tiene apariencia de ser el tenista nº20 de los mejores del mundo, sino que hasta parece que esté en la pista de paso.
Ambos jugadores son capaces de lo mejor y de lo peor. De dar la vuelta a un partido perdido y de tirar un partido ganado. Lo que nos epera esta tarde, a partir de las 16h. (hora peninsular española), es una incógnita absoluta, aunque si nos acogemos a los números nos encontramos con que el jugador nº20 aventaja al nº10.
Dos veces se han enfrentado este año y dos veces ha ganado Dolgopolov: en tercera ronda del Abierto de Australia y del Masters 1000 de Miami. El año pasado en Wimbledon, fue Tsonga el que se hizo con la victoria en un partido de segunda ronda absolutamente épico: 6-4, 6-4, 6-7, 5-7, 10-8.
Tsonga viene de ganar a su compatriota, Nicolas Mahut, mientras que Dolgopolov consiguió el pase a semifinales gracias a la retirada de Xavier Malisse, quien ha sido en algunas ocasiones compañero de dobles del ucraniano. Pero donde Alexandr realmente se ganó la plaza en la ronda previa a la final fue en su partido de segunda ronda contra Marcos Baghdatis, ya que el chipriota empezó dominando, jugó muy bien pero no pudo seguir el ritmo de Dolgopolov y acabó agotado en el tercer set.
El ganador de esta semifinal se enfrentarán Ivan Ljubicic y Gilles Muller, que sólo se han enfrentado una vez, con victoria para el croata, pero fue en 2006. El luxemburgués tiene hoy una gran oportunidad de vengarse ya que está en uno de los mejores momentos de su carrera, aunque Ljubicic es de los jugadores más constantes del circuito y no será un partido fácil.
Por otro lado, en Bucarest, semifinal también interesante en el Trofeo BRD Nastase Tiriac, ya que se repite la final del año pasado con el duelo entre Juan Ignacio Chela y Pablo Andújar, que en 2010 ganó el argentino. En la otra semifinal: Florian Mayer contra Filippo Volandri.