Ha comenzado la Rogers Cup y vuelve la pista dura a la elite del tenis mundial. Se supone que el circuito americano, era la vuelta a la pista por excelencia, la pista rápida, el cemento. El bote plano de la bola.
Hace años, había verdaderos especialistas que dominaban en este tipo de superficies, y la velocidad de la bola impedía ver rallies de más de 5 ó 6 golpes. Hoy en día es habitual que en cualquier superficie se cuelen jugadores de fondo, que no suben a la red "ni a saludar al rival al final del partido", (de forma figurada, claro).
De hecho, la pista dura era una verdadera desconocida muchos países y jugadores dominantes en la tierra batida, con la característica principal de su tenis del juego de fondo de pista, eran dominados sin problemas, especialmente por americanos y australianos, así como especialistas de otros países donde la climatología obligaba a practicar el tenis en pista cubierta, como en Suecia.
Jugadores hispanos y sudamericanos esperaban la llegada de la tierra batida para que sus golpes liftados superaran las subidas a la red de sus oponentes y con reveses y derechas parabólicos hacían botar su bola de manera inalcanzable para sus oponentes, que basaban el tenis en la potencia, el servicio y la volea.
Pero los dominadores históricamente de las listas de la ATP eran jugadores que dominaban los golpes planos y con buenos servicios y capacidad de volea.
Así, Martina Navratilova, fue una mujer que dominó sin problemas el tenis femenino durante una década por su mayor potencia. Sin embargo, la propia jugadora nacida en la extinta Checoslovaquia, comentaba al final de su carrera sobre el césped de Wimbledon: "“La bola cortada sigue siendo muy baja, pero el topspin tiene un bote mucho más alto que antes y permite a los jugadores de fondo de pista poder desarrollar su juego".
La hierba del All England Club, era la máxima expresión del juego sobre pista rápida. La bola casi no botaba y había que avanzar rápidamente a la red para evitar que tu oponente te ganara esa posición y te ejecutase con una volea. Los jugadores más rápidos y elásticos eran los ganadores en Londres.
El circuito americano, como decía el mismísimo Roger Federer en 2006, "ha cambiado mucho". El tenista suizo reconoce que ahora las "bolas son más lentas y los botes más altos".
El bote
Todo viene desde que en 2000 los funcionarios de la ATP, decidieran que el US Open se iba a jugar sobre una superficie Deco Turf de segunda generación. Mucho más lenta y con el bote más alto de la pelota. De hecho, con la aparición en la final de 2003 de Andy Roddick y Juan Carlos Ferrero, el portavoz del US Open aseguró que se había conseguido más paridad y equilibrio, al ver en la misma pista a un cañonero como el norteamericano y un jugador de fondo de pista como el español.
La pista se ralentizó en 2001, pero lo hizo todavía más en 2003 y esto llevó consigo un efecto dominó, en el que todos los torneos del circuito americano tuvieron que optar por la DecoTurf II, porque, como comentaba Anne Worcester, directora del torneo de New Haven: "no podíamos atraer a los mejores jugadores del circuito a no ser que tuviéramos la misma pista que el US Open".
El propio Federer hablaba en 2008 al respecto; "Ahora todo es más lento. Antes era imposible devolver un golpe plano desde el fondo de la pista".
Los amantes del tenis de saque y volea, como la propia Worcester, hablan también de lo bueno que era la heterogeneidad de las superficies. "El mantenimiento de la diversidad es un activo fundamental para nuestro deporte, y creo que deberíamos hacer lo posible para alentar a sobrevivir al saque y volea".
Pero a los altos mandos de la ATP les parece que el espectáculo está en el largo intercambio de golpes. Las pistas se han decelerado para favorecer los rallies más intensos y evitar el juego a dos golpes.
Aunque, oficialmente, la ATP se pronuncia diciendo que "lo que se busca es la homogeneidad en todas las superficies", según André Silva, vicepresidente de relaciones con los jugadores de la ATP.
Así que la diferencia de los botes entre la tierra batida del circuito europeo, en pistas como Montecarlo, Roma, Madrid o París no son muy diferentes a los que se producen en Melbourne, Indian Wells, Cayo Vizcaíno, Montreal, Cincinnati o el propio US Open.
Las grandes diferencias, a priori, se tendrían que dar con la moqueta en pista indoor y la hierba. Pero lo cierto es que la central del All Englan Club, cada vez es más lenta también.
Eddie Seaward, jardinero del club hace más de 20 años, "No hemos hecho nada para que las pistas sean más lentas"· Aunque lo cierto es que Seaward y su equipo han cambiado la composición de la hierba. Se pasó de una modalidad de césped, llamado ryegrass al 100% de su composición a un 60% y un 40% de centeno, que es más grueso y más resistente. Tiene mayor duración.
"Lo único que puedo pensar es que la base se ha endurecido y por eso bota más alto", asegura Seaward.
Todos los jugadores convergen en el análisis de que hoy la pelota bota más en Wimbledon de lo que lo hacía años anteriores. Por ejemplo, antes de retirarse, en su última visita a Londres, Andre Agassi manifestó; "Prácticamente podemos decir que bota como en una pista dura".
La velocidad de la pelota
Otra de las teorías que se manejan es que la propia bola se está haciendo cada vez más grande y más pesada, lo que hace que se desplace a menor velocidad y que bote mucho más.
Muchos tenistas aciertan a coincidir en que el tacto de las bolas es mucho menos suave y esto amortigua el golpe contra el suelo y su posterior refracción es mayor.
Los materiales utilizados en el interior de las bolas son mucho más amortiguados y esto todavía las hacen más lentas. A esto le acompaña, que la pintura de la superficie de las pistas de juego, sobre todo en Estados Unidos, tiene mucho más gramaje, más gránulos, y esto repercute en la amortiguación de la bola.