
Cada vez son más los jugadores ATP, que renuncian a tener un entrenador por uno u otro motivo y los casos más representativos son los del escocés Andy Murray, el helvético Roger Federer y el francés Jo Wilfred Tsonga.
El francés cortó su relación con su entrenador después de un periplo de 7 años con el responsable la federación de tenis gala, Eric Winogradsky. ¿A qué es debido?, pues en el caso del jugador galo, como ha dicho él en varias ocasiones, a tener un poco mas de libertad, a disfrutar de más intimidad, a ser un poco más espontáneo y a madurar más como persona. Ya veremos si acierta y vuelve a ser aquel jugador que escaló al número 6 del la clasificación de ATP y nos enamoró con su imponente servicio y su increíble drive.
En el caso del jugador escocés, la ruptura con el que ha sido su entrenador durante los 3 últimos años, el español Àlex Corretja, ha sido de mutuo acuerdo y ya está buscando nuevo mentor. Podría ser y está sonando con mucha fuerza el ganador de 8 grandes, el tenista checo Ivan Lendl.
Federer por su parte ha tenido cuatro grandes entrenadores en su carrera. El primero de ellos, Peter Carter, falleció en un accidente de coche en el 2002. Luego, trabajó una temporada a las órdenes de Peter Lundgren y acabó "fichando" a Tony Roche, con quien mantuvo una relación que se acabó en mayo del 2007. En el 2008, comienza a trabajar con Pepe Higueras pero rompe su relación con el tenista granadino a mediados de ese año y comienza con el que es ahora su preparador a tiempo parcial Severin Luthi; nadie sabe muy bien qué papel juega pero su imagen ipertérrita al lado de la esposa del jugador suizo, es ya todo un clásico.
El propio jugador suizo ha declarado: "Pienso que una de las grandes lecciones de mi carrera está en el periodo en el que no tenía agencia de representación, ni entrenador. Aprendí mucho... La gente me decía que necesitaba un entrenador. Yo decía: No. Hacedme caso. Tengo a Severin", añadió.
¿Es un error no tener un entrenador o por el contrario se acierta más al carecer de él?... sólo el tiempo dará y quitará razones, pero lo que está claro (y es mi opinión) es que siempre es bueno tener a alguien en quien confiar, alguien a quien poder escuchar.