
El suizo Roger Federer, número tres del mundo, ha dejado escapar, en los octavos de final de Roma, un partido que tenía controlado con 6-4, 4-3 y servicio, para terminar cediendo por 6-4, 6-7 y 6-7, ante el francés Richard Gasquet.
El ex número uno mundial no termina de aprovechar las ventajas que lleva en el set y al final lo paga caro. Como ya le ocurriera en Madrid ante Feliciano López o Xavier Malisse, el suizo rompe muy pronto el servicio de su rival, pero cuando se acerca el final del set, no es capaz de mantener esa ventaja y cede su saque con demasiada facilidad, algo que no le había ocurrido nunca hasta el momento.
En el partido ante Gasquet a Federer le sucedió lo mismo, tenía 4-3 y servicio en el segundo set para finiquitar la eliminatoria. Sin embargo, el suizo no ha sido capaz de conservar su servicio y al final ha terminado cediendo en el tie break. Para en un nuevo tie break del tercer set, perder el partido..
Sus movimientos y gestos en la pista también muestran a un Federer fuera de forma, que comete demasiados errores que nunca antes había hecho. La precisión de golpeo del suizo ha desaparecido y ya no tiene esa habilidad para tirar de forma constante a las líneas.
Al comienzo de temporada, Federer afirmó que su gran aliciente para seguir compitiendo era recuperar el número uno. Ahora, lejos de esa lucha, la mantienen Nadal y Djokovic, parece que ya nada motiva al suizo, lo que ha provocado que en esta temporada solo se haya alzado con el título de Doha, ante Nicolay Davydenko, a principios de año.
La atención que los medios de comunicación y aficionados depositan en Nadal y Djokovic debería ser aprovechada por el suizo para jugar sin tanta presión y desarrollar su mejor tenis, pero parece que a Federer no le gusta jugar en un segundo plano.
Mucho tendrá que mejorar el suizo de cara a Roland Garros y a lo que resta de temporada si quiere seguir entre los tres mejores del mundo. Quizás la dedicación a sus hijas y el haber ganado casi todo, están haciendo mella en los deseos del suizo de seguir jugando y entrenando al máximo nivel.