
Hace varias semanas comenzaron los torneos de la tierra batida de la temporada europea. En sus cuadros ha destacado la ausencia de los jugadores norteamericanos, ya que ni en Casablanca, ni en Montecarlo, primer Masters 1.000 en arcilla, hubo tenistas estadounidenses en su cuadro final.
Mientras, en Barcelona sólo estuvo Robert Kendrick, 84 del mundo, aunque cayó en primera ronda.
Kendrick ha vuelto a repetir esta semana en Munich, donde ha corrido la misma suerte que en la Ciudad Condal. John Isner también ha decidido pisar la tierra, pero en Belgrado, torneo en el que quedó finalista la pasada edición, con idéntico resultado de Kendrick, eliminado en su debut. Cabe destacar que su compatriota Sam Querrey, defensor del título, no haya participado en el torneo. Por contra, en Estoril no ha habido estadounidenses en el cuadro final.
Todos estos datos no hacen más que reflejar lo poco que les gusta la tierra a los tenistas norteamericanos y la pereza que les da dejar su país para pasar una larga temporada en Europa, sin lograr conseguir grandes resultados en dichos torneos. Ya que cabe destacar que en el único torneo norteamericano en tierra, sí participaron bastantes jugadores locales.
Mardy Fish (11), Andy Roddick (12) y Sam Querrey (19) deberán de empezar su temporada en tierra en el Mutua Madrid Open, a no ser que aleguen alguna lesión o problema de salud. Ahí se verá cuál será su nivel de sacrificio en esta superficie, aunque la altura de Madrid les beneficia en la velocidad de la pelota.
Siempre se ha sabido de la alergia de los tenistas estadounidenses a la tierra pero este año se ha dejado patente, ya que de los ocho que están en el Top-100, sólo Kendrick ha participado en dos torneos, e Isner en Belgrado.
Roddick lo ha intentando en más de una ocasión, incluso con buenos resultados en Roma, pero sus decepciones en Roland Garros han hecho que, en su tramo final de su carrera, haya decidido no malgastar esfuerzos en los torneos europeos de polvo de ladrillo.
Que los norteamericanos no jueguen en los primeros torneos de la temporada europea de tierra batida, demuestra que la crisis en el tenis estadounidense es latente y que no encuentran a un jugador que pueda relevar de forma segura a Andy Roddick entre los mejores. No en vano, no cuentan con ningún jugador dentro del Top-Ten y en féminas, sólo está Serena Williams (10), pese a estar fuera de la competición desde el pasado verano.
