Rafa Nadal es el nº1 del mundo por múltiples aspectos de su juego. Es un tenista tan completo que suple sus pocos defectos con sus enormes virtudes. Tal vez el peor golpe de Nadal, desde sus inicios, ha sido el saque, muy lejos de la excelencia del de Federer, por ejemplo, o de casi cualquier tenista top del circuito.
A sabiendas de ésto, Tío Toni ha puesto mucho empeño en mejorar ese golpe, y lo ha conseguido. Nadal hoy en día tiene una mecánica de saque mucho más efectiva, y le permite sacar con más potencia. Aún con esta mejora, el saque de Rafa dista mucho de ser de los mejores del circuito, pero le permite incorporar a su juego un arma de la que antes no disponía.
En los primeros años tras la irrupción de Nadal en el circuito, era fácil verle caer con mucha facilidad en pistas rápidas, incluso cuando ya había ganado Roland Garros y era el mejor jugador sobre tierra batida. El lastre que tenía al saque se acentuaba mucho más sobre superficies donde la bola no se amortiguaba como en la tierra batida, y por más que corriera, le resultaba muy difícil empezar los juegos a remolque, a consecuencia de su flojo servicio.
Pero a base de entrenamientos y mucho empeño, Nadal mejoró con su saque. Además de la variedad de la que ya disponía antes dándole diferentes efectos a la bola, sacando más abierto, tirando al cuerpo o, simplemente, poniendo la bola en juego, ahora podía buscar el saque directo a la T o sacar mucho más fuerte. No solo eso, la nueva mecánica le permitía ser más efectivo con todas las variaciones, dar un paso al frente y dominar el punto desde el inicio.
El resultado de esta mejora es evidente, le permitió ser mucho más sólido en cualquier superficie, lo que le llevó a ganar, por fin, el US Open.
En el siguiente vídeo se puede comprender perfectamente las novedades que incorporó Rafa a su golpe de saque:
Pero no todo son ventajas, pues Nadal ahora, como cualquier sacador de medio pelo, es mucho más dependiente del saque que antes. Y cuando baja su efectividad, le resulta bastante más complicado ganar partidos. Como a Karlovic.
Durante todo el torneo de Indian Wells estuvo moviéndose con un porcentaje de primeros servicios que variaba entre el 56 y el 60%, lo que le llevó a ganar a De Voest, Sweeting, Devvarman, Karlovic y Del Potro perdiendo solo un set con el croata. Pero llegó la final frente a Djokovic, y por los motivos que fuese, el porcentaje de Nadal bajó hasta un pobre 42%. El resultado ya lo conocemos, victoria del serbio con mucha superioridad en 2º y 3er set.
En el Masters de Miami que se está disputando actualmente, el saque de Nadal está funcionando, aunque sus rivales no han sido grandes restadores y no se pueden extraer conclusiones definitivas. Contra Nishikori metió un 59% de primeros, contra Feli el 67% y contra un cansado Dolgopolov el 69%.
No siempre un buen porcentaje de primeros saques asegura la victoria, ya que hay muchos tenistas que sacan mal, y lo que buscan es poner la bola en juego, por lo que meten muchos primeros dentro, pero son poco efectivos. No es el caso del Nadal actual, que además de presentar buenos porcentajes, también tiene cifras interesantes en cuanto a puntos ganados con el 1er saque.
Aún no es momento para valorar si el saque de Rafa necesita de algún ajuste más. Pero si llega el momento de jugar contra Djokovic de nuevo, Federer o algún tenista de nivel, y su porcentaje baja como en la final de Indian Wells, será evidente que hay un problema. Y se tendría que trabajar para solucionarlo, no inmediatamente, porque empieza la temporada de tierra batida, pero sí de cara a la defensa de Wimbledon y US Open.