
Una de las tenistas más reconocidas del circuito profesional femenino de la WTA, Maria Sharapova, lleva casi tres años sin pisar el número 1 de su clasificación. Tres años en los que ha continuado ganando títulos, pero a un nivel más lento que al que nos tenía acostumbrados.
La tenista, descubierta por Martina Navratilova, que le recomendó trasladarse a Estados Unidos, juega por ciclos. 2004 y 2006 fueron sus grandes años, junto con 2008. Fueron las temporadas en las que ganó un Grand Slam, acumula tres ya, y triunfó en más canchas a lo largo del año.
Ha podido con Serena Williams en Wimbledon, con Justine Henin en Estados Unidos, y con Ana Ivanovic en Australia. No eran pistas cómodas, ni rivales fáciles, pero la rusa tenía (y tiene) capacidad para vencerles.
La rusa parece vivir según etapas. Sus grandes torneos los ganó con dos años de separación entre ambos. Ahora parece haber vuelto a la senda del triunfo, aunque hayan pasado tres años desde su último gran título, en Australia. La cuarta ronda en el torneo oceánico mejoraba la primera ronda que había logrado un año antes.
Ahora, en Indian Wells ya ha ganado tres partidos, el último de ellos de manera espectacular ante su compatriota Dinara Safina. Sólo ha perdido un set en estos tres encuentros y se ve en plena forma para volver a sumar éxitos a su palmarés.
La rusa está en el buen camino, en la senda correcta para volver al top 10, un lugar que no debería haber abandonado en su carrera. Un puesto 126 en el ranking de la WTA, el peor desde su ascenso al estrellato, no es un lugar digno para esta campeona rusa que tiene 22 títulos en sus vitrinas.
Fue número 1 durante 17 semanas, repartidas en cuatro tramos entre agosto de 2005 y junio de 2008. La irregularidad de la rusa le pasó factura, con ascensos y descensos en la clasificación. Una lesión en el hombro en 2007 frenó su progresión y le impidió participar en torneos como la Fed Cup, donde su país se enfrentaba a España.
La muerte de la madre de su entrenador, a la que estaba muy unida, también supuso un palo para la rusa, que veía cómo fuera de las pistas todo se complicaba, y además le afectaba a su actuación en los torneos. La lesión la arrastró durante más de un año, algo que hizo que se perdiera el último grande de la temporada y el WTA Championship.
Pero este año, debe ser uno de sus años grandes. Casi no defiende puntos debido a dos lesiones que padeció tanto al principio como al final de la temporada pasada, lo que le ayudará a escalar puestos con mayor facilidad frente al resto de sus rivales. En los grandes no pasó de cuarta ronda, un objetivo más que asequible en este año si realmente se trata de su regreso al tenis del máximo nivel.