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David Goffin nació hace exactamente 20 años en Rocourt, Bélgica. Y hoy, 7 de diciembre, no es el protagonista de estas líneas solamente porque sea su cumpleaños, sino que se trata de la joven promesa que ostenta el tenis belga y por qué no mundial. Actualmente está en el escalafón número 231 del mundo y su mejor registro lo firmó el 15 de noviembre de esta temporada al figurar en el puesto 228. Comenzó su aventura con la raqueta a los 6 años y durante el mes de septiembre de 2008 es cuando decidió transformarse en un tenista profesional. Aún no tiene títulos pero le espera un futuro bañado de alegrías. Pase y conózcalo.
"Me divierte este deporte", dice David Goffin en una entrevista desnudando sinceridad y confesando amor, por lo qué hoy es su profesión. Su relación con el tenis comenzó cuando tenía 6 años y desde allí los entrenadores ya lo calificaron cómo una joven promesa, es por eso que decidió ingresar en la Federación Belga para mejorar y potenciar su juego. Y claro, para explotar sus condiciones: es diestro, potente, tiene revés a dos manos y su superficie predilecta es la tierra batida, dónde hoy ostenta más de un 65% de victorias. No es dueño de una gran altura, pero su físico es ideal para este deporte.
"Soy capaz de mejorar día a día en mi juego", confiesa con tranquilidad mientras en cada torneo que va se gana el cariño de los más jóvenes y firma autógrafos emulando a los top50 ya consagrados. Goffin, quien se considera amante (y practicante) del golf, todavía no explotó su condiciones, pero todo es cuestión de tiempo, ya que es necesario alcanzar la madurez que el tenis requiere. Por ejemplo, muestra un fuerte carácter y no tiene reparos en discutir con el juez de silla cuando éste no toma las decisiones correctas, y ello, es algo que debe moldear y saber manejar para dar el salto definitivo en el circuito masculino, tan competitivo y duro.
De todas maneras, más allá de que no haya logrado un título aún, su juego va en ascenso desde que aquel septiembre de 2008 decidió ser profesional. En 2009 llegó a la semifinal del torneo italiano de Todi, dónde perdió con el favorito Simon Greul por 6-3 y 6-3. Ya en agosto de 2010 repitió la campaña en el Challenger de Génova. Allí no pudo llegar a la final porque fue derrotado por Grigor Dimitrov en dos sets: 6-3 y 7-5. Pero un mes más tarde, llegó un día muy esperado: jugó su primera final. Fue en la tierra revuelta de Ljubljana, Slovenia, y aunque allí tampoco pudo consagrarse dejó una imagen muy buena ante el local (y preclasificado número tres del torneo) Blaz Kavcic con quien perdió por 6-2 4-6 7-5.
El 25 de octubre de este año, en las últimas campanadas de la temporada, tuvo su estreno en un torneo ATP. La cita fue en Montpellier y su primer obstáculo fue el canadiense Frank Dancevic, a quién aplastó por 6-2 y 6-3. En la segunda ronda tuvo la mala suerte de encontrarse con Marc Gicquel, un rival de experiencia y buen juego y no pudo seguir su aventura en Francia, pero confirmó que Goffin viene dando pasos sólidos y seguros en el circuito. Hoy en día está entre los mejores 250 del mundo, algo que poco chavales de su edad pueden contar, y el 2011 está listo para ser el año del despegue triunfal.