Aisam Ul-Haq Qureshi – Rohan Bopanna: Un dobles por la paz

Es interesante y está bueno cuando el tenis o el deporte en general atraviesa fronteras jamás pensadas, siendo capaz de dejar atrás, por ejemplo, problemas étnicos y religiosos. Es algo que sucede con poca frecuencia, pero cuando aparece es justo destacarlo. Entonces, el ejemplo claro para ilustrar lo dicho es el caso de Aisam Ul-Haq Qureshi y Rohan Bopanna. El primero es pakistaní y musulmán y el siguiente indio e hindú. Juntos, forman una pareja de dobles que respira paz y pugna por la unidad. Un ejemplo de vida.
Jorge Viale, columnista de Espn y responsable del blog argentino Fuebuena.com.ar, es quien presenta esta historia poco común en el tenis a través de una charla con los personajes involucrados. Todo empezó, según describe, por Qureshi quien de a poco y casi sin proponérselo se fue convirtiendo en un Embajador de la Paz. En sus comienzos, era un discreto y casi mediocre jugador del circuito individual y por eso eligió -apuros financieros de por medio- ser un doblista. Y para ello se necesita una pareja que esté dispuesta a sumergirse en esta aventura que plantea un camino largo y difícil. Pues en la elección del compañero de ruta es cuando se genera toda esta sorprendente historia.
Es que en un principio, en el año 2002 más precisamente, la pareja de Qureshi fue el israelí Amir Hadad. Por lo tanto, un musulmán y un judío estaban jugando del mismo lado de la red, con todo lo que ello implica en estos tiempos. Ahora, Qureshi es socio de Rohan Bopanna dentro y fuera de la pista y así con el deporte como bandera, buscan olvidar todos los años de conflicto entre sus países y dar un mensaje de paz (desde 1947, cuando el Imperio Británico abandonó sus territorios).
"Tuvimos tres guerras con India. Hay una historia de odio muy larga, entonces esta unión es extraña. No la ves en otros deportes. Es imposible que haya gente de ambos bandos apoyando a un mismo equipo como pasa con nosotros. En ese sentido, me pone feliz y orgulloso que nos vaya tan bien. La gente que viene a vernos puede cambiar su forma de pensar, lo mismo puede ocurrir en nuestros países", le cuenta Qureshi transmitiendo cierto orgullo por la causa a Jorge Viale.
Y esa causa, en cierto modo, nace sin querer. O casi sin proponérselo ya que la pareja tiene en su origen (Bopanna invitó a Qureshi) de manera casual. Es decir, la procedencia de ambos no tuvo nada que ver en la cuestión. "Somos amigos, hablamos idiomas parecidos. El era sólo otro jugador, así que fue fácil decidirlo. Empezamos y nos fue bien", relata Bopanna. Tan bien que por ejemplo vencieron a los hermanos Bryan en Washington. Hace unos días nada más.
Pero Qureshi esconde desde mucho antes ese lado humanizador ya que acarrea una hermosa experiencia con Hadad, su ex compañero: fueron galardonados en el año 2003 con la distinción de Arthur Ashe Humanitarian Award, premio entregado a diez años del fallecimiento del estadounidense. "Eso me hizo una mejor persona, me hizo salir un poco en la costumbre de pensar en la pelota y ver la foto más grande, pero jamás pensé que sería tanta noticia por jugar con un tenista de la India, porque lo había hecho en toda mi carrera con otros jugadores indios. Como nos empezó a ir bien, aparecimos en los medios, tienen en cuenta lo que hacemos, jugamos Grand Slams y eso trae mayor notoriedad", cuenta al respecto pakistaní quien tiene uno título en su carrera como doblista, un récord de 53-47 y su mejor ranking fue el escalón número 37.
Y agrega: "Aquella vez, con Hadad, tuve tan mala prensa en casa (la Federación de Tenis de su país lo expulsó del equipo de la Copa Davis) y me sirvió mucho para darme cuenta de lo que quería hacer en mi carrera. Primero que me vaya bien como tenista, después desarrollar el tenis en Pakistán y más tarde contribuir con un mensaje positivo. Ahora, cuando vuelvo a casa me preguntan si voy a jugar con Bopanna, ya lo llaman por ese nombre y se interesan por él", confiesa. Y esa, al fin y al cabo, es la idea del tenis y el deporte en general: construir puentes y unir a la humanidad sin importar las diferencias que existan. "Sé que la historia entre nuestros países está allí, pero yo no me preocupo por ello. Lo veo a él como un gran compañero de dobles y la trascendencia del caso nos permite mandar un mensaje".