Roland Garros aparte de ser el torneo más grande sobre tierra batida, dar enorme prestigio, y mucho dinero al ganador, tiene un titulo especial para los tenistas de carácter mas agrio, denominado el "premio limón”, que en realidad es una mención, para el jugador menos simpático, o para la jugadora mas antipática del torneo.
En Roland Garros hay un rey en este asunto, es el chileno Marcelo Ríos, que históricamente se llevó este desagradable título en los años 1996, 1997, 1998, 1999 y 2001. Si repasamos algunas actitudes del tenista chileno, ex número uno del mundo, descubriremos que no fue un capricho francés, que se lleve tal premio en tantas ocasiones.
Una de sus actitudes clásicas era insultar a los jueces, como lo hizo en el Torneo de Los Ángeles de 1997, cuando fue descalificado y multado con 5.000 dólares. Unos meses después, en un confuso incidente, atropelló a su entrenador Manuel Astorga, dejándolo gravemente lesionado en un pie. Luego de esto, despidió a Astoga como entrenador.
Una de sus muestras mas claras de su carácter miserable, salio a la luz cuando alcanzó en N°1 del ranking mundial, y despidió inmediatamente a su entrenador Larry Stefanki, mostrando una ingratitud total. Precisamente cuando estuvo en lo más alto del ranking ATP, generó una gran polémica latinoamericana. Esto ocurrió cuando un reportero le hizo una pregunta, intentando comparar sus logros con los del argentino Guillermo Vilas, de brillante carrera. Marcelo Ríos contesto: "él fue número 2, y yo soy número 1", provocando la antipatía general de la sala.
Tampoco fue muy fiel a su bandera, ya que en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, fue elegido por la delegación chilena como el abanderado nacional en la ceremonia de apertura. Sin embargo, terminó negándose a último minuto, porque que sus padres no habían sido invitados a la ceremonia.
Podríamos seguir con infinitas líneas sobre el mal genio del Chino Ríos, como el día que durante una entrevista después del Torneo de Basilea, insultó a una periodista por preguntarle si es que tenía ancestros indígenas.
Esta colección de malas actitudes, justifican sin duda alguna, la gran cantidad de nombramientos para el chileno Ríos, como el jugador Limón de Roland Garros, quien al parecer, cada vez que llegaba Francia no se molestaba demasiado en disimular su difícil carácter.
Roland Garros: Marcelo Ríos, rey del premio limón