Torneo inmaculado el que está firmando Rebecca Marino en el WTA 1000 de Montreal, dejando en el camino a Madison Keys y Paula Badosa para plantarse en los octavos de final. Gran papel de la canadiense que recibió una WC y está demostrando que con 30 años todavía se puede hacer ruido.
"La primera victoria sobre Keys fue muy emocionante, es una victoria ante una de las 30 mejores del mundo. Respaldarlo ahora con otra victoria demuestra que no fue una casualidad, así que me pone muy feliz encadenar estos dos triunfos seguidos. Siento que ya no soy ninguna sorpresa, ya todo el mundo sabe quién soy. Esto me sirve para demostrar que pertenezco a este nivel, realmente lo creo, ahora tengo la evidencia", confesó la actual 220 del ranking.