"El circuito femenino es muy fuerte y tiene una profundidad increíble"

La WTA ha vivido en Wimbledon 2022 otro episodio de impredicibilidad absoluta. La campeona acabó siendo una Elena Rybakina que estaba lejos de atravesar su mejor racha tenística, pero que como tantas jugadoras entre las mejores del circuito tiene la capacidad de encontrar la inspiración y juntar todas las piezas del puzzle en semanas determinadas del calendario. En ellas se convierte en una fuerza casi imparable que salió de Londres con el trofeo de campeona, prueba de la profundidad existente en un circuito donde no se puede dar nada por seguro. Incluso en una era en la que su número uno, Iga Swiatek, parece haberse subido a una capa de invencibilidad, el circuito femenino se empeña en demostrarnos que no hay nada escrito. Y una de sus figuras más icónicas también quiere recordarlo... pero desde la comodidad del retiro.

En efecto, es Ashleigh Barty quien ha aprovechado la ocasión para halagar el circuito que ella mismo dominó con puño de hierro. Se marchó en lo más alto y reconoce que no consume tenis con asiduidad, pero su seguimiento del circuito le permite opinar sobre jugadoras a las que hace apenas meses veía al otro lado de la red. En una entrevista con The Guardian, la australiana habló sobre el estado actual de la WTA: "Iga (Swiatek) es un talento increíble, un ser humano excepcional y una chica muy agradable. Me encanta tanto ella como su equipo, y no puedo estar más orgullosa de que se haya apoderado del número uno, porque juega a este deporte de la manera correcta y tiene muchísima energía y carisma.

La profundidad que existe en el tenis femenino actual es espectacular. Hemos pasado de que haya una o dos jugadoras dominadoras a que haya mucha más impredicibilidad. Eso no se debe a que la WTA sea débil. De hecho, es así porque el circuito es realmente fuerte. Todo el mundo ubicado entre las 40 o las 50 mejores del mundo es tan excepcional que podrían estar perfectamente todas ellas en el top-10", afirma convencida Barty. Ella estuvo en lo más alto durante 114 semanas, y en mitad de un circuito femenino con cada vez más figuras, decidió colgar la raqueta para explorar otros caminos y cumplir algún que otro sueño de pequeña. ¿Se arrepiente de su decisión, aunque sea un mínimo?

"No me arrepiento de nada. De nada. Sé que era el momento correcto para mí. Era lo que quería hacer. Sé que mucha gente quizás no lo entienda aún, pero espero que lo respeten, ya que ha sido mi decisión. Sí, ha sido increíble. Viví todo lo que querría haber vivido", deja claro Ash, que también se ha desligado del tenis como fanática o espectadora. "No vi la final de Wimbledon este año. Está claro que me alegré mucho por Ons (Jabeur) y Elena (Rybakina), son dos chicas geniales, y también fue magnífico ver a Nick (Kyrgios), al que conozco desde hace tanto tiempo, llegar a la final. Sin embargo, desde que me retiré he visto la misma cantidad de partidos que cuando estaba en el circuito, prácticamente ninguno. En ocasiones lo podemos tener de fondo, pero rara vez me siento en el sofá a ver un partido de principio a fin. Ya he golpeado suficientes bolas a lo largo de mi vida, no tengo la necesidad de ver a otros hacer lo mismo".

LAS RUTINAS DEL CIRCUITO, LO ÚNICO QUE ECHA DE MENOS

Dentro de la nueva vida de Barty, es esa sensación de unidad dentro del vestuario lo único que puede llegar a echar de menos. "Definitivamente echo de menos ver a mis compañeras. Hemos pasado muchísimo tiempo juntas, y de repente vivo en un rincón alejado del planeta. Sin embargo, la retirada ha sido una transición sin interrupciones. En lugar de pasarme varias horas al día en las pistas de entreno, ahora tengo rutinas diferentes. Y como ya sabía que iba a llegar, no he tenido que ajustar demasiadas cosas". En las últimas semanas surgieron rumores sobre una nueva academia de tenis en la que Barty ejercerá de mentora con las grandes promesas australianas. Veremos si es el próximo gran proyecto de una número uno que ahora ve los toros desde la barrera.