Año 2001, un crisol de campeones

Este año se cumplirán dos décadas de la última vez que el circuito ATP produjo cuatro campeones de Grand Slam de diferentes continentes. ¿Volveremos a ver algo así?

Fernando Murciego | 3 Jan 2021 | 17.29
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Los Grand Slams de 2001. Montaje: Punto de Break
Los Grand Slams de 2001. Montaje: Punto de Break

En ese momento seguramente ninguna persona pensó en la grandeza del hecho, pero 2001 fue una temporada histórica en el circuito masculino. No por lo que se había cosechado hasta el momento, sino por la revolución inesperada que se daría en la ATP en los próximos veinte años. Dos décadas después, toca recordar cuándo fue el último calendario donde vimos a cuatro campeones de Grand Slam de diferentes continentes. Hoy echamos la vista atrás para trasladarnos a la época donde Estados Unidos, Europa, Australia y Latinoamérica producían campeones de primer orden mundial.

OPEN DE AUSTRALIA

Por aquel entonces, lo último que hubiera representado una noticia en el circuito masculino era ver un estadounidense levantando un Grand Slam, una ley que se había cumplido todos los años desde 1989, un curso después del que los suecos Wilander y Edberg conquistaran las cuatro grandes plazas. Pero la llegada de Jim Courier, Pete Sampras y Andre Agassi revolucionó el vestuario. Sería el chaval de Las Vegas quien arrancaría 2001 celebrando su tercera corona en Australia, la segunda consecutiva, aunque no sería la última. En una edad avanzada, ya con la madurez de los grandes campeones, Andre dejaba su firma en el primer Grand Slam de la década.

ROLAND GARROS

Tampoco sorprendió a nadie ver a Gustavo Kuerten revalidando su trono en París, confirmando que 2001 estaba siendo prácticamente un calco del 2000. El brasileño había dado la gran campanada en 1997, logrando en el mismo día su primer Grand Slam y su primer título profesional, dejando evidencias de que podía convertirse en uno de los perfiles más peligrosos sobre tierra batida de su era. Quizá la sorpresa terminó siendo que no ganara algún Roland Garros más, pero sobre esto habría que preguntarle a la gran Armada Española, quienes aparecieron para cortarle el paso. Como representante de Sudamerica, Guga recogió el testigo que había dejado Andrés Gómez en 1990 para representar a un lugar del globo que ahora apenas tiene protagonismo.

WIMBLEDON

Tuvo que ser el número 125 del mundo el que salvara el papel de Europa en aquel histórico 2001. Goran Ivanisevic se había convertido en un especialista en perder finales en el All England Club, hasta tres dejó marchar (1992, 1994, 1998). Con 30 años parecía que su tren ya había pasado, sobre todo teniendo en cuenta su ranking tan bajo, pero el torneo quiso premiarle con una WC para el cuadro final. Aquello fue el principio de una historia inolvidable, la explosión definitiva de uno de los mejores sacadores de la historia, alguien que no podía despedirse sin un premio a su altura. De haber perdido aquella final con Rafter, Europa se hubiera quedado sin títulos de Grand Slam en el circuito masculino aquella temporada, algo que ya había ocurrido en 1997. ¿Se imaginan algo así ahora?

US OPEN

Terminamos el repaso con el triunfo de Lleyton Hewitt en Nueva York, donde conquistó con 20 años el primero de los dos títulos de Grand Slam que terminaría celebrando. Además lo hizo barriendo en la final a un Pete Sampras al que ya empezaban a mirar con otros ojos, opinando en voz alta sobre si su etapa ya formaba parte del pasado. Sería en aquel mismo escenario donde Pete les respondería un año después, pero eso ya es otra historia. Lleyton hacía historia en la Gran Manzana dándole un Grand Slam al tenis masculino australiano tres años después, tomando el relevo al doblete que Patrick Rafter firmó en aquel mismo estadio. Se cerraba así un 2001 donde las grandes copas terminaron tomaron rumbos completamente opuestos.

Cuatro campeones, cada uno de un continente del mundo: Norteamérica, Sudamérica, Europa y Oceanía. En ese momento nadie pensó en este dato poco relevante, es hoy cuando nos damos cuenta de lo difícil que será que vuelva a repetirse. En un circuito masculino donde 65 de los últimos 67 Grand Slams han sido ganados por europeos (Gaudio en 2004 y Del Potro en 2009), parece imposible que a medio plazo encontremos un reparto de trofeos como el de aquel 2001. Australia y Estados Unidos tienen mimbres para volver a pelear por estos títulos, pero lejos de ser favoritos. En cuanto a Latinoamérica, una región que siempre compitió con una clara desventaja, anda lejos de la brillantez de aquella época donde La Legión Argentina arrasaba por donde pasaba.

En WTA, todo lo contrario

¿Y qué pasa con el circuito femenino? Como no podía ser de otra forma, nada que ver. Ya no solo porque en la WTA esté todo muchísimo más dividido e igualado, es que en el vestuario femenino todos los continentes tienen voz, voto y opciones de llevarse una parte del pastel. Sudamérica (con solo una top100) sería la única sin cartas para competir. Basta con irnos a 2019 para encontrar el mismo caso que en aquel 2001 en ATP: AO-Osaka (Asia), RG-Barty (Oceanía), WB-Halep (Europa) y UO-Andreescu (Norteamérica). Diferentes corrientes que confluyen a la vez dependiendo del qué circuito mires.

Apunte: Visto el revuelo, confirmo que no falté ningún día a clase y que Nortemérica y Sudamérica pertenecen a un mismo continente, aunque sepamos que nada tiene que ver una con la otra. En algunas culturas entienden a estos dos territorios como totalmente independientes debido a las grandes diferencias entre ellos, incluso así lo indican muchos libros de allí y de aquí. Permítanme que por esta vez, aunque sea por el hito que ocurrió en aquel 2001, no seamos tan estrictos con la lección de Geografía.