Rajeev Ram y una huella imborrable

El tenista norteamericano se enfrentó en menos de un año a dos sucesos que marcaron su vida: el fallecimiento de su padre y su primer título de Grand Slam.

Fernando Murciego | 9 Nov 2020 | 12.11
facebook twitter whatsapp Comentarios
Rajeev Ram junto a sus padres
Rajeev Ram junto a sus padres

¿Cuánto tiempo se puede llegar estar persiguiendo un sueño? Tanto tiempo como merezca la pena tu deseo. En el caso de Rajeev Ram, su deseo era levantar un título de Grand Slam, una meta que no logró hasta los 35 años. Lo que no esperaba era que, al mismo tiempo que recibía su recompensa, una fatal noticia corrompería todo su alegría. Su padre era diagnosticado de cáncer y en poco más de un año perdía la vida. Entre sonrisas y lágrimas, así fueron las últimas temporada del estadounidense y así lo explica con todo lujo de detalles en Behind the racquet, el lugar indicado para exponer este tipo de emociones que van más allá del deporte.

Mi padre falleció en abril de 2019, le habían diagnosticado cáncer de páncreas en 2018. Me enteré el día que volví del Open de Australia. La quimioterapia es una de las peores cosas por las que puede pasar alguien, es casi peor que la enfermedad en sí, especialmente en los casos de cáncer de páncreas, donde la tasa de supervivencia es muy baja. Tienes que decidir si quieres someterte a un tratamiento o simplemente vivir lo mejor posible mientras tengas que vivir. Te enfrentas a una situación tan loca que parece un sueño.

Soy hijo único, así que mi padre y yo tuvimos siempre un gran relación. Nunca me vi obligado a jugar al tenis, siempre fue mi elección. Hasta los 12 años, papá y yo jugamos al tenis cada día, juntos. Venía del trabajo todos los dais y nos íbamos a jugar a las canchas de la escuela de secundaria local. Mi tenis siempre tuvo un lugar especial en su corazón, así que cuando se convirtió en mi carrera, él estuvo muy orgulloso. Nuestra actividad padre-hijo se convirtió en mi trabajo, lo cual suele ser bastante raro.

Después de que le diagnosticaran cáncer, el tenis dejó de importar tanto. Gané mi primer título de Grand Slam en la el Open de Australia 2019, en la categoría de dobles mixtos. Mi papá se sintió lo suficientemente bien como para quedarse despierto y mirar mis partidos. Siempre dijo que le encantaría verme ganando un Grand Slam, así que tuve suerte de poder compartir ese momento con él. Cuando falleció, sentí una mezcla de emociones. Sentí tristeza, enfado y decepción porque mis cimientos se tambalearon. También sentí alivio, al ver que mi padre ya no estaba en esa situación tan miserable. Fue extraño, nunca olvidaré esos momentos. Todas estas emociones hicieron que mi tenis se desenfocara un poco, pero pude recomponerme. Ahora estoy motivado, sé que todo lo que haga estará en su memoria.

Después de 16 en la gira y 58 apariciones en torneos de dobles de Grand Slam, por fin pude ganar mi primer título de dobles masculino en Grand Slam en el Open de Australia 2020. Lo había intentado 58 veces hasta poner mi nombre en uno de esos trofeos, esos que estarán ahí para siempre. Sé que es una parte muy pequeña de todo este juego, pero puedo decir que dejé mi huella en la historia de este deporte. No importa si lo gané al primer intento o al centésimo, fue un sentimiento muy especial.

No estaría donde estoy si mi papá no hubiera jugado conmigo después de llegar de su trabajo durante diez años. Nunca me dijo que había tenido un día muy difícil, o que estaba demasiado cansado. Siempre quiso verme hacer lo que me hacía feliz, sabía que el tenis era mi pasión. Me encantaba el deporte, más que ganar o alcanzar cierto ranking. Después de su muerte, mi amor por el tenis me devolvió a la cancha porque mi padre es lo que hubiera querido, que realizara lo que amo durante el mayor tiempo posible”.