Hace un año el mundo era distinto y ninguna pandemia era capaz de eclipsar las hazañas deportivas. Daniil Medvedev fue el gran protagonista en el tenis, con un verano simplemente asombroso en el que apenas perdió partidos y mostró un nivel de juego difícilmente imaginable antes de esos momentos. El ruso se encamina ahora a una defensa del título en el ATP Masters 1000 Cincinnati 2020 de una manera poco habitual: sin público y en otro lugar al habitual. Resolvió su duelo con Marcos Giron de manera solvente y en rueda de prensa abordó algunos asuntos de interés para todos los aficionados.
"Fue difícil jugar hoy, hacía mucho calor. Por suerte pude sacar bien, porque no estoy satisfecho con mi juego de fondo, pero ganar era lo que importaba y lo hice sin ceder mi servicio, en sets corridos y sin llegar al tiebreak. Esa era la prioridad", declaró el ruso. "Lo del año pasado fue increíble, trato de recordarlo para convencerme de que puedo volver a jugar a ese nivel. Siento que en los entrenamientos me estaba encontrando muy bien, así que aunque todavía es pronto, espero desplegar mi mejor tenis cuanto antes", señaló el ruso.
Cuestionado sobre si se siente presionado por tener que defender el título o esa sensación ha disminuido con la reestructuración del ranking que ha hecho la ATP. "No siento para nada ninguna presión. Vine para ver a qué nivel estoy, echaba mucho de menos el tenis. Seis meses sin competir es demasiado y quiero probarme a mí mismo y comprobar si puedo enfrentarme a los mejores del mundo. De hecho no me siento como el campeón defensor, creo que esa sensación la tendré ya el próximo año cuando juguemos en Cincinnati", aseveró un Daniil que no tiene problemas en jugar sin público.
"Todo el mundo está dispuesto a luchar por ganar partidos, no creo que sea necesario prepararse de ninguna manera para jugar sin público ya que todos lo hemos hecho habitualmente, en entrenamientos o torneos menores cuando éramos jóvenes. He trabajado mucho con mi entrenador, pero a nivel general, no en nada específico", declaró un Daniil Medvedev que reconoció no poder conducir durante seis meses por una infracción cometida en Mónaco. "Me pillaron a 163 km/h, excedí por mucho el límite de velocidad. Quería llegar a casa lo más rápido posible después de un largo día de entrenamiento", sentenció.