Isabelle Demongeot, la tenista de élite que alzó la voz contra los abusos sexuales

La que fuera número 35 del mundo fue pionera exponiendo los abusos sexuales por parte de su entrenador y ha inspirado a muchas mujeres.

Diego Jiménez Rubio | 8 Mar 2020 | 00.33
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Isabelle Demongeot, pionera en denuncia de abusos sexuales. Foto: gettyimages
Isabelle Demongeot, pionera en denuncia de abusos sexuales. Foto: gettyimages

No siempre estuvo en primera plana del debate público una lacra tan extendida y atroz como la violencia machista y el abuso sexual a deportistas. Hace apenas unos lustros, la confianza de los progenitores en entrenadores deportivos era máxima y se entregaban con plena confianza a la honestidad de estos. La suspicacia que inunda estos días tras los muchos casos vergonzosos para la Humanidad en las que hombres se han aprovechado de su posición de poder para abusar de menores, ha puesto sobre la mesa un asunto que ha de ser abordado con la mayor de la contundencia posible. La figura de Isabelle Demongeot fue clave para que se hicieran visibles millones de casos.

La ex-tenista francesa, que llegó a ser 35 del mundo en 1988, denunció al que fuera su entrenador y ganó un juicio en 2012 que terminó siendo punto de inflexión en la lucha por el empoderamiento de la mujer y la justicia social. Y es que con tan solo 14 años, Isabelle empezó a sufrir abusos sexuales por parte de Regis de Camaret, entrenador que guió sus pasos hacia el profesionalismo. Tras su caso salieron otros muchos, algunos de ellos tremendamente mediáticos y que avergonzaron a toda Francia, como el de Andrew Geddes, sentenciado a 18 años de cárcel por abuso sistemático a cuatro menores. En una entrevista con Ubitennis, Demongeot analiza su caso y el de muchas otras.

"Tuve que afrontar una larga batalla. Denunciar después de tanto tiempo no fue sencillo y luché contra el estigma social, la vergüenza y una posición de poder de mi entrenador que no fui capaz de romper cuando apenas era una niña. Durante mucho tiempo no tuve ningún apoyo de las instituciones y Bernard Giudicelli fue el primero que se tomó en serio mi caso y el de muchas otras y decidió abordarlo sin tapujos. Un técnico llegó a decirme que si daba a conocer mi caso nadie volvería a verme como una mujer fuerte y exitosa en lo deportivo, sino como una víctima de violación. La gente no entiende lo que supone sufrir abusos sexuales y la huella que deja en ti para toda la vida. Los ministros de Deportes en Francia han sido patéticos y no han asumido que en el país ha existido durante decenios un proceso sistemático de abusos a menores y mujeres en el deporte", asegura.

Estremece comprobar con su relato la pasividad de algunas instituciones. "Después de contar todo en las oficinas del Ministerio, llegaron a decirme que agradecían mucho mi testimonio y que ya podía irme, que ellos se encargaban. Propuse muchas cosas, como contrata a un psicólogo especializado que hablara con todas las niñas que habían sufrido lo mismo que yo y con sus familiares, pero nunca lo hicieron. Bernard me incitó a crear una asociación, pero las víctimas no siempre estamos preparadas para esto, necesitamos especialistas e implicación gubernamental. No puede ser que víctimas de Geddes me llamaran a mí pidiéndome asesoramiento y dinero porque tenían la vida destrozada. Eso demuestro lo mal que se han hecho las cosas", declara una mujer que ganó un título WTA (Westchester 1991) y pisó la tercera ronda en todos los Grand Slams. El caso de Isabelle Demongeot y su valentía para denunciar injusticias y luchar contra la falta de empatía, deben ser ejemplo para todas en este Día Internacional de la Mujer.

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