Francis Roig: “Todavía alucino viendo la ilusión que tiene Rafa”

El técnico del balear nos cuenta algunos secretos de su relación con el jugador. “Hace años me dijo que se veía jugando máximo hasta los 28… y aquí seguimos”.

Fernando Murciego | 20 Nov 2019 | 10.15
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
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Quince años acompañando al mejor tenista español de la historia dan para contar muchas historias, casi para escribir un libro. Pero ese libro deberá esperar mientras la leyenda de Rafa Nadal siga aumentando. Francis Roig (Barcelona, 1968) jamás pensó que aquella colaboración que aceptó en 2005 seguiría vigente a finales de 2019, pero su buen trabajo con el balear y el resto del equipo nos ha regalado uno de los círculos más compactos y eficientes del vestuario. El técnico catalán se sienta con Punto de Break para recordar tiempos pasados, analizar nuevos torneos y presagiar lo que nos pueda traer el futuro. Un futuro donde también le veremos de capitán en la ATP Cup.

Empezó la nueva Davis, ¿cómo la ves?

Con este nuevo formato, la competición se vuelve mucho más difícil, mucho más abierta, sin margen al fallo. Es una problemática nueva donde todo se decide en tres puntos. Creo que la Davis necesitaba un cambio así, esperemos que éste sea el acertado, eso solo lo dirá el tiempo.

Justo tiempo es lo que le falta.

Va un poco justo de tiempo, sí. Cinco partidos en una semana, con horarios complicados, acabando tarde, pero predispuestos a hacer todo lo posible para ganar el torneo.

Decía Gaudio que una competición así necesita un par de días más. Quizá una semana más.

Dos semanas sería demasiado, a estas alturas del año es complicado. Igual pasaría por sacar un día y jugar cuatro en vez de cinco partidos, con uno de descanso. Creo que es importante poner los partidos en horarios correctos, nosotros seguramente terminaremos algún día cerca de las 02:00 de la mañana. Tampoco me he parado a pensarlo mucho, no es mi trabajo. Estamos con ilusión de intentar hacerlo bien, todo lo que sea bueno para el tenis ahí estaremos.

¿Qué opinas del formato anterior?

Necesitaba un cambio. La Davis es una competición diferente, muy bonita, a todos los jugadores les gusta jugarla al ser por equipos. Lo que era evidente es que últimamente estaba un poco descafeinada. ¿Es éste el cambio correcto? Esperemos que sí, lo veremos con el tiempo. El día a día dirá dónde están los hándicaps.

Mientras tanto, ayer nos enteramos de tu capitanía en la ATP Cup. Enhorabuena.

Muy contento. Como sabéis, el Nº1 tiene la potestad de elegir al capitán y yo iba a estar allí con Rafa, así que lo lógico era que me lo propusiera. Es otra competición nueva que ya veremos cómo funciona, aunque será diferente a esta Copa Davis. Allí habrá varias sedes, será el inicio de año y con el Open de Australia inmediatamente después. Hace muchos años ya existió un torneo similar, lo sé porque lo jugué. Entra la Laver Cup, la Copa Davis y la ATP Cup ya veremos qué competiciones continúan, cuáles se unen y cuáles desaparecen.

¿Cómo sienta que Rafa te elija de capitán?

Estoy muy contento, además yo soy un claro defensor del coaching, de la posibilidad de estar en pista y hablar con los jugadores. España tiene un equipazo, no solo Rafa, así que será un lujo estar ligado a la alta competición e intentar ganar un campeonato del mundo, que siempre es importante.

Eterno debate el del coaching. Los entrenadores dicen ‘sí’, pero los jugadores…

A la gente le encantaría, al espectador. Hay que buscar alicientes para que el tenis enganche y ganemos más adeptos. Yo, como aficionado, me gustaría saber lo que le dice el entrenador al jugador, son curiosidades que ayudan, por eso lo veo positivo.

¿Dónde empieza tu historia con Rafa?

Año 2005, Australia. Yo estaba entrenando con Feliciano y un día me vino Toni (Nadal) a comentarme la posibilidad de hacer alguna semana porque él tenía niños pequeños, viajar todo el año le iba a ser muy complicado. Le dije que sí, por supuesto, era un proyecto muy ambicioso y ya se veía que Rafa iba a tirar hacia delante… quizá no tanto como ha tirado (risas). Empezamos juntos en Sudamérica, donde jugó Buenos Aires, Costa de Sauipe y Acapulco. A partir de ahí hemos ido avanzando hasta llegar aquí.

Son cinco lustros entrenando al mismo jugador.

Es algo que no imaginas, esta será la 16ª temporada y todavía me sigue pareciendo inimaginable. Mucha gente decía que Rafa duraría 3-4 años más, pero yo nunca lo vi así, los que estamos dentro del equipo sabíamos de lo que era capaz, de su fortaleza para superar adversidades. Justo en 2005, a final de año, le dijeron que igual no podría volver a jugar nunca más por el tema del pie, pero aquí llevamos 16 años luchando.

Y a este nivel, no tiene pinta de tener la meta cerca.

Siempre recuerdo una anécdota de un año en Queen’s donde le pregunté hasta qué edad se veía jugando. Me dijo que hasta los 28 años como máximo. Ahora llevamos ya un tiempo donde se dice que le quedan dos años, dos años, dos años… pero no salimos de ahí. Mientras Rafa esté sano, lo primero, y siga viéndose bien para competir, con la misma ilusión en cada entrenamiento…

… y mientras sigan Federer y Djokovic.

Entre los tres de arriba se van tirando el uno al otro, es cierto. Yo creo que si Rafa hubiera dejado de jugar, Federer haría mucho tiempo que se hubiera retirado. Es una pelea por ver quién gana más Grand Slams pero va mucho más allá. El hecho de ver a gente que lleva peleando contigo durante toda tu carrera te motiva al ver de lo que todavía son capaces. Eso te hace mejorar. Estamos ante una oportunidad única de ver una lucha tan bonita como ésta.

¿De dónde nace esa pasión infinita?

Rafa sigue teniendo unas ganas intactas, yo alucino. Estuve en Mallorca hace un tiempo viéndole entrenar, justo después de la boda, antes del Masters. De verdad, es increíble que después de quince años el tío siga con esa fuerza, esa ilusión, ese interés. Su tenis también ha cambiado, ya no es tan físico, disfruta jugando, aportando cosas nuevas, incluso en torneos de pista rápida.

El Rafa 2.0.

Ahora en pista rápida gana más partidos y los gana de manera más fácil. Más rápidos, en dos sets. Antes era mucho más complicado. Ahora ves que depende más de él, el hecho de ser más completo le ha ayudado mucho.

Dentro de todo el círculo de Rafa Nadal, ¿qué papel juega Francis Roig?

Intento aportar lo que creo que a Rafa le puede ayudar para ser mejor jugador, según entiendo que va evolucionando el tenis. No hace falta mentalizarlo, obviamente a veces hay que animarlo, como ser humano que es, pero hace tiempo que sabíamos que si quería ser un tenista longevo, esa manera de jugar había que cambiarla. O te adaptas, o es imposible. Con el tiempo fuimos haciéndole entender que era necesario un cambio, aunque es difícil cuando llevas tanto tiempo haciendo algo que te da éxitos. Él era consciente de ello.

¿Qué cambios destacarías?

El revés lo ha evolucionado mucho, ahora es más capaz de mover al rival. Antes les ganaba más por repetición, ahora los mueve más, corre menos. En Roland Garros le hemos visto ganar más puntos cortos que antes. Hace dos años le dije que algún día ganaría el US Open sacando y voleando.

¿Y qué te dijo?

Se reía (risas). Ahora el saque y volea ya ha entrado a formar parte de su manera de pensar. Esto es bueno, buscas acortar puntos. Con el resto más de lo mismo, restar más delante o más detrás. Buscamos que fuera más agresivo con este golpe e ir aplicándolo poco a poco en los partidos. O el revés cortado, subir a la red, etc. Estos aspectos me gustan mucho, siempre intento hacerle ver que son armas que va a necesitar. Luego tiene la suerte de ser un jugador que entrenando, le salen las cosas.

La entrada de Moyá pudo ser el punto de inflexión.

Rafa tiene una edad en la que vas pensando en incorporar cosa nuevas. Hace tres años que entró Charly, él tenía 31 y ahora tiene 33. Todo es un período y él es el primero que es consciente que las cosas no funcionan de golpe. Es difícil aplicar cosas de golpe, pero Charly también estaba de acuerdo en que las cosas dentro de pista tenían que pasar un poquito más rápidas.

En tu etapa como jugador, ¿tuviste buenos entrenadores?

Tuve muchos entrenadores, pero sé muy bien de los que aprendí algo y de los que no. Antes tampoco se viajaba full time con el entrenador, hoy todo ha cambiado mucho. Dentro de mi modesta carrera, había entrenadores que iban a estar cuatro días conmigo antes de un torneo y yo sabía que esos cuatro días me iban a servir para estar preparado y tener la confianza para competir bien. Eso es lo buscaba yo en los entrenadores, es una figura que entiendo como la de un mecánico. Cada jugador necesita cosas diferentes, pero siempre necesitará que el entrenador le dé esas armas y sepa montar el coche para que luego en carrera pueda rendir bien.

En esa modesta carrera, pisaste 3R de Roland Garros en el primer Grand Slam que jugaste.

Sí, perdí con Chang. Pero no duraron demasiado esos resultados (risas). Eso son casualidades que se dan, no quiere decir nada. Hace mucho tiempo de esto, ya casi ni lo recuerdo. Es una anécdota bonita que guardaré siempre con cariño.

¿Qué recuerdas de esa etapa?

Recuerdo momentos y experiencias, tengo memoria fotográfica, pero a nivel de datos o partidos no me quedo con muchas cosas. Miro más en general, lo que hice bien o lo que hice mal. Momentos especiales que no quiero que se me pasen. Hay jugadores, como Rafa, que se acuerdan de un 15-30 de un partido hace cinco años. Viven con un poder de focalización tan alto, un nivel de intensidad tan grande, que lo retienen todo mejor.

Solamente ganaste a un top10 en tu carrera. Esta seguro que la recuerdas.

Sí, contra Emilio. De hecho, le gané dos veces.

Pero la segunda no era top10.

En el Godó, es verdad. En Atenas era 8º. A Muster le gané una vez también, pero estaba 30º (risas). De todo esto me acuerdo, incluso si es un punto muy importante. Pero normalmente me cuesta mucho retener estas cosas.

¿Y si te pregunto por el H2H con Carlos Moyá?

¡Coño! Pues mira, con Carlos lo tengo favorable, solo jugamos una vez (risas) Fue justo dos meses antes de que hiciera final en el Open de Australia, en un Challenger en Mallorca, era muy joven.

Con Carlos Costa ya no te fue tan bien (0-5).

Costa me tiene fulminado. Tú piensa que lo conozco desde que teníamos 9 años, hemos tenido carreras paralelas, muchas veces incluso nos confundían. Alguna que otra vez recordamos nuestros partidos, aunque prefiero no acordarme (risas). Era mejor jugador que yo, ¡aunque de pequeñito le ganaba siempre!

Si pudieras rescatar un momento de estos últimos 15 años, ¿cuál te viene a la mente?

(Piensa) Más allá de lo que significa y lo difícil que es ganar un Grand Slam, al margen de esos títulos, hubo una vez que llegamos a Indian Wells (2013) con la rodilla muy fastidiada. Me acuerdo que antes del torneo me dijo: “Mira, si aquí soy capaz de ganar un par de partidos, estaré contento”. Luego ganó el torneo, en la final contra Del Potro.

Superando la adversidad, un día más.

Igual que este año en Roma, cuando le ganó en la final a Djokovic, ese también fue un momento muy especial. Prácticamente, una sensación de lo más cercana a lo que representa ganar un Grand Slam. Ganarle a Novak, después de tanto tiempo, y la manera en que lo hizo… son momentos que se te quedan.

Lo que no lograste como entrenador, te vino luego como entrenador.

Soy consciente de que soy súper afortunado, estar al lado de Rafa es una oportunidad única. Le considero uno de los mejores deportistas de toda la historia, no solo del tenis. También como persona humana, más allá de la manera que tiene de competir, que es brutal. Espero que todavía estemos dando guerra por un tiempo.

¿Y después de Rafa, el vacío?

No será fácil, pero España es una cuna de la que siempre salen jugadores. Evidentemente, no estaremos al nivel de estos últimos años, pero la tradición va a seguir ahí. El hecho de tener tantos referentes será de mucha ayuda para los nuevos jóvenes.