Resulta incomprensible discernir por qué hay jugadores que gozan de una atención mediática mucho mayor que otros cuyos logros son equiparables. Lloyd Harris es uno de esos tenistas discretos, humildes, de perfil bajo, que ni siquiera por el mero hecho de haber sido encuadrado durante años en el comercial panorama de NextGen, ha sido valorado en la medida en que otros de sus coetáneos sí lo fueron. El sudafricano encara una temporada en la que podría darse su definitiva eclosión y salto a los focos mediáticos. Y es que el rendimiento que viene ofreciendo desde hace más de un año, lo merece. El ascenso del puesto 291 en que comenzó el 2018, al 100 que ocupa actualmente, es el fruto de un duro trabajo y sacrificio por parte de un hombre comprometido con su país, y que sueña con seguir los pasos de Kevin Anderson.
Ganador de dos torneos del ATP Challenger Tour durante la pasada campaña, en la que comenzó disputado torneos ITF Futures, el bueno de Lloyd parece en disposición de dar un salto cualitativo ya. Ha pasado las fases previas de los dos últimos Grand Slams, cayendo con contundencia tanto contra Gilles Simon en el US Open 2018, como ante Daniil Medvedev en el Open de Australia 2019. Es evidente que sigue existiendo una brecha entre los torneos Challengers, donde domina con puño de hierro tal y como atestigua su reciente título en el ATP Challenger Launceston 2019, y la élite. Harris se afana por acortar esa distancia, sin pausa pero sin prisa, y el hecho de hacer su estreno esta semana en el top-100 supone el mejor aval para ello.
"Estoy muy feliz de conseguirlo. Es una de las grandes metas para cualquier tenista y estoy muy emocionado ante lo que se viene. Creo que tengo un amplio margen de mejora", declara en la web de la ATP un Harris que se muestra ambicioso. "Voy a ir paso a paso. Mi siguiente gran meta es entrar al top-50, y trabajaré muy duro para conseguirlo esta misma temporada, desvela un hombre de 193 centímetros de altura, cuyo estilo de juego parece inspirado en el de su compatriota Anderson, afanándose en la búsqueda inexorable del golpe ganador y ostentando una gran facilidad para el servicio y el tenis agresivo.
Harris tiene una historia de superación que estuvo a punto de verse truncada por problemas económicos. "Hubo un momento, cuando era junior, que nos quedamos sin fondos. Mis padres no podían costearme más los gastos enormes que supone viajar para jugar torneos, los patrocinadores no respondían y tuvo que hacer artificios para encontrar la manera de continuar", asevera en la web oficial del primer Grand Slam del año un hombre que denuncia de manera implícita la dificultad que atesoran jugadores de su país, para disputar torneos de nivel en su entorno, siendo África un continente muy poco dotado de eventos de nivel y viéndose abocado a hacer largos viajes para poder competir contra jugadores de su entidad. Lloyd Harris parece tener madera de gran jugador y habrá que estar atento por si puede emular los logros de un Kevin Anderson que no duda en apadrinarle y mostrarle constantemente su apoyo y mentorización, consciente de la dificultad de un país como Sudáfrica para sacar jugadores de este nivel.