Kevin Anderson bendice el tiebreak de Wimbledon en el quinto set

El sudafricano explica en primera persona las consecuencias de su maratón ante John Isner. “Tener que llegar a 12-12 me sigue pareciendo largo”.

Fernando Murciego | 21 Oct 2018 | 08.00
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
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Será complicado encontrar un jugador en el circuito ATP que no esté conforme con la nueva reglamentación del torneo de Wimbledon: tiebreak en el quinto set en caso de llegar a 12-12. Una reforma que ha llegado muy tarde y que ahora obligará al Open de Australia y Roland Garros a estudiar su situación. Pero no nos movemos de Londres. Kevin Anderson y John Isner fueron los protagonistas este verano de una semifinal que duró más de seis horas y media, dejando casi dos perdedores tras la última bola que se jugó. El sudafricano explica en The Times lo que significó aquel duelo y lo que representa este cambio en la legislatura del major británico.

“La introducción de un tiebreak en el quinto set con 12-12 en Wimbledon refleja un gran compromiso por parte de la organización. Sé que los miembros del torneo lo llevan estudiando desde mi maratón en la semifinal de este año. Me pidieron opinión, así como a otros jugadores del cuadro. Creo que hubo una respuesta mixta acerca de si debería colocarse o no en caso de 6-6 en el quinto set”, analiza el de Johannesburgo.

“Yo creo que si un partido todavía no se ha decidido en el 6-6 del quinto set, igual ya es un buen momento para que se decida. Sin embargo, hay algunas personas que pensaron que debía ser con 12-12, por compromiso. Obviamente, llegar al 12-12 me sigue pareciendo muy largo, pero podemos encontrar cierto equilibrio, de alguna manera había que respetar ese carácter histórico de partidos con sets tan largos, al mismo tiempo que se aseguran que los partidos no sean tan largos como hasta ahora”, confiesa el hombre que salió vivo de aquella batalla tras 6h36min.

Un partido que acabó un viernes pero que el sudafricano siguió ‘jugando’ durante mucho más días. “Existen múltiples efectos secundarios tras jugar este tipo de partidos tan largos. Desde un punto de vista físico, recuperarse a tiempo para el siguiente partido resulta un desafío extremo, sea cual sea la ronda del torneo en la que te encuentres, pero se acentúa mucho más si se da en unas semifinales como me pasó a mí. Recuperarse se convierte en algo muy complicado, tu cuerpo lo paga en deportistas que llevamos todo el año jugando”, advierte el actual número 8 del mundo.

“Desde el punto de vista de la programación, si nos fijamos en la semifinal que iba después de mi partido, Rafa Nadal y Novak Djokovic no pudieron terminar su enfrentamiento y se vieron obligados a regresar al día siguiente. Si cuentas con un tiebreak en el último set, sabes que no hay opción de que haya un final tan extenso. Fue muy duro disputar la final de un Grand Slam después de dos partidos tan largos y duros de manera consecutiva: superando a Roger Federer 13-11 en el quinto set de los cuartos de final y luego a John Isner por 26-24 en el duelo de semifinales. Físicamente, pagué un peaje muy caro”, subraya Kevin.

Una experiencia única que, por suerte, Anderson no tendrá que volver a pasar. “Tras finalizar Wimbledon, subí a St Andrews para tomarme unos días libres de descanso, donde me centré únicamente en darme un tiempo para recuperarme. Uno tiene que recuperarse mentalmente y físicamente, especialmente en las articulaciones y los músculos, factores que son muy importantes. Esas son las heridas más complicadas de curar, en mi caso hasta perdí una uña que me obligó a estar algunos meses de recuperación. Afortunadamente, no me obligó a estar demasiado tiempo fuera de las pistas”.