Con título sabe mejor

Roger Federer celebra su vuelta al número 1 del mundo levantado en Stuttgart el 98º título de su carrera. Un domingo perfecto para el rey de la hierba.

Fernando Murciego | 17 Jun 2018 | 14.35
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
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Domingo, gira de hierba, una final por disputar y Roger Federer levantando el título. Una fórmula muy familiar que ya hemos visto repetida en 17 ocasiones. Con la de hoy en Stuttgart, 18. El suizo se impuso en el pasto alemán ante Milos Raonic (6-4, 7-6) para levantar el 98º trofeo de su carrera y demostrar que, pese a haber estado tres meses parado, el talento y la maestría nunca se olvidan. La mejor manera de celebrar su regreso al número 1 del mundo a partir de mañana. La mejor manera de arrancar una gira en la que todavía le quedan por defender 2.500 puntos. Mañana viaje a Halle y como si aquí no hubiera pasado nada.

Si hubo duelo de alturas ante Nick Kyrgios, un plan similar seria el que le tocaría trazar este domingo a Roger Federer. Enfrente un gran sacador, con menos talento que el australiano pero con más firmeza en momentos clave. El objetivo, no conceder oportunidades con el saque e intentar aprovechar las pocas que el canadiense ofreciera. Tres juegos tardó el suizo en completar el plan al completo. Rompió el servicio de Milos para ponerse 2-1 y saque, para luego salir vivo de un 15-40 que hubiera tirado por el suelo todo lo anterior. Dos juegos cruciales para el devenir de un set que ya no sufriría más turbulencias. Parecía un 6-4 sencillo, pero los que siguen al de Basilea saben lo complicado que se le la hecho estos últimos tiempos a la hora de amarrar esos puntos de break.

Para Milos estar aquí ya era todo un premio, un jugador que no disputaba na final profesional desde hacía trece meses. Aquella en Istanbul, por cierto, la perdió ante Marin Cilic. De hecho, su última conquista databa de Brisbane 2016, con Roger al otro lado de la red. Mucho había llovido desde entonces, pero siempre podrá contar que le ganó una final al suizo. ¿Repetiría hoy tal hazaña? Desde luego, con los cinco saques directos conectados en el primer parcial no llegaría muy lejos. Todas las opciones pasaban por mejorar esa estadística y por amenazar el saque del helvético, pero llegados al 5-5 nadie consiguió asustar al otro.

Justo aquí llegaron los nervios, un 15-30 en el saque de Raonic y un 0-30 en el de Roger. Pero nada, el tiebreak estaba ya pactado desde hace doce juegos. Allá se fueron, con los dos primeros servicios malogrados por parte del suizo y del canadiense. La cosa se ponía interesante, parecía que ver a Federer levantando el trofeo era cuestión de unos pocos puntos, pero Milos no se despegaba del marcador y amenazaba con mandar la función al tercer acto. Pero todo aquello serían ilusiones, ya que Roger se pondría el traje de súper héroe para sellar el tiebreak por 7-3. Primer título en Stuttgart, tercera corona del curso, 18º trofeo sobre hierba y 98º galardón como profesional. La vida sigue igual.