La primera ronda del Open de Australia tenía reservado un interesante partido: la estadounidense Venus Williams (5° WTA) tenía en frente a la suiza Belinda Bencic (77°) y el encuentro no decepcionó: victoria para la helvética por un marcador de 6-3 y 7-5 en una hora y 55 minutos de juego.
Es curioso pensar que Bencic, tenía solo unos pocos meses cuando Williams debutó en este evento como una adolescente hace dos décadas. La historia la llevó a acumular siete títulos de Grand Slam y un récord de 76 majors disputados en general. La estadounidense quien reingresó al top ten en julio de 2017, se consolidó en el cierre de la temporada pasada como top 5, finalizando un notable 2017, que tuvo como punto de inicio el subcampeonato en este evento.
Como contraparte la talentosa joven suiza, 2017, tuvo una lesión en la muñeca que requirió cirugía, pero después de cinco meses de recuperación volvió a ganar tres torneos en el ocaso del calendario del año pasado (Tailandia, Taipei y Dubai) y levantó la Hopman Cup junto con Roger Federer extendiendo una racha ganadora de 18 partidos.
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El primer set tuvo como elemento distintivo la intensidad y vértigo de ambas jugadoras desde el fondo de cancha, paridad que se vio quebrantada en el séptimo game, cuando Bencic logró el ansiado quiebre que la encaminó a llevarse la manga por 6-3 en una hora de juego. Tres aces, un 69% en sus primeros servicios y la no despreciable suma de 19 tiros ganadores marcaron la diferencia.en favor de la tenista de Flawil que le arrebató a Venus el primer set de su carrera.
El segundo set también no defraudó, rallies llenos de intensión y poderosos golpes de lado y lado fueron la tónica hasta el undécimo juego cuando a la norteamericana le tembló el pulso y como contraparte Bencic con una decisión sorprendente para una chica de 20 años cerró el partido con un winner de derecha a la línea lateral, que levantó los aplausos de todo el Rod Laver Arena, que veían como la subcampeona del pasado año se despedía a las primeras de cambio.