Hacerse un nombre en el mundo del tenis y tener la oportunidad de brillar en un torneo importante en tu ciudad natal es un privilegio al que pocos jugadores pueden optar. René Lacoste y París, Roger Federer y Basilea o Lleyton Hewitt y Adelaida son solo algunos de los más ilustres ejemplos del triunfo de un tenista en la ciudad que lo vio nacer.
Sin embargo, este hecho cuenta también con una cara opuesta, aquella que han experimentado tenistas que no han podido saborear la victoria rodeados de su gente, de sus vecinos. Este es el caso de Tommy Haas.
Nacido en Hamburgo allá por 1978, desde pequeño Tommy Haas estuvo llamado a triunfar algún día en el torneo de su ciudad natal. Aunque venido a menos desde la reestructuración del circuito en 2009, el torneo de Hamburgo es una de las competiciones con más solera en el circuito. Su primera edición data de 1892 y su palmarés cuenta con ilustres de la talla de Guillermo Vilas, Ivan Lendl, Roger Federer o Rafael Nadal.
A pesar de haber contado con el apoyo incondicional del público - que no ve un campeón alemán desde que Michael Stich derrotase a Andréi Chesnokov en 1993 – la aventura de Haas en Hamburgo nunca ha tenido un final feliz.
Los augurios eran buenos en 1997, cuando la joven promesa local, de tan solo 19 años, alcanzaba las semifinales en su debut, ronda en la que caía eliminado ante el español Félix Mantilla. Tras el prometedor debut, el ex número dos mundial, pasó por Hamburgo sin pena ni gloria en las siguientes cinco temporadas, a excepción de 1999, cuando cayó en cuartos de final ante Marcelo Ríos.
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Tras ausentarse por primera vez en 2003, los malos resultados en el torneo alemán siguieron siendo la tónica dominante hasta 2006. Una segunda ronda en 2004 y dos derrotas en primera ronda en las ediciones de 2005 y 2006 sellaron un pobre balance.
Después de cinco años consecutivos sin pisar la tierra batida de su ciudad, Haas volvía en 2012 para firmar la mejor actuación de su carrera en el torneo. Aprovechando una wild card y contra todo pronóstico, el teutón superó a Martin Klizan, Gilles Simon, Leo Mayer y Marin Cilic para plantarse en su primera final de Hamburgo. Desafortunadamente, el ímpetu de Haas y el masivo apoyo desde la grada no fueron suficientes para hacer sucumbir a “Pico” Mónaco, campeón en esa edición.
Los cuartos de final en 2013 son el último resultado en Hamburgo de un Haas cuya falta de éxito en el torneo puede atribuirse a dos factores.
Además de las numerosas lesiones que han frustrado un palmarés que por talento debería lucir más repleto, es evidente que la tierra batida no es la superficie predilecta de Tommy Haas. Con un récord histórico de 148-92 sobre polvo de ladrillo, el alemán solo ha ganado 2 de sus 15 títulos en la más lenta de las superficies.
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En 2017, y con un registro de 18 victorias y 11 derrotas en la ciudad norteña, Haas llega a casa sin opciones reales de victoria, pero con la misma ilusión de 20 años atrás, buscando un gran réquiem que maquille una de sus más tristes óperas.