Nadal vence con más trabajo que brillantez

No todos los días son fiesta, tanto en la vida como en el tenis. Ganar cuando no se tienen las mejores sensaciones es importante, y mucho más lo es respetar a todos los contrincantes y asumir cada encuentro como si fuera el último. Rafael Nadal reúne estas condiciones, lo que le hace ser uno de los mejores de la historia. Hizo gala de su humildad y esfuerzo en un partido ante Horacio Zeballos en el que el argentino jugó por encima de sus posibilidades, exprimiéndose y obligando a Nadal a poner toda la carne en el asador.

Si algunos esperaban un mero trámite en unas semifinales del ATP 500 Barcelona Open Banc Sabadell por la falta de renombre de Zeballos, pudieron comprobar que estaban equivocados desde los compases iniciales del encuentro. El argentino salió dispuesto a luchar por cada bola como si fuera la última, y a pesar de ver cómo Nadal le rompía el saque en el cuarto juego del partido, no desfalleció y buscó soluciones al resto.

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Horacio restaba desde muy atrás pero no tardaba en meterse en pista, y buscaba las cosquillas a Rafa con un juego de tú a tú entre zurdos. Los cambios de ritmo con la dejada le dieron mucho aire a un Zeballos que llegó a disponer de un 15-40 para ponerse 5-4 y con saque para igualar el partido, pero Nadal sacó su versión de las grandes citas para adjudicarse la primera manga.

Se veía a un Rafa algo timorato con su drive, quedándose corto y acusando la humedad y el frío de Barcelona en un día nublado. Condiciones favorables para un guerrillero como Horacio, que corría siempre con mucho sentido y no dio una pelota por perdida, dejando puntos para el recuerdo en el segundo parcial. Cada juego era una batalla, y Nadal no dejó de intentarlo en todo momento. Fue martilleando la muralla defensiva del argentino hasta que logró derribarla en el momento justo.

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En el noveno juego del segundo set llegó el anhelado break que desembocó en el triunfo final del español. Coraje, garra y pundonor para meterse en su décima final en Barcelona de Rafael Nadal. Solo queda un partido para alcanzar el gran objetivo, y será ante todo un especialista en esta superficie como es Dominic Thiem. El duelo está servido.