En apenas 53 minutos, Roger Federer sumó su octava victoria de la temporada en su debut en Dubai, en un compromiso que cumplió con buena parte de las expectativas, pues su rival, Benoit Paire, tiene por costumbre conformar partidos de mucha discontinuidad y poca consistencia. El suizo cerró la contienda por 6-1 y 6-3, sin mayor enjundia que la victoria y la duración de la cita.
Es un encuentro arquetípico de una primera ronda de Dubai entre dos jugadores muy ofensivos, en una pista rapídisima y que arranca con un primer parcial de muy poca efectividad con el primer servicio entre los dos; en el que el resto sobre el segundo acelera aún más los tiempos. Sin apenas intercambios, y bajo las circunstancias que se van sucediendo, el partido no tiene discusiones, sino disparos sueltos y combinaciones definitivas, sin más argumento que pasar a finalizar antes que el contrario.
Contra el reloj, Federer salva tres bolas de break con 3-1 arriba, tras romper a la primera oportunidad. Formado el 4-1, Paire pide asistencia médica para tratar su talón, aumentando aún más la sensación de velocidad. Suizo y francés, tomando poco tiempo para todo, no sólo para golpear, sino para pasar al siguiente punto, completan en 27 minutos un set de muy poca información para ambos, principalmente para el vigente campeón del Open de Australia, quien apenas puede probar las piernas ante la heterodoxia y aleatoriedad del juego de Benoit, siempre arrítmico tanto por errar como por acertar, sin tiros transitorios.
No es el segundo set algo diferente. Paire, mentalmente desconectado y sin defensa o ataque válidos para voltear la situación, cede su servicio en el quinto juego del segundo parcial, entregando medio partido a un Federer que más allá de algunas buenas derechas y un nivel de acierto estándar, compra su pase a la segunda ronda sin ritmo ni oponente serio con el que sentir un mínimo positivo. Deslucida aún más la segunda manga, el partido no ofrece alternativas, en un cemento en el que el break tiene una importancia prácticamente sentenciadora. Victoria y poco más para el número 10 del mundo.