Una semana hemos tenido que esperar para celebrar el primer título de la temporada con sabor español. Roberto Bautista, principal favorito al trofeo en Chennai, cumplió con las expectativas y levantó su quinto título ATP tras vencer a Daniil Medvedev (6-3, 6-4) en un duelo donde la experiencia y las tablas decantaron la balanza. La imagen del ruso quedó lejos de ser mala, pero fue el de Castellón quien más ingredientes destinó a la receta. Dulce final de partido, delicioso inicio de calendario.
Parecía tarea fácil, un mero trámite, quizá el partido más sencillo de la semana. Pero nunca lo es, mucho menos en una final, imposible ante un rival que con 20 años y sin experiencia en la élite se cuela hasta la última ronda de un torneo como Chennai. Algo bien estaría haciendo Daniil Medvedev para firmar la semana presente. Algo no, muchas cosas. El bisoño jugador ruso llegaba vestido de Cenicienta y con el sueño de seguir acaparando focos, los mismos que Bautista intentaría apagar.
Medvedev, número 99 del mundo, tiene argumentos de buen jugador. Obvio, si no es imposible estar ahí. Un buen saque y una buena derecha, características fijas y unánimes en todos los miembros de la nueva #NextGen que viene por detrás. Ya solo falta la experiencia, la cual solo te la dan el tiempo y los partidos. El ruso disparaba, a veces sin pensar, a veces sin medir, pero daba pelea. Con sus 20 años duró hasta que en el cuarto juego Roberto vio el hueco y aceleró. Un solo break, suficiente para empezar por delante. Ocupando el trono de favorito.
Porque Bautista es lo que era, favorito, además por mucho. Un tipo de desafío que tanto le pesó hace dos temporada cuando se vio jugando como cabeza de serie y rodeado del top15. Pasó de perder solo ante los grandes a resbalar de vez en cuando ante los pequeños, tesitura que solventó muy bien en 2016 y que, según lo visto hoy, no ha olvidado en 2017. Con valentía, decisión y costumbre, el de Castellón sacó sus artes a relucir y demostró que hoy por hoy es uno de los jugadores más correosos del circuito.
La segunda manda no modificó el guión, solo que esta vez la ruptura llegó en noveno juego, el clave. Y para rematar, cerrando con 40-0. ¿Y la presión de sacar para partido? No dio señales. Quinto título profesional para el de Castellón que hoy celebra en Chennai lo que hace cuatro años lloró en su primera final ATP. Mañana, en consecuencia, el español subirá un escalón para volver a ocupar el 13º puesto de la clasificación. Comienzo sobresaliente.