El sexto Masters 1000 de la temporada llega a su recta final y los cuatro supervivientes del cuadro individual son auténticos pesos pesados del circuito ATP. Las insignes bajas que restaron en su inicio interés al torneo no han disminuido apenas el nivel de unas semifinales que se antojan espectaculares y tremendamente igualadas. El número uno Novak Djokovic no ha faltado a su cita con las últimas rondas y tendrá la durísima oposición de un Monfils en estado de gracia. Nishikori y Wawrinka por el otro lado brindarán a buen seguro un gran partido, llegando los dos muy finos a esta penúltima ronda. Analizamos pormenorizadamente los dos choques.
Novak Djokovic - Gael Monfils (20.00 hora local)
Aún resuenan los chillidos de las zapatillas de ambos en la pista central del renombrado Aviva Centre de Toronto (antes Rexall Centre) con el duelo que serbio y francés dirimieron la última vez que ambos se vieron las caras en Canadá. Fue justamente en la pasada edición celebrada en Toronto. Ahí Djokovic se impuso en segunda ronda tras más de 2 horas y 40 minutos de durísimo choque. No puede ser mejor precedente para este nuevo capítulo de una rivalidad que por otro lado domina con mano férrea el número uno del mundo.
Ni más ni menos que 11-0 es el cara a cara entre ambos. Cierto es que de esos 11 enfrentamientos en varios Monfils le ha robado a Djokovic algún set, en uno de ellos apurando la quinta y en otros dos el desempate del tercero. Pero se ha demostrado en esos momentos la dureza mental del serbio y la fragilidad del francés. ¿Cómo será esta vez? No es fácil hacer un pronóstico. Djokovic parte como gran favorito pero puede resultar engañoso. No ha dado las mejores sensaciones durante sus tres choques previos en Toronto, ofreciendo dudas con el saque especialmente. Mientras Monfils inspira ahora mismo mucha confianza, llevando una inercia muy positiva con 9 triunfos encadenados.
La losa de no haberle ganado nunca a Djokovic quizá sea el peor enemigo del parisino. Porque por tenis la sensación es que Monfils llega mejor. Su último triunfo sobre Raonic debería ser toda una inyección de moral y autoestima. Ahora bien, no subestimemos el nivel de Djokovic. Es el número uno y como tal, puede despertar de su pequeño letargo en cualquier momento, especialmente en estas instancias del torneo. De ser así, otro gallo cantaría. Y seguramente, no el gallo francés. El espectáculo por otro lado, está más que asegurado en esta cita.
Kei Nishikori - Stan Wawrinka (15.00 hora local)
Pero antes del Djokovic-Monfils tenemos un primer plato que en nada desmerece el segundo. Nipón y suizo se verán las caras por quinta vez en sus carreras en lo que supone la reedición de los cuartos que jugaron en el US Open de 2014 donde Nishikori llegaría a la final y del Abierto de Australia de 2015. El del US Open es el único choque en el que ha salido victorioso el de Shimane, habiendo perdido los otros tres duelos ante Stan. El suizo ha ido de menos a más en este torneo de Toronto que significan para él sus primeras de semis de Masters 1000 del año. Arrolló en cuartos a Anderson y desde luego inspira temor. Tan solo cuatro juegos dejó escapar. Cuando el de Lausana tiene su semana poco se puede hacer. Cuerpo a tierra básicamente.
Al otro lado de la red, Kei Nishikori sigue demostrando en este 2016 una tremenda regularidad en los Masters 1000. Cinco cuartos y cuatro semis seguidas lleva el japonés este año. Todo un seguro. Le falta algo de 'punch' para optar a más. El 'punch' que sí tiene Wawrinka. Eso es lo que deberá contrarrestar Nishikori, debiendo imponer su mayor movilidad por el fondo de pista y siendo agresivo para no dejar a Wawrinka desplegar su potente juego. Nishikori aspira a su tercera final de Masters 1000 y poder dar ese pasito más en Canadá que no dio el año pasado. Wawrinka por su parte buscará su cuarta final de esta categoría, en la que no transita desde 2014 cuando levantó su único Masters 1000 en Montecarlo ante Federer.