La Catedral del tenis, Wimbledon, luce estos días una estampa diametralmente opuesta a la que nos tiene acostumbrados. Tras la disputa del tercer Grand Slam de año en sus pistas de hierba natural, la superficie ha quedado muy machacada e inservible para el año que viene, Es por ello que la están levantando y sacando de todas las pistas del All England Club para poder sembrar la que sirva de sustento a las estrellas del tenis dentro de un año. Ahora mismo, todo un Roland Garros británico es lo que podemos presenciar.
An unfamiliar sight... #Wimbledon pic.twitter.com/dnKg8inB2u
— Wimbledon (@Wimbledon) 29 de julio de 2016