"Million Dollar Boy"

Borna Coric destaca entre los talentos emergentes de su generación por una actitud en la pista que tiene mucho que ver con su otra pasión: el boxeo.

Cosme M. Del Olmo | 5 May 2016 | 09.01
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
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“Para ganar en el boxeo, hay que moverse hacia atrás. Pero si retrocedes demasiado, al final ya no estás luchando”. Eddie “Scrap-Iron” Dupris, el viejo boxeador del gimnasio Hit Pit interpretado por Morgan Freeman, necesitó librar unos cuantos combates y perder la visión de un ojo para comprender una ley que rige todos los enfrentamientos individuales en el deporte. Borna Coric, con 19 años y el tabique nasal intacto a la espera de grandes contiendas, la hizo suya desde la primera vez que cogió una raqueta, y la despliega en cada paso que da sobre la pista.

El año pasado, el prodigio croata alcanzó su cima en el ranking (llegó al puesto 33º) y derrotó a gigantes como Nadal o Murray. Animado, no dudó en declarar que le apetecía medirse al mejor púgil del momento, Novak Djokovic. Ayer, en Madrid, llegó su oportunidad. La pelea tuvo poca historia: el genio serbio, con dos ganchos, lo mandó a la lona (6-2,6-4). Sin embargo, durante el partido se vislumbró la pasta de Coric. Mantuvo intercambios intensos con Nole, e incluso le arrancó un ¡Bravo! en castellano tras un ‘passing’ brillante.



El número 1 conoce muy bien a Borna. Entrenan juntos a menudo, y muchos ven en el talento descarado del de Zagreb reminiscencias de Novak en sus inicios. Si Coric es el chico nuevo en los rings, Djokovic es su Frankie Dunn particular. “Nunca me he sentido con nadie entrenando como me siento con él. Es como jugar conmigo mismo.Trato de ayudarle porque, en algunas cosas, me veo reflejado en él cuando tenía su edad. Tiene un gran futuro”. Se ha creado una especie de simbiosis: Coric es un sparring excepcional, y resulta difícil imaginar un mejor padrino para él que Nole.

Coric forma parte de la generación que viene: Zverev, Kokkinakis, Kyrgios, Fritz, Chung, Thiem. Todos ellos superdotados tenísticos. La next gen está plagada de boxeadores con guantes de cemento y ganchos capaces de tumbar a cualquiera en un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo, hay un aspecto que parece separar a Borna de todos ellos: su capacidad para encajar y su inteligencia en el cuadrilátero. El croata tiene una cabeza privilegiada, que le permite activar el modo ‘no fallo’ cuando lo necesita. En el partido anterior contra Almagro (6-2, 6-2), no llegó a la decena de errores no forzados. Consistencia, consistencia, consistencia. Mayweather con raqueta.

Entre los puntos débiles de su juego, él admite que debe mejorar la derecha. Un problema parecido al que tenía en sus inicios otro jugador que destaca por su solidez, Andy Murray. No en vano, en la esquina de Coric, al otro lado de las cuerdas, agita la toalla Miles Maclagan, que fue entrenador del escocés hasta 2010. Aunque en realidad cuesta imaginar al flemático ‘coach’ británico agitando nada. Su proverbial seriedad encaja a la perfección con el entorno de elevadísima profesionalidad en el que ha crecido Borna.

De momento, pesos pesados como Goran Ivanisevic o Roger Federer —éste pidiendo por favor que no metan presión a Coric con más comparaciones—ya han bendecido a este chico capaz de destaparse como púgil estilista o fajador según las circunstancias. Su versatilidad ya le ha llevado a ganar el US Open Junior 2013 (ante Kokkinakis), a obtener el galardón ATP Rising Star el año siguiente, y a entrar en el top-100 antes de los 18 años, algo que en este siglo sólo habían logrado Gasquet y su otro ídolo, Nadal. La revista Forbes le ha incluido en la prestigiosa lista 30 Under 30 junto a figuras mundiales como Stephen Curry o Jordan Spieth. Una lista entre cuyos egresados ilustres figuró en su día —cómo no— Novak Djokovic.



Este año, el chico del millón de dólares ha llegado a sus dos primeras finales ATP, en Chennai y Marrakech. Ambas las ha perdido en sets corridos, contra Wawrinka y Delbonis, respectivamente. Más de treinta años atrás, cuando tenía su misma edad, Mike Tyson perdió dos combates seguidos contra Henry Tillman, quedándose así contra todo pronóstico sin plaza para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. La frustración por estas derrotas le llevó a adelantar su paso al profesionalismo, y el resto es historia. Y es que como bien sabe Coric, el boxeo, el tenis y la vida premian a los que saben resistir.