Nalbandián: "Cuando empezó Wimbledon 2002, no metía una pelota"

David Nalbandián pasó por el plató de 'Pura Química', de ESPN, donde conversó con Zabaleta y Gaudio aspectos de su vida como ex-jugador y de su Wimbledon 2002

Alejandro Arroyo | 31 Jul 2015 | 19.04
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
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David Nalbandián volvió. No al ruedo, pues apenas ha cogido una raqueta desde que la colgó en octubre de 2013, pero sí a conversar de tenis y charlar relajadamente de su carrera y de su nueva vida. Lo hizo en el plató de 'Pura Química' de ESPN, junto a sus amigos y ex-tenistas Gastón Gaudio y Mariano Zabaleta. El cordobés estuvo sembrado recordando su Wimbledon 2002, del que admitió tener suerte en todas las rondas después de llegar al certamen "sin tener idea de cómo jugar sobre pasto".

"Tres veces cogí la raqueta desde que dejé las pistas", comienza afirmando Nalbandián. "La cogí muy poco. En un par de clinics y poco más. Y cuando la coges de algo te acuerdas al jugar (risas) pero el físico no te responde. Sobre todo al día siguiente estás roto. Lo único que te queda es la idea... y poca".

Eso es algo que a 'Nalbo' no le supone ninguna angustia. "Para nada. Ahora puedo disfrutar de cosas que siendo jugador uno no puede disfrutar de la misma manera. Estar con mi familia, mi niña y el niño que viene en camino". Sobre el nombre de su próximo hijo, proponen en el programa algún nombre de tenista favorito del propio David, quien confiesa que Boris Becker fue su referencia. "Empecé a jugar cuando se disputaba Wimbledon. Lo ganó Boris, con esas palomitas en la red. Se me quedó grabado".

Precisamente, la charla discurre hacia su parte más interesante hablando del torneo inglés, del que David fue finalista en 2002. Su paso por el torneo fue de lo más curioso. Nalbandián, considerado el argentino que mejor jugó sobre césped, no considera que se adaptara mejor, simplemente fue partido a partido en aquella edición. "No había jugado ningún torneo de pista y me quedé entrenando en Hurlingham (Argentina), que no son pistas iguales, obvio. Y bueno, entrenaba y no había forma de jugar. Viajamos a Wimbledon y seguía sin meter una pelota".

"Entrenaba con Schillari y perdía muy fácil. Y él no era ningún especialista, jugaba bien sobre polvo de ladrillo. Y la verdad, no le encontraba el bote, la velocidad, no me sentía cómodo". Nalbandián recuerda incluso que entrenó con Gaudio en Hurlingham y que ninguno de los dos metía una sola pelota. "Y bueno, sale el cuadro y tengo la suerte de que me toca un español (David Sánchez) y un francés (Mathieu), dos jugadores que juegan desde el fondo. Y por ahí tengo suerte; en ese primer partido es como que encontré el chip de cómo afrontar la superficie".

"En tercera ronda volví a tener suerte porque cruzaba con Sampras pero cayó con Georges Bastl, y ahí pude avanzar a octavos. Y allí vuelvo a tener suerte y me enfrento a Wayne Arthurs, que le gana a Andre Agassi -a David le falla la memoria; Agassi cae con Srichapan en R2-. Aún así Arthurs era muy muy bueno, durísimo. Zurdo australiano con saque y volea muy buenos. Gané y en cuartos tengo más suerte (risas), y juego con Nico Lapentti, muy de tierra batida. Le ganó en 4 o 5 sets. En semifinales también tengo suerte y me toca con Malisse, jovencito ahí, que ganó creo que a Rusedski, otro gran especialista -en realidad fue Kracijek, victoria de similar trascendencia pero la memoria volvió a fallarle al cordobés-".

En la final, ante Hewitt, David relata una divertida anécdota. "Fui y sigo siendo el único jugador en la historia en jugar mi primer partido de todo el torneo de la Central en la final. No jugué, por malo (risas), en la Central hasta la final. Jugué por todo el club, en todas las pistas del club, pero nunca antes de la final pisé la Central".