Roland Garros quiere crecer. Es el Grand Slam que cuenta con menos afluencia de público de los cuatro grandes y el único que aún no ha comenzado a construir un techo para su pista central. mientras Wimbledon y Australia ya lo tienen, el US Open espera contar con él para la edición de 2016. En París, las obras de remodelación se han visto paradas puesto que una asociación denunció que podría afectar al entorno natural de las cercanías de las instalaciones. Esto ha llevado al director del torneo, Gilbert Ysern, a denunciar en LeFigaro que si no se produce esta mejora, "Roland Garros corre el riesgo de desaparecer".
Mientras se lleva a cabo toda esa lucha en los despachos para llevar a cabo o no la remodelación, en SportsIllustrated han hablado con Bruno Slastan, jefe de pista del Abierto de París. En esta edición del torneo, cuenta Slastan que habrá nuevas lonas que cubrirán las pistas. Esas lonas que usan para cubrir las pistas cuando llueve serán nuevas y tendrán el mismo color que la tierra de París.
Las denominadas mejores pistas de tierra batida del mundo, cuentan con las siguientes características: 25 centímetros de piedra, una capa de 13 centrímetros de desechos de metales para filtrar el agua, otra capa encima de diez centímetros de piedra caliza y una capa muy fina de polvo de ladrillo. Pero aunque lo realmente visible, que es la capa de tierra batida, sea tan fina y parezca que sea fácil de cuidar, no es así.
Slastan cuenta que la capa de piedra caliza es remodelada cada año y luego cubren las 20 pistas del torneo con 40.000 kilos de polvo de ladrillo. Pero esta tierra sólo se echa cuando se dispone las condiciones climáticas necesarias. Cuando el clima está más seco para que todo se funda en una conexión perfecta.
Luego, ya durante el torneo, los operarios barren la pista y limpian las líneas al final de cada set. Si el día está muy caluroso, también riegan los dos lados de la pista. Al final de cada partido, se vuelve a hacer lo mismo e independientemente del clima, se riega toda la pista para evitar que el viento se lleve la tierra batida. Al final de cada jornada, se vuelve a regar las pistas y se cubren con las lonas.
"Regamos tanto las pistas porque la tierra batida necesita mucha agua", comenta Slastan. Exactamente a las 6:30 de la mañana, los operarios retiran la lona y barren la pista para que se distribuya bien el polvo de ladrillo y se vaya asentando para los primeros partidos de la jornada. A continuación, le echan por encima cloruro de calcio, que ayuda a retener el color rojo a la tierra. Como el viento y la lluvia y el uso normal puede hacer que el polvo de ladrillo vaya desapareciendo, tienen listos más de 5.000 kilos de tierra batida para ir rellenando en el caso de que lo necesiten.
Cuenta el jefe de pista de Roland Garros que deben prestar mucha atención a las pistas 3, 4, 5 y la Suzanne Lenglen puesto que estas pistas están construidas en diferentes placas lo que las hace "muy peligrosas cuando llueve". Para filtrar el agua, debajo de ellas existen unas cubas que van recogiendo el agua y se van vaciando cuando alcanzan un cierto nivel.