¿Dónde está el techo del tenis masculino?

Analizamos el crecimiento de la estatura media del tenis masculino en los últimos años. Os sorprenderá el dato final que se observa.

Rubén Pérez Serrano | 7 Apr 2015 | 07.30
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
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Durante toda la historia del tenis ha habido jugadores que sobrepasaban el 1,90 y que incluso alcanzaban los dos metros de altura. Tenistas que eran vistos como rara avis dentro del circuito. Poco a poco esta situación ha ido cambiando hasta tal punto que, metidos en pleno siglo XXI, son los jugadores de menos de 180 centímetros los que empiezan a ser considerados como ‘extraños’ en un circuito plagado de gigantes y tremendos sacadores.

Ha sido en la última década cuando el tenis masculino ha experimentado un mayor crecimiento en la estatura de sus protagonistas. Si en 2005 la media del top50 a final de año estaba situada en 184,6cm, ahora mismo roza ya los 189 centímetros, el mismo crecimiento que en los 30 años anteriores. En esta gráfica lo podemos ver:

Jóvenes como Kyrgios (193 cm), Kokkinakis (196 cm), Vesely (198 cm) o Zverev (198 cm) representan estas nuevas hornadas de tenistas que están modificando el modelo de jugador. Más altura significa mejores palancas, lo que unido a una mejor preparación física posibilita una conjunción de potencia y movilidad cada vez más difícil de parar.

Veamos cómo ha evolucionado la estatura del circuito desde los comienzos de la ‘Era Open’:

A mediados de la década de los 70 la media de la estatura estaba situada en poco más de 181 cm. Tiempos en los que dominaban jugadores sin gran estatura como Laver (173cm) Rosewall (175cm), Connors (178cm), McEnroe (180cm) o Borg (180cm).

Paulatinamente se fueron ganando centímetros en los años 80 hasta sobrepasar el 1,85m a mediados de la década de los 90. Ya no era tan extraño encontrarse con tipos de más de 1,90 inclusive de más de 2 metros como era el caso del croata Goran Ivanisevic. El tenis pasaba a convertirse en un duelo de cañoneros en donde unas piernas y brazos más largos eran indispensables para librar con éxito enormes batallas de ‘aces’ y golpes ganadores.

Pero con la llegada del nuevo siglo se produjo un cambio de escenario, un ‘impasse’ en el crecimiento de la estatura. Los Sampras (185cm), Ivanisevic (201cm), Krajicek (196cm), Becker (190cm) y compañía, icónicos representantes del saque y volea, dejaban su sitio a tenistas que rondaban el 1,80m como Ferrero (183cm), Nalbandian (180cm), Federer (185cm), Hewitt (180cm) o Coria (175cm). La batalla se trasladaba al fondo de pista, ya fuera ésta de tierra, cemento o hierba.

Un circuito con un claro predominio de las superficies sintéticas y unos jugadores físicamente muy preparados es lo que ha derivado en las envergaduras de la última década. Produciendo tenistas tales como Raonic (196cm), Cilic (198cm), Del Potro (198cm), Anderson (203cm) o Isner (208cm). Auténticos pegadores cuyo discurso se fundamenta en saques y golpes de fondo apabullantes.

A pesar de este notable incremento de la altura si nos fijamos en las siguientes gráficas (Fuente: tennis28) vemos como en el caso de los cuartofinalistas, semifinalistas, finalistas y campeones de Grand Slam, así como en los finalistas y campeones de cada ‘Grande’ por separado, el aumento no ha sido tan acusado. El gran salto en este caso se dio a finales de los 80 y principios de los 90.

De la misma manera, las medias en la estatura de los diferentes números 1 de la Era Open (184,6cm) y de los top10 de final de cada año reflejan también un crecimiento más sosegado. Entre los grandes del tenis mundial todavía prevalecen alturas algo más ‘normales’. Si bien es cierto que a finales de los 90 se sucedieron números 1 en torno al 1,90 de estatura (Moyà, Kafelnikov, Kuerten y Safin), otros como Hewitt o Ferrero (1,80 y 1,83 respectivamente) así como los más actuales Federer, Nadal y Djokovic (1,85 los dos primeros y 1,88 el serbio), vienen a demostrar que para reinar en el tenis demasiada altura es todavía un hándicap.

¿Creéis que los nuevos gigantes del deporte de la raqueta pueden instaurar una era de grandes alturas? El debate queda abierto.

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