Djokovic olvida su luna de miel

Novak Djokovic arrolla al francés Paul-Henri Mathieu en la segunda ronda del US Open: 6-1, 6-3 y 6-0. El serbio vuelve a mostrar su mejor cara tras unas semanas grises en Toronto y Cincinnati. Su rival en la tercera ronda será Sam Querrey.

Casado y con un tenis estable. Así se encuentra Novak Djokovic en el US Open. Sus deslices en los Masters 1000 de Canadá y Cincinnati, poco después de contraer matrimonio, están aparentemente olvidados. Una semana de entrenamientos en Nueva York ha bastado para recuperar la mejor versión del actual número uno del mundo.

El serbio vuelve a transmitir confianza y seguridad. Vuelve a ser el tenista implacable que castiga a sus rivales en cualquier posición corporal y desde cualquier lugar de la pista. Paul-Henri Mathieu, un veterano de 32 años cada vez menos habitual en los grandes torneos, fue un juguete en manos de Novak.

El tenista francés facilitó el trabajo del serbio durante el primer set con siete dobles faltas. Por el contrario, Djokovic tuvo un día sobresaliente al servicio: 75 por ciento de primeros saques, 13 aces, y sólo un punto de break en contra durante el partido. Sus movimientos felinos, así como la contundencia y profundidad de sus golpes, anularon a Mathieu.

Paul-Henri actuó con mayor agresividad en el segundo set. El francés ha demostrado en diversas ocasiones su capacidad de tutear a los mejores jugadores del mundo en ciertos momentos, pero su agresividad extrema tiene caducidad temprana. Djokovic supo manejar la revolución interna de Mathieu y le sentenció cuando tuvo la oportunidad.

El francés ya no levantó cabeza y se hundió en la tercera manga. Novak no frenó y completó un recital de 88 minutos propio de un número uno: 6-1, 6-3 y 6-0. El rival de Djokovic en la tercera ronda será Sam Querrey, que hoy derrotó a Guillermo García-López (6-3, 6-4 y 6-4) con un nivel superior al mostrado en los últimos meses.