Eterno Hewitt

Lleyton Hewitt, el animal competitivo australiano, dejó atrás cinco operaciones en los últimos cinco años y hoy está ganando torneos en el circuito de la ATP.

Nacho Mühlenberg | 14 Jul 2014 | 16.57
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
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Hace unas semanas en Punto de Break iniciábamos un debate sobre Lleyton Hewitt. En él nos preguntábamos si su carrera estaba llegando a su fin, si la llama de su tenis se estaba apagando. Diferentes opiniones, datos y cifras confirmaban que este 2014 no estaba siendo un año regular para el australiano. Sin embargo, en Newport dio un golpe sobre la mesa. Mandó un aviso y volvió a encender esa llama de tenis. Con garra, coraje y a base de buen juego se hizo con el título número 30 de su carrera, el segundo del año y el octavo sobre hierba. Lleyton Hewitt quiere seguir dando guerra.

Es eterno. Ese puño es un símbolo ya que se alza siempre hasta arriba con esa mirada deportivamente asesina. Es un competidor nato y un ejemplo para los jugadores que están haciéndose un hueco entre los mejores tenistas del mundo. Pero no solo para ellos, sino también para otros exjugadores. Tenistas ya retirados que ven como un jugador con el cual tuvieron mil batallas sigue dejándose la piel en cada partido. Un espejo en el que se mira mucha gente. Una referencia tenística.

Lleyton Hewitt lleva desde 1998 en las pistas. A sus 33 años es de los pocos que se han enfrentado a diferentes generaciones de tenistas. Allá por sus inicios chocaba con gente como Magnus Norman, Tim Henman, Pete Sampras, Greg Rusedski, Gustavo Kuerten, Andre Agassi, Yevgeny Kafelnikov,Cedric Pioline, Goran Ivanisevic, entre otros. Jugadores que llevan años retirados de las pistas o incluso que ahora ya cumplen el papel de entrenador o disputan los torneos seniors.

En cambio, Hewitt sigue codo a codo en torneos con tenistas de la talla de Roger Federer, Novak Djokovic, Rafael Nadal o Andy Murray. Ha vivido esa transición en el tenis para ver cómo el juego cambia con el paso de los años. El australiano utiliza sus armas para seguir en la élite. Nunca fue un jugador con un golpe definitivo ni una bazooka en su brazo derecho, pero sí que es un genio del contragolpe. Un maestro del resto y un tipo que en el pasto se mueve como pocos jugadores. Ya no tiene la chispa de anteaño como es lógico pero eso no le priva de seguir levantando trofeos.

Pero lo que es doblemente meritorio para Lleyton es su capacidad de superar las lesiones. “Obviamente fue muy duro los últimos años. Tuve momentos muy difíciles con cinco operaciones en los últimos cinco años”. Ni una operación de cadera pudo con él. Se desplomó y cayó en el ránking de la ATP. Pero no lograron tumbarle la ilusión, el hambre de gloria ni el espíritu de superación. El tipo quería seguir jugando y se sentía fresco tanto de piernas como de mente.

Sin embargo los resultados no llegaban ni se materializaban en forma de títulos. Estuvo cuatro años sin poder alzar ninguno y curiosamente, y bajo todo pronóstico, en el 2014 ya logró dos. Con la dificultad que significa triunfar en torneos ATP, Lleyton lo hizo por partida doble.

Vence a bestias que sacan por encima de los 220 kilómetros por hora, no le importa el físico ni la potencia. Él supera a diferentes jugadores, con estilos de todo tipo. En Brisbane pudo sacarse las ganas de vencer a Federer en casa para poder volver a ganar un torneo ATP. Ayer volvió a hacer lo mismo pero con el todo poderoso Ivo Karlovic.

Solo hay una explicación para poder llegar a entender a este animal competitivo: ama el tenis, lo lleva en la sangre. Le gusta estar entre los mejores y sabe que puede dar más de sí. No tengo dudas que el día que no esté animado, que vea que no puede aguantar el frenético ritmo del circuito, él mismo dejará el tenis.

De momento, hay Hewitt para rato. No queramos retirarlo, disfrutemos de uno de los mejores jugadores de pasto de la historia y de un tipo que a sus 33 años sigue ganando, y que puede aspirar incluso a meterse entre los 25 mejores del mundo. Eterno Lleyton.