Demasiado Djokovic para Nadal

Novak Djokovic venció a Rafael Nadal en la final del Masters 1000 de Roma. El serbio comenzó apagado, pero apenas encontró respuesta en el español a partir del segundo set (4-6, 6-3 y 6-3). Djokovic logra su cuarta victoria consecutiva ante Nadal y se reivindica a una semana de Roland Garros.

La excelencia de Novak Djokovic volvió a desbordar a Rafael Nadal. La tierra batida, la alfombra de Nadal, tampoco impidió que el jugador serbio le castigara con su raqueta. Al tenista balear no le faltó entrega ni una actitud encomiable, pero los intangibles que tantas veces deciden partidos a su favor fueron insuficientes ante un rival notablemente superior en lo tenístico.

El comienzo de la final en Roma, sin embargo, fue radicalmente distinto. Djokovic apareció en estado letárgico y con escasa intensidad en sus movimientos. Sus errores no forzados -17 durante el primer set- invitaban a Nadal a dominar el marcador. El serbio, irreconocible, se autodestruía en la pista Centrale. Un raquetazo de rabia a su silla fue el preludio de los primeros síntomas de mejoría en su juego. Djokovic estuvo a un punto de recuperar todo el terreno perdido, pero Nadal aguantó la tormenta hasta asegurar el primer parcial a su favor.

Sin embargo, Novak borró de su mente lo sucedido y comenzó el segundo parcial con la firme convicción de que había emprendido el camino correcto. Sus golpes profundos y planos apenas dieron tregua a Nadal. Djokovic era dominador desde el fondo y subía a la red con garantías. Incluso, mandaba con restos ganadores sin mover sus piernas. La intensidad y la fe de Nadal eran insuficientes ante el serbio. Djokovic estaba sublime, como el Superman con su rostro que mostraba un seguidor en las gradas.

Con el marcador igualado a un set, Nadal no encontró argumentos tenísticos para retomar el control. El serbio dictaba el ritmo del partido y cargaba el juego sobre el revés de Nadal con derechas anguladas. Sus golpes planos y profundos seguían siendo imparables para el número uno. El serbio llegó a ganar 13 puntos en una serie de 14. Pero Nadal, acostumbrado a disfrutar con el sufrimiento, aprovechó un resquicio para igualar la tercera manga.

Desafortunadamente para el manacorense, sólo fue un ramalazo de orgullo. Djokovic recuperó el dominio de inmediato y fue implacable hasta conquistar Roma por tercera vez. Su triunfo le hace sumar 19 Masters 1000 y 44 títulos de la ATP, igualando la cifra de Thomas Muster. Pero más allá de los números, el partido confirma la tendencia dominante del serbio en el cara a cara con Nadal. Los efectos de la batalla de Roma en la guerra tenística de Roland Garros son impredecibles. Basta con retroceder al año 2011, cuando Djokovic superó a Nadal en Madrid y Roma con mayor autoridad de la que mostró hoy. En París, Nadal sigue siendo el hombre a batir.