2014: Sólo Roger lo sabe

Inmersos en resumir la temporada, a través de diversos tipos de textos, el tenis se hace muchas preguntas. Siempre se las hace, constantemente, pero salvo por cuestiones de salud, que son las más variables, más o menos se puede intuir el rendimiento de los tenistas de mayor rango: Nadal, Djokovic, Del Potro, Murray, Ferrer… Crezcan o deceleren sus prestaciones, no será de manera súbita o radical. Están en puntos óptimos de su carrera. Pero… ¿y Roger Federer?

La temporada del suizo ha sido muy extraña. Quizás, visitado por una sensación o sentimiento de satisfacción tras alcanzar un nuevo Grand Slam –venciendo a Djokovic y Murray-, conseguir batir el récord de semanas de número 1, y mostrarse competitivo en varios puntos distantes a lo largo del calendario, Roger bajara algo el pistón. Su nivel de activación y exigencia pudo haber disminuido tras demostrarse que al máximo de dedicación que le permite su momento físico y personal, sigue siendo muy competitivo.

Más allá de que hace tiempo ya no sea el gran favorito para cualquier torneo que juegue, su 2012 le recordó que puede seguir siendo dueño de su presente. Pero 2013 esfumó gradualmente esa convicción. Tras no poder defender sus títulos de Rotterdam y Dubai, una lesión de espalda le frenó de poder hacer lo propio en Indian Wells y caer ante Nishikori en Madrid; cuatro torneos que le vieron campeonar doce meses atrás, quedaban saldados con ninguna defensa y apenas una semifinal. Desde ahí toda su confianza y seguridad decayó sin visos de dar la vuelta a la situación.

Hecha la búsqueda de algún resorte en todas las direcciones posibles, caer ante Stakhovski en la 2ª ronda de Wimbledon dejó en stand by toda su maquinaria. Se planteó tanto las causas de su proceder que tocó teclas que desconocíamos: experimentó una nueva raqueta, jugó dos torneos en arcilla tras la gira de hierba, en los que cayó ante Brands y Delbonis, para finalmente deshacer su compromiso con el hombre que consiguió crear un proyecto convincente, Paul Annacone. El rostro del suizo tras caer ante Robredo en el US Open fue una de las más impactantes instantáneas del maestro helvético.

(Foto de Roger en su cuenta de Twitter mostrando su puesta a punto para el 2014)

Pero la gira indoor europea rehizo su vocabulario y restableció confianza y esperanzas para el año que está por comenzar. La temporada que le verá cumplir 33 años, una cifra muy singular, viene precedida, como 2011 y 2012, por un tenis reconstituido en su superficie predilecta. Al ser la raqueta, como el deporte en general, aunque más subrayado por ser una disciplina individual, una cuestión fundamentalmente psicológica, sobre todo en términos de creencia en las propias posibilidades, Federer ha vuelto a encontrar un motivo para volver en 2014 a ser parte de cualquier pastel.

Conocido su calendario, por primera vez desde hace diez años competirá en un torneo previo al Abierto de Australia. Brisbane servirá para comprobar la puesta a punto del suizo. Desde luego que no habría mejor manera de comenzar el curso con una victoria en un evento que no tendrá a los grandes favoritos entre los componentes del cuadro final. Recientemente se ha conocido, a través de sus perfiles en las redes sociales, su predisposición por alcanzar un buen tono físico y competitivo, trabajando en pista un nivel de confianza, que, como decimos, no parte de cero, tras mostrar en Basilea, París y Londres, que con un trabajo y estímulos, puede enderezar la senda de su inminente futuro.

También ha anunciado que jugará Miami, torneo que no jugó en 2013 y que no hará acto de presencia en el indoor de Rotterdam, lo que puede significar un parón tras Australia, hasta la llegada de los Masters 1000 de Miami e Indian Wells, o la posibilidad de acompañar a Wawrinka en la primera ronda de la Copa Davis que enfrentará a suizos y vigentes finalistas, la Serbia de Novak Djokovic.

Conocidas las opiniones de ex-tenistas como Cedric Pioline o Mark Philipoussis, comentando la posibilidad o no de que Federer vuelva a coronar uno de los cuatro grandes, Roger está ante una temporada puede que crucial en lo que quede de su carrera. Actual número 6 del mundo, es muy difícil que un jugador tan grande no pueda competir fiablemente si su nivel físico y mental arranca de manera óptima. Será cuestión de comprobarlo.