Basilea 1980: Ivan Lendl vs Bjorn Borg

Borg y Lendl protagonizaron la final de Basilea de 1980, inmersos en una rivalidad interrumpida por la retirada del mito escandinavo

Alejandro Arroyo | 27 Oct 2013 | 06.17
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
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Conocida la final de Basilea entre Juan Martín del Potro y Roger Federer, idéntica a la de hace exactamente un año, donde el argentino derrotó a Roger en el tie-break del tercer set, uno observa que el palmarés del evento suizo siempre ha presentado finales de enorme prestigio. Encuadrado en una gira que lleva a los grandes tenistas a preparar el último tramo de temporada, sin ser un torneo obligatorio o de primera línea, los mejores jugadores del mundo acuden a tierras suizas como parte de un cuadro siempre atractivo. Por ello, apetece echar la vista atrás para recordar citas históricas entre grandes jugadores en aquellos tiempos, mitos actuales del deporte blanco.

Nos vamos a 1980. Seguramente la primera gran edad de oro del tenis a nivel de masas. Las televisiones en color, la entrada de los patrocinadores, las grandes rivalidades, la venta masiva de raquetas de madera… Connors, McEnroe, Borg, Gerulaitis, Vilas, Tanner, Nastase. Un elenco extraordinario de deportistas que elevó su disciplina como referencia mundial. Cuando Estados Unidos dominaba sin contemplaciones el circuito, un sueco era número 1 y un argentino un bendito loco y osado por cuestionar semejantes figuras.

El año 80 en el tenis es sinónimo del que hasta hace poco estaba considerado el mejor partido de todos los tiempos, la final de Wimbledon entre Bjorn Borg y John McEnroe. Con ambos jugadores en plenitud, sueco y yankee definían el juego como una paradójica dicotomía que llevó al espectador a no poder disociar la imagen de ambos. Con Connors en permanente combustión, sobre todo en pistas rápidas, el catálogo de Borg no logró descifrarse hasta un año más tarde, cuando sobre la hierba de Wimbledon, Big Mac consigue derrotar al mito escandinavo.

Borg, seguramente el tenista más consistente conocido hasta la aparición de Nadal, resultaba tiránico en hierba y arcilla, e infalible sobre la pista. Descubridor junto a Vilas del efecto top spin y con un sello inconfundible en su orfebre manera de trabajar la línea de fondo con una inquebrantable solidez, Borg tuvo en McEnroe a su gran rival en pasto y a un jovencísimo Ivan Lendl sobre la tierra batida que Vilas no pudo coronar cada vez que el sueco pisaba la central de París. Con la retirada del sueco en 1983, habiendo jugado un solo título en el 82, Ivan Lendl hubiese sido el archirival por excelencia del ritmo percutor e incesante de la madera rubia.

De Lendl se sabe que fue un absoluto fenómeno, precoz de talento y tardío en triunfos de Grand Slam, que nunca pudo ganar Wimbledon pero que hizo del tenis una mezcla de consistencia, potencia y variedad hasta el punto de considerarse en ese momento un paradigma, seguramente tibio, de personalidad inerte, pero de rendimiento fascinante. Entrenador actual de Andy Murray, alcanzó ocho majors y otras tantas finales.

Hasta llegar a la final de Basilea en 1980, Ivan Lendl, que contaba con 19 años, ya había conseguido victorias de prestigio ante Adriano Panatta en Barcelona, para terminar levantando el Godó –venciendo a Vilas en cinco mangas-, y sobre cualquier otro logro, vencer a Jose Luis Clerc y a Guillermo Vilas en sus dos puntos de individuales en Copa Davis y a domicilio, en Buenos Aires. Un talento mayúsculo, acompañado de una extraordinaria competitividad en todo tipo de pistas, que se alzaría con la Davis con tan solo 20 años. Un absoluto fuera de serie.

(No se hallan videos de la final en Youtube. Aquí la final del Masters 1980 -equivocadamente titulada de 1981- sobre pista cubierta)

La final, sobre pista dura cubierta al igual que hoy, fue toda una demostración del tenis emergente que llevaría al checoslovaco, nacionalizado posteriormente estadounidense, a ser un referente durante los siguientes años. Con un juego semejante al gran Roger Federer, aunque con un mayor y marcadísimo juego de fondo, hacía del revés a una mano y del dominio de los ángulos y efectos, una secuencia plástica y estética sin parangón en el circuito. Tras cerrar los dos primeros sets, Borg, con muchísima mayor experiencia, cerraría los dos siguientes, el cuarto en un 6-0 que Lendl dejó marchar para enfocar un último set a pleno pulmón. En una sucesión de intercambios sin término, Lendl cerró la final para adjudicarse su cuarto título como profesional (6-3, 6-2, 5-7, 0-6, 6-4)

Un año más tarde, el checo lograría llevar a un quinto set al rubio de Estocolmo sobre la tierra francesa de Roland Garros, tras derrotar a Clerc y McEnroe. El temprano retiro de Borg negó al tenis el poder observar un juego de ases a tres bandas entre Mac, Bjorn y el propio Lendl, y sobre todo poder comprobar si el talento sueco prolongaría su tiranía tenística sobre superficies naturales en perpendicular a la progresión de un jugador a todas luces extraordinario como resultó ser el genio de Ostrava. En Basilea, terreno que hoy verá a su jugador local y un argentino disputar la final número 38, se pudo comprobar que Lendl podría haber sido la gran piedra de un camino interrumpido.