US Open 2013: Solvente Djokovic

Tras las cómodas victorias de favoritos como Rafael Nadal, David Ferrer, Tomasz Berdych o Roger Federer, inauguraba el turno de noche del segundo día de competición el número 1 del mundo y primer cabeza de serie, Novak Djokovic. En uno de sus escenarios favoritos (Melbourne no permite reducir la consideración al máximo) saltó el vigente finalista para enfrentar a Ricardas Berankis, número 112 del mundo, por un puesto en la segunda ronda. Como todos los favoritos anteriormente citados, Nole solventó el duelo con una mayor facilidad. No hubo apenas partido.

Valorar cómo llega Djokovic al US Open se puede hacer con dos opciones. La primera es creer que va algo más ligero de responsabilidad real y total al emerger un Rafa Nadal intratable en los Masters 1000 previos y con una confianza absoluta en lo que hace sobre la pista. Rafa no tiene dudas físicas, ha declarado recientemente que mentalmente no está saturado y que afronta con plenas garantías estas dos semanas. Cree en lo que está haciendo. La otra opción valorativa es creer que Nole, campeón en Australia, finalista en Wimbledon y semifinalista intachable en Roland Garros (partido memorable ante Nadal) ha de rectificar cierto rendimiento durante 2013 en pistas duras. De los torneos que componen los Masters 1000 en pista dura al aire libre hasta la fecha (aún queda Shanghai), el serbio no conoce la final aún: Miami, Indian Wells, Canadá, Cincinnati. Solamente Dubai (ATP 500) atesora el serbio como triunfo en torneos inferiores al Grand Slam. Seguramente en la incapacidad de Nole en alcanzar rondas finales en estos eventos se ha achicado el tiempo sobre el que puede perder el número 1 a corto plazo, pues si Nadal es el gran dominador de la tierra, Nole, aún ampliándose el abanico de potenciales ganadores, es el gran dominador del cemento en los últimos años (de los 10 M1000 de dura outdoor disputados entre 2011 y 2012, Novak llegó a la final en ocho).

Enfrente tuvo a un campeón júnior del Us Open. En 2007 se alzó Ricardas Berankis con el trofeo, lo que supuso unas expectativas elevadas en un auténtico especialista de la superficie. Berankis es otro de esos talentos criados al abrigo norteamricano, en la academia del incombustible Nick Bollettieri. Otra de esas pequeñas maquinitas de videojuego que ha creado incensamente el gran hacedor de talentos estadounidense. Jugadores que moldean su calendario sobre pistas duras y muy rápidas y que disponen de un juego casi programado por software, del que podrían hacer uso con los ojos vendados: lo pegan todo, sin repetir una sola dirección, revés a dos manos y todos los golpes montados sobre la pelota. Delray Beach, Houston o Winstom-Salem: tres escenarios donde Ricardas alcnaza en este 2013 los cuartos de final, con victorias ante Tommy Haas. También la 3ª ronda del Abierto de Australia.

El debut del balcánico fue impoluto. Sin forzar marchas de juego superiores pero sin elegir el modo diesel, apenas tuvo trabajo y contratiempos sobre la pista (tuvo que afrontar ocho bolas de break en contra, de las que salvó siete). Con su consabido arsenal de tiros profundos, su habitual consistencia (28-9 en golpes ganadores/errores no forzados) y su sobresaliente siempre nivel al resto le bastó a Novak para estirar cada parcial con enorme facilidad. Encadena 31 primeras rondas venciendo, sin espacio para la sorpresa.

Ante Djokovic el modelo de juego que tantos éxitos trajo a Seles, Agassi o Sharapova no tiene que hacer ante el talento serbio. Lo intentó el lituano tirando el brazo sin hacer cola ni pedir la vez. Sin tomar calor ni tanteo, como le han inculcado. Paralelos casi más que cruzados par abuscar las líneas y acortar puntos y tiempo. Nole respondía con una primera defensa que resultó suficiente en muchos casos. En lo demás mandó Djokovic con su manera de anticipar la pelota. Marca de la casa que acuñó de la mano de su entrenador Marian Wajda a principios de 2011 para impactar todos los golpes cuando la pelota sube; recorridos en los tiros que Novak acorta con suma facilidad para ganar tiempo a la jugada y metros al oponente. No le quedaba a Berankis más que correr y golpear a la carrera, una suerte de juego que no domina y que no desea. No hubo apenas ritmo de partido por ningún lado. Buscado por el lituano o afrontado con superioridad por el número 1, el debut de Djokovic sobre la Arthur Ashe fue plácido y casi burocrático. Primera prueba solventada.