¿Es mejor competir la semana previa a un Grand Slam o descansar?

Son muy pocos los tenistas del Top 10 que optan por competir en citas menores antes de un Grand Slam

Julio Muñoz | 22 May 2013 | 10.00
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
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En la actualidad, la mayoría de los mejores tenistas prefiere descansar la semana previa a un Grand Slam. Pero, ¿es mejor descansar, o por el contrario, competir en un torneo menor?

Uno de las tendencias más llamativas de los últimos años es la pobre participación que registran los torneos ATP que se disputan en la semana previa a un Grand Slam. Niza o el recién creado Düsseldorf se enfrentan estos días al igual que ocurre con los torneos previos a Wimbledon, al US Open, y en menor medida, el Open de Australia a la ausencia de las mejores figuras que prefieren preparar los “majors” descansando y entrenando en las instalaciones donde se desarrollará la competición, que acudir a citas previas menores.

Ferrer es de los que prefiere jugar un torneo antes de afrontar un Grand Slam.

No desgastarse en exceso, evitar traslados, así como acostumbrarse a las bolas del Grand Slam y a su superficie son las excusas que suelen dar las principales espadas del tenis mundial para no jugar estos ATP 250. Sin embargo, ¿realmente influye tanto descansar y no jugar estos eventos para llegar mejor preparado a un Grand Slam?

Históricamente, encadenar una competición menor y un torneo grande no sólo no era extraño, sino que en muchos casos era habitual, e incluso, eran muchos los que preferían competir en semanas consecutivas. A principios de los años 90, por ejemplo, Pete Sampras solía acudir a Sidney y después jugar en Melbourne. Y por ejemplo, en el 94, fue capaz de ganar los dos eventos. Dos finales consecutivas que también encadenaron aunque sin éxito Carlos Moyá en 1997 y Lleyton Hewitt en 2005 (ganó Sidney, perdió en Melbourne). Incluso Marcelo Ríos, ganó Auckland en 1998 antes de plantarse en su única final de un “major”.

La historia se repetía especialmente en los torneos de hierba. Patrick Rafter fue capaz de ganar en la hierba del anteriormente denominado Ordina Open y después llegar a la final de Wimbledon. El propio hoy capitán del equipo de Copa Davis australiano ya hizo algo parecido en el desaparecido torneo de Long Island donde consiguió la victoria en 1998, triunfo que repetiría en el inminente US Open de esa temporada. El mismo Sampras en 2001 también lograría encadenar esas dos mismas finales, aunque ambas las terminaría perdiendo. Lendl, en 1985 y 1986, hizo el citado doblete, si bien con el atenuante que en esos años, Long Island era considerado un evento de exhibición.

En la actualidad, que uno de los cuatro primeros compita en un Grand Slam habiendo jugado una semana antes un torneo oficial es impensable, dejando al margen la exhibición de Kooyong. Federer no disputa un ATP previo a un major desde Sidney 2003. A Nadal prácticamente le ocurre lo mismo desde que jugara Auckland 2005, al igual que Novak Djokovic (Sidney 2009).

Evidentemente, hay dos matices que explican de forma relativa este hecho. En tierra, es más difícil estar presente en un torneo previo a Roland Garros y luego en la cita parisina para los grandes del tenis, pues en teoría es la superficie donde los partidos se alargan más y se requiere un mayor desgaste, cosa que por ejemplo no ocurre en el torneo previos al Open de Australia, donde todavía los jugadores andan faltos de ritmo. Junto a ello, el desgaste físico es cada vez mayor pues el tenis cada vez requiere un mayor físico, y eso lógicamente incluye una mayor dosificación.

Sin embargo, a pesar de lo dicho, sí encontramos ejemplos muy recientes donde se ve que es posible encadenar un ATP 250 y un Grand Slam al máximo nivel. Se trata de David Ferrer y Thomas Berdych. El alicantino ha sido campeón cuatro veces en Auckland y de esas cuatro, en dos llegó a las semifinales de Australia demostrando que es posible jugar bien en ambas citas. Incluso en la hierba de ´s-Hertogenbosch fue capaz de levantar el título el curso pasado y arribar a unos brillantes cuartos de final en Wimbledon. El checo, por su parte, llegó la edición pasada del US Open a las semifinales tras perder de forma agónica contra John Isner en Winston-Salem.

Como vemos, se trata más bien de una tendencia de ciertos jugadores a no acudir a ciertos eventos, que de un hecho demostrable que señale que jugar un torneo previo significa rendir luego peor en un Grand Slam. Sin embargo, la ATP no ayuda con la confección del calendario a potenciar estos torneos previos. Y es que no vamos a pedir a los mejores que después de competir en Madrid y Roma, compitan también al máximo en Niza o Düsseldorf y luego den lo mejor de sí mismo en Roland Garros. Imposible, o casi.