Finales ATP: Juan Martín Del Potro

El argentino vuelve a la ATP World Tour Finals, donde ya alcanzó la final en su última participación en 2009

Rafael Plaza | 3 Nov 2012 | 17.00
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
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Del Potro, en clara progresión ascendente hacia el lugar que una lesión le arrebató, regresa a la Copa de Maestros dos temporadas después de alcanzar la final ante Davydenko en aquel memorable 2009 que le señaló al mundo con la alternativa más sólida a Federer y Nadal. En un curso marcado por la medalla de bronce conquistada en Wimbledon, el espaldarazo definitivo para terminar de ocupar un lugar entre los mejores del mundo, Juan llega al torneo de cierre de temporada con la capacidad de mirar a los ojos de los grandes jugadores sin miedo alguno. Estos son algunos cimientos sobre los que se edifican los meses de su retorno a la zona dulce de la élite.

Ha vuelto

El camino ha sido tortuoso. Las sonrisas tras ganar el Abierto de los Estados Unidos en 2009 se volvieron lágrimas rápidamente. Una lesión en la muñeca le mandó al quirófano tras Australia y le impidió defender la cuarta posición del ránking ganada con actuaciones memorables. Volvió ocupando el escalón 485 de la clasificación, sin sensaciones sobre la pista y con la impresión de haber sido víctima de una vileza del destino. La muñeca del argentino, el eje sobre el que un tenista escribe sus golpes, fundamental para dictar direcciones, quedó gravemente dañada tras aquella laceración sanada con la operación que todo atleta intenta evitar. Comenzando desde cero, como el que pequeño niño que aprende a andar, Del Potro ha necesitado no solo escalar una montaña que ya había coronado, sino también volver a conocer cómo funciona su muñeca y qué es capaz de hacer, dar la temperatura necesaria a la articulación que une los segmentos del antebrazo y la mano para volver a maravillar al mundo con el inevitable miedo a recaer, con los fantasmas del pasado susurrándole al oído pasajes turbios de aquella lesión que frenó su progresión. El trayecto ha sido largo, ha costado mucho esfuerzo, pero la recompensa de estar asentado en la rampa de lanzamiento para 2013 hace olvidar los desencantos de la engorrosa andadura

Delpo llegó a la final de 2009. Foto:zimbio.com

Medalla de bronce

Siendo el tenis un deporte que jamás concede segundas oportunidades -salvo en la Copa de Maestros-, afrontar el reto mental de levantarse tras caer se antoja una tarea peliaguda. Hacerlo, además, tras estar peleando por asegurar una medalla olímpica en el partido a tres mangas más largo de la historia ante el número uno del mundo en la pista central de Wimbledon convierten la empresa en un coto reservado para los auténticos elegidos. El estacazo mental de sucumbir tras un parcial definitivo de 36 juegos (17-19) ante Federer y horas después volver a pista para pelear ante Djokovic por la medalla de bronce no fracturó el organigrama mental de Juan Martín. “Hoy, lloro de felicidad. No sé cómo salí a jugar ante Novak, no entiendo nada", confesaría después coronar merecidamente el tercer escalón del podio. "Lo que más contento me pone es que la Argentina tenga una medalla. Antes de venir a Londres dije que sería histórico ganar una, hoy la tengo conmigo y nadie me la va a quitar. Después de tres años, vuelvo a hacer historia”.

Victoria ante Federer en Basilea

Otro golpe más habría sido demasiado duro de asimilar, sobre todo tras los antecedentes recientes ante Roger. En Basilea, la guarida del número uno del mundo, arropado por la misma superficie que le verá competir en Londres y que tanto ayuda a Federer en su propuesta ofensiva, Del Potro tumbó semanas atrás al suizo. No fue una final corriente. No fue una victoria cualquiera. No fue un título más. Cortar la hemorragia de derrotas ante uno de los mejores jugadores de la historia (6 veces consecutivas había sucumbido ante el helvético en 2012, 7 seguidas desde 2011 y 13 en todos sus enfrentamientos previos) era básico para despejar algunas dudas sobre sí mismo, hacerlo tras el recuerdo de los últimos dos encuentros decididos por detalles cuando el viento soplaba a su favor -dos sets arriba en cuartos de final de Roland Garros y 17-19 en las semifinales de los Juegos Olímpicos de Londres- frenaba también la dinámica agridulce de estar tan cerca como para saborear el triunfo pero tan lejos como para finalmente jamás alzar los brazos. Perder un tercer partido -octavo consecutivo- tras volver a adelantarse en el marcador y disputar dos desempates, cargados de puntuales momentos que separan a vencedor y derrotado, habría sido dramático a nivel de confianza para afrontar retos futuros.

Porcentaje de juegos ganados al servicio

La superficie del torneo que cierra la temporada recompensa a los sacadores y a los valientes, premia al juego de ataque y castiga drásticamente las proposiciones más conservadoras. Siendo uno de los grandes exponentes del tenis belicoso, recuperada esa derecha que tantos suspiros ha robado en muchas pistas del mundo, Del Potro es el cuarto jugador que más juegos gana con su servicio, un 88% de los que disputa (el segundo de los tenistas presentes en el certamen tras Federer). Eso, en pista bajo techo ante los mejores hombres del curso, es un importante parapeto sobre el que solventar juegos de forma liviana y paliar momentos delicados, evitando también un gasto energético más elevado de lo necesario. Ese servicio, conjugado con su facilidad para embestir al rival desde una sencilla capacidad para atacar, le convierte en uno de los más serios aspirantes a discutir el título de maestro a orillas del Támesis.

Movilidad a la altura de 2009

La capacidad de Juan para golpear en posición estática no admite debate. En carrera, sin embargo, su fiabilidad baja copiosamente. No sucedió así durante los años gloriosos de su vida en la élite (2008 y 2009), pero tras regresar de la lesión varios rivales con galones han encontrado en el desplazamiento lateral del argentino un yacimiento de errores que terminaron por inclinar la balanza en favor del contrario. La historia se reescribe en este 2012. El tandilense ha hallado el tono necesario para pegar con los pies en movimiento sin que eso suponga una puerta abierta a los fallos. Cuidado.

Balance del curso indoor

El taquímetro del argentino en canchas cubiertas arroja unos alentadores datos de cara a asaltar el 02 Arena de Londres: 18 victorias, 2 derrotas y 3 títulos. Protegido de condiciones climatológicas en un entorno cerrado, condiciones idóneas para atacar, Juan puede volver a aspirar a alcanzar la última ronda del torneo como hiciese en 2009. En aquella ocasión, la carga de partidos presente en sus piernas, y la euforia de alzarse campeón en Nueva York, fueron barreras demasiado altas para ser saltadas. Ahora, y aunque el curso ha sido fatigante, Del Potro llega con una inercia positiva -pese a ceder prematuramente en Bercy- que podría ser clave en la cita que reúne a los ocho mejores jugadores de 2012.

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