Cinco historias de la semana

La penúltima semana de la gira asiática ha traído el despertar de Nishikori y la confirmación de Djokovic entre otras muchas cosas

Álvaro Rama | 7 Oct 2012 | 14.10
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
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El tenis se despide de Asia, a falta de la disputa del Masters 1000 de Shanghái, hasta el próximo curso. No obstante, la última semana en el continente ha dejado detalles dignos de revisión que pueden marcar ciertos indicios de futuro. Talentos emergentes dando un paso al frente, brillantes tenistas que van encontrando la luz al final de un túnel de penurias físicas o una rivalidad cada vez más intensa son los puntos que centran nuestro interés esta semana. Estas son las cinco historias más destacadas tras una semana de acción en Tokio y Pekín.

Nishikori se ha hecho con el torneo de Tokyo

Kei Nishikori: Quizá el miembro de la generación emergente que menos titulares copa, el talento de Matsue va horadando su camino con paso firme. Ejerciendo de profeta en una tierra de la que emigró para formarse, alcanza un rol de héroe nacional al convertirse en el primer campeón japonés del Abierto de Tokyo. Tal vez no sea el jugador más espectacular de su generación pero su impecable resistencia y su estilo primariamente contragolpeador –no por ello carente de potencia; recomendable verle ganar intercambios de derechas cruzadas ante Berdych en cuartos de final- le convierten en la propuesta más estable de la actual plétora de jóvenes aspirantes. Ubicado en el top20 por octavo mes consecutivo –el aclamado Tomic, por ejemplo, tiene su techo en el 27- conoce el terreno que está pisando. Bautizado como Project45 por el prestigioso entrenador Nick Bollettieri –poniendo en mente el objetivo de superar la marca del jugador japonés mejor clasificado de la historia, Shuzo Matsuoka- Kei ha triplicado la expectativa antes de cumplir 23 años. Proyectado a ocupar el top15 desde este lunes, se colocará en posición interesante de cara al próximo Abierto de Australia (donde defiende cuartos de final – techo de la generación joven en un major). Por ahora, a disfrutar de su título ATP 500 (el título, por cierto también, de mayor calibre ganado por dicha generación).

-Carla Suárez: Posiblemente lo extravagante de su eliminación en Pekín vaya a arrojar algo de sombra al despliegue de la española en el último Premier Mandatory del año. Agotadas las solicitudes de Ojo de Halcón en la tercera manga de su duelo de cuartos de final, no pudo revisar un servicio de Bartoli sobre bola de partido –claramente inválido- considerado como ‘ace’. Antes de llegar a la antepenúltima ronda de uno de los grandes torneos de la temporada, había tumbado a dos jugadoras de alto perfil. Si bien ninguna atraviesa su mejor momento –Kvitova con problemas gástricos y Jankovic lejos de su versión de 2008-, representan dos inyecciones de confianza. Mostrando un despliegue más ofensivo de lo habitual, con más soltura en el desplazamiento y vocación por lanzar ese maravilloso revés a una mano, ha peleado de tú a tú con dos top10 actuales y una antigua número 1 del mundo. Situada en la posición 35 cuando se publiquen las listas el próximo lunes, la canaria recupera el estatus de primera raqueta española en el circuito femenino. Una circunstancia de la que no disfrutaba desde que sendas lesiones en tobillo y codo, le mantuvieran en el dique seco hasta ocho meses entre las temporadas 2010 y 2011. Dos veces cuartofinalista de Grand Slam, su papel en China le coloca al borde de asegurarse una plaza de cabeza de serie en el próximo Abierto de Australia. Cuadros más favorables deben de acentuar su escalada.

Novak Djokovic: La grandeza no reside en la capacidad de llegar. Fundamentalmente se sustenta en la habilidad para mantenerse arriba. Y ello, como ganar siempre se antoja complicado, implica tener los arrestos para levantarse después de cada caída. En una disciplina de competición tan periódica como el tenis, además, no sólo implica ser capaz de recuperarse sino de hacerlo pronto. De lamerse las heridas cuando apenas han roto a sangrar. Y Novak tiene la lengua entrenada. Los últimos ejemplos los representan sus despliegues en Canadá y China. Ninguno de estos escenarios representó un desafío de primera línea, cierto. En Toronto había ausencias destacadas (Federer, Nadal, Ferrer) y Pekín no ha sido un reguero de estrellas (ni un top 25 encarado hasta la final). Lo relevante, no obstante, es la inmediatez en la respuesta. Después de ver interrumpido su dominio sobre Nadal, ceder ante Murray y Del Potro en los Juegos o verse despojado del #1 por Federer, gana enérgicamente Canadá. Tras ceder la final del US Open, responde en el siguiente torneo logrando con soltura su tercera corona consecutiva de Pekín. Incapaz de batir a un top4 desde la temporada de tierra, no estará de más ir ganando confianza con vistas a la gran cita londinense de final de temporada.

Dos estrellas femeninas: Masha y Sharapova

-Rivalidad Azarenka-Sharapova: La popularidad es un fenómeno cíclico entre circuitos. En plena ebullición de la época dorada de la ATP, con el grupo de campeones y rivalidades más sólido en décadas, WTA se encuentra en la fase baja de dicho ciclo. No sólo por la brutal competencia de testosterona que arroja a la sombra a las féminas, sino por la ausencia de figuras que de manera constante representen la excelencia del deporte. En tiempos recientes, una amalgama de campeonas, baile continuo al frente de la clasificación,… convierten el circuito femenino en algo difuso, de áspero interés. Ante todo, una carencia fundamental: una rivalidad fuerte en el ático de la disciplina. Una pelea competitiva identificable y atractiva para el seguidor ocasional. La variedad está bien, pero lo que tiende a enganchar es la lucha encarnizada por la gloria. En las últimas 3 temporadas tan sólo en una ocasión las dos primeras jugadores de la clasificación se habían enfrentado por un título. En 2012, a falta de un mes de competición, Azarenka y Sharapova lo habrán hecho en cuatro ocasiones. Ambas han jugado dos finales de Grand Slam (incluyendo el duelo directo en Mebourne Park), ambas han disputado tres finales de Premier Mandatory (copando los partidos por el título en Indian Wells y Pekín). De vuelta a la élite tras una lesión que amenazó su carrera, la rusa no tiene que demostrar tenacidad. Si la bielorrusa mantiene el pulso, espera una época interesante. Lo mejor, la mayor de ambas tiene 25 años.

-Milos Raonic: ‘Entré en la pista pensando que podía ganar. Salgo de ella sabiendo que puedo hacerlo’. Son palabras del canadiense que, referidas a partidos cerrados ante jugadores contrastados, todavía retumban por las entrañas del torneo de Madrid. Recién duchado y en la calma de una medianoche de miércoles en la capital, pronunciaba con confianza –sin tono arrogante- el desafiante discurso tras ceder en el tiebreak del set final ante Roger Federer. En Halle, de nuevo ante Roger en tan inestable desenlace, volvería a hincar la rodilla. Esa tesitura se volvió a presentar en Tokio. Ante Andy Murray. En circunstancias similares. Primer parcial ganado, segundo set perdido tras quedar a puntos de la victoria y tercer set definido en tiebreak. Con la dificultad añadida de tener que remontar un break de desventaja (1-4) en el parcial definitivo y salvar dos bolas de partido. Habiendo batido previamente a Andy en arcilla, este partido representa su primer triunfo sobre un top4 en pista dura –superficie principal del circuito-. Ante un tipo que viene de ganar un Slam en la superficie y ante quien no había encontrado solución alguna en Nueva York. Si es capaz de hacer regla de esa frialdad ante grandes nombres, cuidado. En Tokio se ha quedado a un set de entrar en top10.